— lo están matando...
Eso fue lo primero y último que escuche de Said, no solo lo lastimaban a él, sino también a mí.
Lastimaban a mi alma gemela y a mi amigo, esto lo pagaría caro...
— por favor no vayas sola— pidió Aura detrás de mí.
— no te metas— gruñí.
— al menos toma esto...— dijo extendiéndome una pequeña argolla.
— ¿que es?—pregunte tomándola.
— es tuya... La tenías cuando tu madre te abandono, es de buena suerte...
Tome la pequeña argolla, era un diamante...
¿esto traía buena suerte?
— como quieras— dije tomándola y poniéndola en mi bolsillo.
— ¡Nivarna!—grito Layla corriendo hasta mí.— ¿cuanto tardaras en volver?
— quizás unas horas— dije para no preocuparla— solo iré por mi amigo y alma gemela.
Ella asintió para luego irse, mire a Aura.
— cuídala.
— por dios Nivarna...— ella se acerco a mí poniendo sus manos sobre mi rostro— sabes que no quiero que hagas esto, no quiero perderte.
— tu instinto maternal fue creciendo— dije poniendo mi mano sobre la de ella.
— llevas mi sangre...— dijo acariciando mi mejilla.
— dices tantas idioteces...
Ella sonrió de lado.
— mamá— la llame— así te vi siempre, como mi madre.
— no sabes lo feliz que me hace saber eso...
Me aparte de ella y talle mi ojo antes de llorar, no era necesario, me di la vuelta y empece a correr en dirección a Said, lo sentía cerca.
Y mientras más corría podía distinguir otra esencia, la de Oliver.
Olía a sangre y sufrimiento, lo estaba matando.
— y tú la mataras a ella por tocarlo— escuche a Livia
Mis ojos empezaron a arder, seguí corriendo y antes de llegar permanecí a dos metros de distancia, había guardias a mi alrededor, afuera y adentro de la manada.
Di un paso adelante y una flecha cayo delante de mí.
— sabía que vendrías
Quizás tarde, al punto de amanecer.
— Nivarna...— la voz de Oliver me hizo verlo— estas viva...
Su rostro estaba golpeado al igual que todo su cuerpo.
Apreté mis puños y la vi.
— eres una perra— dije gruñendo— te matare por esto...
Ella rio y tomo el cabello de Oliver poniendo un cuchillo en su cuello.
— ¡él no es culpable de tenerme a mí! ¡culpa a tu estúpida diosa!
— sigues viva...— me digne a ver a Adrián.
Había bajado la guardia y me miraba con asombro.
— Adrián— lo llame.
— sigues viva...— repitió sonriendo.
— lo es-— algo atravesó mi cuerpo, baje la mirada y observe una flecha en mi cuerpo.
— ¡no!—grito Oliver intentando zafarse del agarre de la artemisa.
— Me quieres a mí, déjale y mátame.— hable.
— eso haré— dijo al mismo tiempo que otra flecha atravesaba mi cuerpo.
Ariana camino a mí.
— te matare delante de todos, y vengare la muerte de cada persona a la que mataste, Nivarna.
Mis ojos empezaron a pesar pero eso no me impidió sonreír con triunfo.
— tuviste que chantajearme para tenerme.
— en la guerra y el amor todo se vale...
— soy prueba de eso...— conteste cayendo completamente.
M6