Desterrada

46. La verdad de Nivarna

Lo arruine...

Lo arruine y lo hice a lo grande, mis pies seguían corriendo con fuerza, esquivaba cada rama y piedra que se atravesaba en mi cabeza.

Oliver no los llamo, ninguno cometió un error más que yo.

— conserva mi espada... Por favor— dijo llorando.

Todo fue una trampa, aun con su último aliento me hizo caer, ahora mismo siento admiración y odio por ella.

La espada y ese rastro de sangre hizo que me siguieran, además de que la espada pertenecía a una cazadora.

Me levante cuando Oliver se fue dejándome cambiar, al terminar de vestirme me acerque a la espada, estaba la sangre de Taylor pero en la empuñadura había un circulo brillante que parecía contener un liquido verdoso adentro.

Tome una daga y la rompí, cuando el liquido cayo observe un pequeño cuadrado.

Un rastreador, ella los usa para encontrar a los suyos y fui tan tonta que esta vez lo uso para encontrarme a mí.

Estaba en problemas, tengo miedo y no por mí, sino por Oliver, Layla y los desterrados, los que merecen vivir.

Oliver me hizo tan frágil, tan débil y estúpida. 

Cuando lo vi, cuando tome su brazo y clave mis garras creí que él ya lo sabía la verdad, pude sentir la pequeña esencia que desprendía la argolla y estaba segura de que Aura se la había entregado. 

Creí que Aura le había llenado de estupideces la cabeza. 

Ella habla con la verdad a cualquier bastardo que vea, pero a mí... A mí me considera tan tonta e ingenua.

Una flecha paso por mi hombro rasgándome y haciéndome perder la estabilidad.

Caí al suelo y rodé cubriendo mi cabeza, cuando me detuve no tuve tiempo de pararme pues alguien se lanzo sobre mí.

— Te encontré— dijo la artemisa con una sonrisa.

— púdrete— gruñí levantando mis piernas y empujando su cuerpo para salirme de su agarre, cuando la tire seguí corriendo y ella me alcanzado tomando mi cabello.

— no huiras.

— lo he hecho antes, lo haré ahora, no puedes contra mí.

Tome la mano con la que sostenía mi cabello y la torcí haciendo que soltara mi cabello.

Con mi puño golpee sus costillas y ella cubrió su grito.

Para ser humana era fuerte.

Levanto su otro mano con la que cargaba una daga y la clavo en mi hombro.

La volví a empujar y sostuve mi hombro.

— ¡ya déjame en paz!—grite sacando la daga y pateándola para que cayera.

Me gire con intención de correr pero una garra atravesó mi hombro.

Esos ojos rosados...

Reí cubriendo el dolor. 

— Tuvieron que hacer equipo para atraparme... Idiotas—Reí.

La loba saco su garra de mi hombro y antes de que cayera me sostuvo.

— me hiciste fácil la búsqueda, ahora dejas rastros al andar...

No pude responder pues todo se volvió borroso y cerré los ojos.

⚔️

Quizás estaba muerta... Quizás o era obvio que no, pues Livia estaba delante de mí, ahora sonreía.

— Said hablara— dijo sonriendo.

— Ahora es tiempo— le respondí.

— Hace mucho fue tiempo— negué arrugando el rostro.

— Necesitaba saber quien era ella...

— Haces que la pequeña Layla viva lo mismo que Azul

— ¿y eso no es bueno? A mi lado Layla vivirá más feliz

— Los príncipes creen que el dragón que está en el castillo impide la libertad de la princesa, aunque la verdad es que solo buscan protegerlas, a su manera. El dragón no siempre es el malo...

— ¿que quieres que te diga? ¿que lo entiendo?— negué— cuando la princesa sale del castillo y conoce un nuevo mundo lleno de libertad, ya no piensa dejarlo.

— ¿que harás?

— Matar al dragón...

Livia sonrió.

— derramaras tu propia sangre.

— y no me arrepentiré...— respondí decidida. 

— ¡despierta!—algo choco en mi rostro haciéndome abrir los ojos de golpe, el agua congelada me empujo haciendo que mi cuerpo se golpeara en la pared.

Cuando todo el agua cayo observe al hombre delante de mí.

— querido...— lo llame.

— ¡¿por qué?!—grito lanzando un puñetazo a mi cara.

Mi rostro ardió al igual que mis manos y tobillos, intentaba que la plata no me tocara pero era imposible.

— Ella fue tan estúpida— solté— Taylor fue tan estúpida.

Su garra paso por mi rostro haciéndome gritar.

— te matare lentamente, te haré sufrir...

Baje el rostro mirando como la sangre de mi rostro caía al suelo, esto tardaría en sanar...

— demasiado alardeo, quiero verte hacerlo... Por el contrario, te volviste un perro, que obedece ordenes de una humana.— escupí. 

— ¿por qué...?— volvió a preguntar derrotado.

— Respóndeme una cosa... ¿en donde estoy?— pedí saber. 

— Luna Nueva....

Mire a mí al redor, estoy de nuevo en este infierno...

— ¿Said?

— a punto de morir como tú, es un traidor, pero sabes, siento más compasión por él que por ti...

— quieres ejecutarme...— reí.

— lo haré.

— no— dije segura.

Adrián tomo mi rostro con rudeza.

— ahora no escaparas.

— Adrián Te dije tantas veces que somos iguales, no mentía— él frunció el ceño— hola, me presento, soy la futura Luna de la manada Luna Nueva.

— tanta sangre que has perdido te volvió loca... Te matare y luego traeré de vuelta a Oliver.

— no tan loca como lo estaba Taylor al quedarse a tu lado, al lado de alguien tan débil que no puedo defenderla de mí. 

Los ojos de  Adrián se tornaron rojos y tomo mi cabello con fuerza.

Sus garras salieron y las clavo en mi rostro, justo en el ojo derecho.

— ¡NOOO!—grite con fuerza. 

Él no se detuvo hasta arrancar parte de mí rostro y escucharme gritar llena de dolor. 

Dolía... Dolía demasiado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.