¿Qué es el destino? Muchos piensan que el destino es forjado por un ser superior a nosotros, otros piensan que nosotros somos dueños de nuestro propio destino y que somos responsables de las decisiones que tomemos y de las consecuencias de las mismas.
Clara pensaba en su matrimonio, en su nueva escuela, en las clases de modales y en Alex, su primer amor.
-Su majestad, ha llegado la profesora de modales, la está esperando en la sala. Dijo Israel acercándose al lugar en el que se encontraba Clara, el jardín.
-Está bien Israel, voy ahora mismo. Respondió Clara, inmediatamente se levantó de la silla que había en el jardín.
Llegó a la sala, allí se encontraba una señora de edad avanzada, muy bien vestida y elegante.
-Buen día, su majestad. Dijo aquella señora haciendo una pequeña reverencia.
-Hola, mi nombre es Clara. Respondió Clara.
-Mucho gusto su majestad, mi nombre es Lucía y seré su profesora de modales.
-Está bien Lucía, empecemos las clases entonces.
-Empecemos con los modales en la mesa. Dijo Lucía dirigiéndose a la mesa del comedor.
La comida estaba servida, alrededor del plato se encontraban distintos cubiertos, uno para cada comida.
-Siéntate y toma un tenedor, el que creas que se utiliza con el plato que está servido. Dijo Lucía al llegar a la mesa.
Clara tomó la primera cuchara que vio empezando a comer.
-Esa es una cuchara para el postre, la que tienes que utilizar es la segunda. Dijo Lucía
Clara tomó la segunda cuchara y empezó a comer haciendo un poco de ruido.
-Cuando vayas a comer sopa trata de hacer menos ruido. Dijo Lucía.
-¿Es necesario esto? Preguntó Clara. -¿De qué me servirá saber comer bien para gobernar?
-Varias veces tendrá que comer junto a gente importante y si la ven comer así empezarán a criticar. Respondió Lucía.
-Está bien, seguiré con esto. Respondió Clara.
***
-¿Piensas en algo? Preguntó Paulette sentándose suavemente en la cama de Alex.
-En nada. Respondió Alex rápidamente mientras observaba a través de la ventana.
-Te conozco muy bien Alex, durante mucho tiempo estuve enamorada de ti y durante ese tiempo te investigué muy bien y sé cuando te sucede algo. Respondió Paulette inmediatamente.
-¿No te dijeron nada sobre mi matrimonio? Preguntó Alex.
-Sólo escuché un poco... Lo que entendí fue que te tienes que casar con la heredera al trono de Ovidia para pagar las deudas de tu padre. Respondió Paulette
-Estás muy bien informada Paulette. Respondió Alex con tono sarcástico.
-Antes de venir a Ovidia tuve que investigar todo lo que me perdí durante estos dos años que no los había visto. Respondió Paulette rápidamente.
-No por nada en tu familia son investigadores privados. Respondió Alex en son de broma.
-Cambiando de tema, ¿ya conoces a tu futura esposa? Preguntó Paulette muy curiosa.
-No, aún no la conozco. Respondió Alex rápidamente.
-¿Te casarás con alguien que ni siquiera conoces? Preguntó Paulette exaltada
-Tengo que hacerlo para pagar la deuda. Respondió Alex con odio.
-Las familias aristocráticas de Órcega podrían haberle prestado el dinero a tu padre sin pedir que hubiese un matrimonio de por medio. Dijo Paulette.
-Resulta que esas familias quieren verle a mi padre en la quiebra y no dudaron en no prestarle el dinero a mi padre para que vaya a la ruina. Respondió Alex con rencor en sus palabras.
-Mi familia les habría prestado sin ninguna condición. Respondió Paulette.
-Después de lo que sucedió contigo mis padres prefirieron no pedir ningún favor a tu familia.
-Tu no fuiste el culpable de lo que sucedió, mi madre sabía de eso y si llegaba a saber de la situación de tu familia ella habría sido la primera en ayudarles.
-De todas maneras muchas gracias Paulette... Pensé que durante este tiempo habrías cambiado tu forma de ser, y aunque cambiaste por fuera, sigues siendo la misma chica buena e inocente de hace unos años.
-Quizás sigo siendo buena, pero ya no soy la misma ingenua, sumisa y tonta que se dejaba manipular por otros.
-¿Entrarás al colegio este año? Preguntó Alex.
-Si, entraré al Northwest College, supe que es un colegio de élite.