Llegó el día, el primer día de su último año, un día soleado, el cielo azul, pocas nubes, un día aparentemente "perfecto" para el primer día de clases.
-Ya vámonos Alex, abajo nos están esperando para ir al colegio. Dijo Paulette muy emocionada mientras abría la puerta de la habitación de Alex.
-Está bien, bajo ahora mismo. Respondió Alex mientras se perfumaba y se colocaba la insignia de su nombre en el lado derecho de su pecho.
En el lobby del hotel se encontraban Fernanda y Paulette conversando, era un milagro que estuvieran conversando y no peleando.
-¿Nos vamos? Preguntó Alex al llegar al lobby.
-Vámonos. Respondieron las chicas al mismo tiempo.
Subieron a la limosina en la que se en entraban los guardaespaldas y el chofer.
-¿Dirás que eres el príncipe de Órcega y futuri rey de Ovidia? Preguntó Fernanda.
-¿Por qué preguntas eso? Es obvio que lo van a reconocer. Respondió Paulette con tono serio.
-Si nadie me reconoce diré que he venido de España a estudiar y que al final del año regresaré a mi país, y si alguien me reconoce lo haré mi amigo y haré que guarde el secreto, quiero que nadie me reconozca, quisiera pasar como una persona normal por lo menos antes de casarme con la reina heredera. Respondió Alex muy decidido.
-¿Y nosotras qué? Preguntó Paulette. -¿Diremos que somos tus amigas?
-Dirán que son mis hermanas. Respondió Alex rápidamente.
-¡¿Estás loco?! Gritó Fernanda exaltada. -¡Ninguno de los tres nos parecemos ni un poco!
-¿Qué propones entonces? Preguntó Alex.
-Yo no fingiré ser tu hermana, quizás Paulette lo haga, pero yo no. Respondió Fernanda oponiéndose a todo.
-Yo si lo haré, fingiré ser tu hermana, pero si nos descubren diré que tu fuiste el de la idea. Respondió Paulette
-Está bien, yo me hare cargo de todo. Respondió Alex.
-Llegamos señor. Dijo el chofer bajándose de la limusina para abrir la puerta, junto a los guardaespaldas.
-Al entrar al colegio no quiero que me sigan protegiendo, ahí no corro ningún peligro. Contestó Alex mientras se bajaba de la limusina.
El colegio era un edificio gigante, lleno de ventanas y pisos, con una puerta enorme en la que se visualizaban muchos estudiantes y encima de esta había un rótulo que decía "Northwest College" y como lema tenían "disciplina, trabajo y lealtad".
Alex, Paulette y Fernanda entraron por la puerta enorme, los demás estudiantes los veían con curiosidad, quizás ellos se preguntaban "¿Quienes son ellos?" "¿De dónde vienen?" O la típica pregunta que se harían los chicos ricos "¿Tendrán dinero?"
Al llegar se encontraron con el director del colegio que de inmediato reconoció a Alex.
-¿Su majestad? Preguntó el director asombrado.
De inmediato Alex se dio la vuelta para atender al director.
-Si soy yo. Respondió Alex.
-¿Podría hablar con usted en mi oficina? Preguntó el director.
-Si, claro pero las dos chicas tendrán que acompañarme. Respondió Alex refiriéndose a Paulette y Fernanda.
El director asintió con la cabeza y todos se dirigieron a la oficina, al llegar el director puso seguro en la puerta para que nadie los interrumpiera.
-¿Qué está haciendo aquí su majestad? Preguntó el director. -Yo sabía que usted llegaba en dos semanas.
-De hecho estoy aquí ya casi un mes, y esperaría que usted no dijera a nadie sobre mi identidad. Respondió Alex.
-Por mi no se preocupe, guardaré el secreto pero si alguien lo reconoce yo no podré hacer nada. Respondió el director muy seriamente.
-Si alguien me reconoce haré que guarde el secreto, pero por el momento diré que vengo de España con mi hermana, y que la otra chica es una amiga de la familia. Respondió Alex muy seguro.
-¿Hermana? ¿Acaso no se han dado cuenta que no tienen los mismos apellidos? Respondió el director.
Alex y Paulette se regresaron a ver y sus miradas reflejaban un rotundo "¿Y ahora qué hacemos?" Mientras que la mirada que Fernanda les aventaba a ambos era de un "Se los dije".
-Mejor digan que son primos lejanos y que vienen de España, eso será más creíble. Respondió el director.
-Está bien señor, eso haremos, espero que usted nos sepa apoyar si en algún momento llegamos a meternos en aprietos. Respondió Alex.
-El lema de nuestro colegio es "Disciplina, Trabajo y Lealtad", y la lealtad es lo que más se practica aquí, su majestad, así que no se preocupe de lo que pueda suceder, siempre trataré de apoyarlo. Respondió el director. -Ahora permítanme acompañarlos a su clase para presentarlos yo mismo.