Desterrada

43.Taylor, Luna de la manada Luna Menguante

Sentía que el tiempo pasaba muy lento, mi cuerpo sanaba. Necesitaba escapar de aquí e ir por Said, no lo dejara aquí.

La puerta se abrió.

— ¿acaso no te cansas de verme?— pregunte pensando que era Ariana.

— Jamás me cansaría de verte...— levante la mirada escuchando a Oliver.

— Oliver...— lo llame.

Él se acerco a mí y se apresuro a desatarme.

— huiremos de aquí— dijo decidido.

Cuando me desato completamente sostuvo mi cuerpo antes de que cayera. 

— te extrañe tanto— dijo tomando mi rostro entre sus manos.

— yo también— dijo tomando  mis manos para luego besarlas— gracias a la diosa sigues viva.

— ¿como te encuentras?—pregunte al verlo— ¿te lastimo?

— estoy bien, estar contigo siempre me hace estar bien y sanar más rápido de lo normal.

— Oliver...— lo llame—necesito ir por Said.

— ¿por qué?—preguntó algo molesto.

Tome su rostro  y pegue sus labios a los míos, su lengua paso por mis labios limpiando mi sangre y haciendo que todo mi cuerpo cosquilleada.

— es mi amigo, un beta...

— Nivar-

— quiero que te vayas— dije— a tres metros de la frontera te esperaran, todo está listo para huir...

— No es necesario que vayas por Sai-

— ya tengo a mi alfa— dije tocando su rostro— no me quedare sin beta...

— no me iré sin ti...

— por favor, hazme caso— pedí.

— pero estas mal her-

— tú lo dijiste, estar contigo me hace estar bien.

Y no mentía, Livia me había ayudado a sanar, todo en mí estaba bien.

— si quieres ayudarme empieza despejando la frontera...— pedí.

— lo haré...

Oliver fue el primero en salir, espere tres minutos y luego lo seguí, ahora era mi chico ideal.

Pase por encima del cuerpo de un guardia que estaba muerto, Oliver no había tenido piedad y eso me agradaba. 

—¿en donde está Said?— me pregunte. 

Sin poder responderme a mí misma seguí la esencia de Adrián, corrí y todo me llevo a una parte alejada del bosque, cuando vi a la persona delante de mí caí en cuenta de que seguí un rastro equivocado.

— huy ¿y ese moretón?—pregunte a la princesita.

— Oliver, me golpeo y huyo, sabía que buscarías a Adrián.

— tan perspicaz— dije mientras ambas caminamos en círculo.

— tú me enseñaste a serlo.

— que orgullo— levante mi espada y ella la suya esquivando la mía, su mirada estaba llena de enojo.

— no te dejare escapar.— sentencio. 

— ese fue tu gran error— dije volviendo a golpear su espada, ella esquivo mi espada y luego devolvió el ataque con más fuerza, no hacia esfuerzo mínimo pues mi cuerpo dolía.

— mentiste— dijo dolida.— llegue a creer que eras mi amiga.

— Lo soy— su espada golpeo la mía con fuerza— pero ponte en mi lugar, si te pusieran a escoger entre Adrián, la manada o a mí ¿a quien escogerías? Sé la respuesta, ahora tu entiende la mía.

Taylor fue rápida y cuando bloquee su espada levanto su pie pateando mi estómago, caí al suelo y ella tiro mi espada alejándola de mí.

— Sabes que estoy débil— dije— es injusto.

— en la guerra y el amor todo se vale.— reí. Esa frase era ideal para este momento.

— buen punto— Taylor puso la punta de la espada en mi cuello

— créeme que no quiero matarte...— lloro.

— Lastima que esa frase no aplique para ti.

Tome la punta de su espada con mi mano y levante mi pie golpeando su estómago, ella se quejo y soltó la espada, estaba embarazada, lo olvide.

Solté la punta de la espada con mi mano escurriendo de sangre.

— Debiste apartarte— dije dolida.

— No...

— que lamentable.

Con mi pie golpee su rostro haciéndola volver a caer antes de que se levantara, tome la empuñadura de la espada y la mire a los ojos. 

Ella se levanto con dificultad mientras se sostenía el estomago, Ella bajo la mirada un corto tiempo y eso fue suficiente para impulsarme hacia ella y clavar la espada en su vientre. Me sostuve de su hombro y empuje con más fuerza la espada hasta atravesar su cuerpo. 

— fue una gran batalla— dije sacando la espada de su cuerpo— Taylor, Luna de la manada Luna Menguante.

Su cuerpo se cayo al suelo y ella tartamudeo.

— conserva mi espada... Por favor— dijo llorando.

La primera lagrima salio de mis ojos.

— Taylor...— la llame— lo siento...

— me llamaste Taylor...— dijo por último antes de que sus ojos se cerraran completamente.

— no llores— me dije a mi misma pasando mi puño por mis ojos— no, no, no...— me dije.

Yo había prometido matarla, yo lo había prometido...

Tome su espada y luego su estuche aguardándola, me la quedaría en su honor. 

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.