Clara estaba decidida hacer todo lo posible para cumplir con el último deseo de su padre, así que aceptó casarse con el príncipe Alex, al cual no conocía y no quería conocer, ya que conocerlo sería como el presagio de su forzado matrimonio.
- ¡Me alegro que haya aceptado su majestad! Dijo Israel. -Ahora tendrá que acompañarme lo más rápido posible a Ovidia.
-¡Está bien Israel! Iré contigo a Ovidia. Dijo Clara. -Pero con una condición, más bien dicho dos.
- ¿Cuáles son las condiciones su majestad, dígame!
-Mi familia no viajará conmigo, si ellos se quedan aquí estarán mucho más seguros, la siguiente condición es que nadie en Ovidia debe saber que yo soy la heredera al trono, si alguien se entera, no me dejarán en paz, me seguirán muchos paparazzis y correré peligro.
-Está bien su majestad, se hará como usted diga, pero si quiere hacerlo así deberá viajar en otro vuelo, en uno de clase normal, si viaja en el de los reyes todo el mundo se dará cuenta.
-Está bien, viajaré en otro vuelo, pero alguien deberá irme a ver al aeropuerto, ya que yo no conozco nada del país al que voy.
La madre de Clara se encontraba escuchando toda la conversación de su hija, muy pronto su hija se iría a Ovidia, quizás no volvería a ver a su adorada hija.
- ¡Lo siento mamá! Pero tengo que hacerlo, tengo que honrar el nombre de mi verdadero padre, cuando ya esté en el trono les mandaré a llamar a ustedes y vivirán en el palacio junto a mí. Eso no lo dudes mamá.
La hermana menor de Clara se encontraba escuchando toda la conversación, pero también lloraba, ya que tendría que despedirse de su hermana.
- ¡Enana! No te olvides de mí, todas las noches te voy a llamar, cuida a mamá y pórtate bien, no olvides que te quiero mucho sí.
- ¡Está bien hermana! Ve y hazlo bien, llega al trono y no te olvides de nosotros.
- ¡Nunca me olvidaré de ustedes! ¡Lo prometo! Respondió Clara entre sollozos.
-Nos tenemos que ir su majestad. Dijo Israel.
-Tengo que hacer mis maletas.
-En el palacio hay todo lo que necesita.
- ¡De todos modos quiero llevar algunas cosas para el viaje!
-Está bien su majestad.
Clara guardó en su mochila las cosas que necesitaría en el viaje, su celular, audífonos, dinero, una botella de agua, una foto de toda su familia y un libro.
-Tengo lo necesario, ya vámonos. Dijo Clara. Antes de despedirse de toda su familia, le dijo a su madre que al llegar compraría un teléfono que tenga señal en Ovidia para poder comunicarse con ellos, y que lo despidiera con su padre, ya que su padre estaba trabajando y no pudo despedirse de él.
- ¡Los quiero mucho! ¡Despídeme de papá! ¡Dile que lo quiero mucho y que volveré muy pronto!
Fueron las últimas palabras de Clara que dijo a su madre, se subió al auto negro que estaba afuera de su casa y la llevaron al aeropuerto.
***
En el aeropuerto Israel compró el boleto para Clara, ya que su pasaporte y todos los documentos necesarios para viajar los tenía él.
-Aquí tiene el boleto de primera clase su majestad. Aquí irá muy cómoda y nadie lo sospechará.
- ¿Primera clase? Es demasiado para mí, todo el mundo se va a dar cuenta, en estos vuelos solo van famosos y gente que tiene dinero. -Todo el mundo se preguntará quien soy.
-En estos vuelos la gente suele ser muy reservada, no se preocupe su majestad.
-Está bien, voy a viajar en este vuelo, y al llegar al aeropuerto ¿qué hago?
-En el aeropuerto lo están esperando gente de confianza de su madrastra, estarán con un cartel que dice su nombre, usted simplemente se acerca y le pregunta si la buscan a usted - ¿Entendió su majestad?
- ¡Entendí Israel! ¡Entendí!
*Personas que se dirigen a Ovidia en el vuelo 235 en primera clase acercarse al avión, el avión despegará en 10 minutos. *
-¿Este es mi vuelo? Dijo Clara
- ¡Si su majestad! Tiene que abordar al avión.
Clara se dirigió al andén en el que se encontraba el avión, ella nunca había viajado en avión, y mucho menos en primera clase, estaba muy emocionada de viajar, pero también muy nerviosa de todo lo que le esperaría en Ovidia.
Se acomodó en el avión y esperó a que despegara, el avión despegó exactamente a la hora acordada, durante el viaje Clara fue escuchando música y leyendo, algunos tramos del viaje también dormía, el viaje duró 11 horas hasta llegar a Ovidia, al llegar se dirigió al interior del aeropuerto para buscar a la persona que la recogería, se topó el bolsillo de su pantalón y se dió cuenta que no traía su celular, ¡Lo había dejado en el avión! Su celular era lo más preciado que tenía así que tenía que recuperarlo, se volteó y empezó a correr y sin darse cuenta chocó con un chico alto, ojos verdes, rubio, delgado y parecía tener dinero.