Destinada a amarte

Beso bajo la tormenta.

Clara se encontraba en su habitación, era las siete de la mañana así que aún estaba acostada en su cama, pero de pronto se escuchó que tocaban la puerta...Era Israel.

 

-Su majestad buenos días, aquí le traigo su desayuno, desayune y vaya de inmediato a la biblioteca, su madrastra la está esperando, quiere hablar con usted. Dijo Israel, dejando el desayuno en la cama.

 

-Eso es todo su majestad, me retiro.

 

-Está bien Israel, gracias.

 

Clara desayunó y de inmediato fue al encuentro con su madrastra, al llegar a la biblioteca tocó la puerta y en un solo minuto se escuchó una voz desde adentro que decía "pase". Clara entró con un poco de temor en lo que iba a escuchar de su madrastra, pues de Victoria se esperaría de todo.

 

- ¿Querías hablar conmigo Victoria? Dijo Clara apenas entró.

 

-Si querida, siéntate.

 

Clara tomó asiento en una de las sillas de lujo que se encontraban en la biblioteca.

 

-Te mandé a llamar para decirte que desde ésta tarde empezarás tus clases de modales, y que ya estas inscrita en una escuela de élite para que acabes tus estudios.

 

- ¿Clases de modales? Nunca acordamos eso. Y lo de la escuela tampoco.

 

-La clase de modales es obligatorio, como piensas que vas a ser una reina si no tienes modales, y la escuela también, o pensabas que una reina no tiene estudios, después de graduarte entrarás a la Universidad y seguirás administración de empresas.

 

-Pero no me dijiste nada de eso cuando me trajiste... No quiero seguir administración de empresas, soy muy mala con los números.

 

-Era de suponerse querida, y la carrera de administración de empresas es obligatorio para una futura mandante de una nación... Puedes seguir con todo esto o abandonarlo aquí.

-Está bien, haré un esfuerzo... ¿A qué hora empieza la clase de modales?

 

-A las 5 de la tarde.

 

-Para esas horas ya estaré aquí, por el momento tengo que salir a pasear a la ciudad.

 

-No te olvides de tus guardaespaldas.

 

-Te dije que no quiero guardaespaldas, no me va a suceder nada.

 

- ¿Y si te pierdes otra vez?

 

-No te preocupes, no me voy a perder, ya conozco muy bien así que regresaré a salvo.

 

-Está bien, vete sin guardaespaldas. A Victoria no le preocupaba que se fuera sin guardaespaldas, esta sería la ocasión perfecta para descubrir a donde va y con quien se encuentra Clara, así que enviará a Israel para que siga a Clara.

 

-Gracias, estaré aquí para mi clase de modales.

 

Clara salió de la biblioteca y se dirigía a su habitación cuando apareció nuevamente la empleada con la que tenía prohibido conversar.

 

-Su majestad... Podría hablar con usted un momento, por favor. Dijo la empleada.

 

-Tengo prohibido hablar con usted... Lo siento. Respondió Clara.

 

-Solo un momento por favor. Dijo la señora desesperada.

 

-Está bien, que quiere hablar conmigo. Dijo Clara muy

 

-Está bien, que quiere hablar conmigo. Dijo Clara muy apurada, pues si la encontraban

conversando con ella se metería en problemas.

 

- ¿Podría decirme la fecha de su nacimiento? Preguntó la señora desesperada.

 

- ¿Para qué? Respondió Clara sorprendida

 

-Pura curiosidad. Dijo la empleada.

 

-Dos de abril de dos mil dos. Respondió Clara rápidamente

 

- ¿Esa es su fecha de nacimiento? Preguntó la señora sorprendida.

 

-Sí, ¿por qué le sorprende tanto? Preguntó Clara extrañada

 

-No murió. Dijo la empleada con lágrimas en los ojos.

 

- ¿Quién no murió? No estoy entendiendo.

 

-Usted es mi... Alcanzó a decir antes de que Israel la interrumpiera.

 

-Su majestad, su madrastra había dicho que no puede hablar con esta empleada.

 

-Soy libre de hacer lo que yo quiera. -Dijo Clara - ¿Qué es lo que me iba a decir señora? Preguntó Clara dirigiéndose a la mujer.

 

-No era nada su majestad, me retiro. Dijo la señora con lágrimas en los ojos.

 

- ¿Qué es lo que me querías decir Israel? Preguntó Clara.

 

-Solo que no vuelva a hablar con esa mujer, su majestad, ella es peligrosa y quería preguntar a qué hora iba a salir.

 

- ¿Por qué me prohíben tanto que converse con ella? Acaso ella sabe algo que yo no sepa, y que les perjudique a ustedes si me llego a encontrar con la verdad.

 

- ¿De qué habla su majestad? Ella no sabe nada que usted no sepa, solo que es de muy poco fiar.




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