Destinada a amarte

La carta

Un sueño oscuro, blanco y negro un poco borroso.


-Mamá, ¿Me quieres? Preguntaba el niño con lágrimas en los ojos.

 

-Si, claro que te quiero. Respondía la mujer fríamente.

-¿Por qué no me das cariño entonces? Preguntaba el niño con una mirada vacía.

 

-Vete con tu nana. Respondía la mujer con tono duro y estricto en su voz.

 

-¡Pero mamá! Gritaba desesperado el niño mientras su nana lo llevaba lejos de su madre.

 

-¿Por qué mi mamá no me quiere nana? Preguntaba el niño entre sollozos.

 

-Ellas te quiere... a su forma, pero te quiere. Respondía la nana seriamente, mientras le daba un abrazo al pequeño niño.

 

-¿Tú me quieres nana? Pregunta el niño.

 

-Claro que te quiero, pero yo no soy tu madre, la que debería quererte es tu madre, pero ella está obligada a no demostrártelo.

 

El pequeño niño no comprendía que quería decir su nana, ¿su madre no podía demostrarle su amor? ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! Gritaba el niño en el sueño al mismo tiempo que Alex abría los ojos despertando en la realidad, sudaba, estaba agitado y nervioso, se levanta de la cama y se pone sus pantuflas para ir al baño, en el baño se mira en el espejo, tiene una mirada vacía, falta de amor, recordaba las palabras que su nana le dijo hace mucho "Los ojos son las ventanas del alma", y al ver sus ojos se notaba que su alma estaba vacía y necesitada de cariño y amor, se lavó la cara y se cepilló los dientes, al salir del baño su celular sonaba.


Alex lo contesta de inmediatamente, su hermano estaba llamando.

 

-¡Hola hermano! ¿Cómo estás? Pregunta Alex muy entusiasmado, pues le encantaba hablar con su hermano.

 

-Ella murió. Responde el hermano de Alex de inmediatamente.

 

-¿Quién murió? Pregunta Alex desesperado.

 

-Nuestra nana. Responde el hermano de Alex.

 

Una lágrima recorre la cara de Alex, la única persona que había demostrado su amor hacia él, estaba muerta, la quería como una madre y ella como un hijo, sentía que su mundo se venía abajo, un nudo en la garganta no le dejaba articular palabra.

 

-¿Cuando será el funeral? Logra preguntar Alex entre sollozos.

 

-Mañana en la tarde, sé que estás en el colegio, pero pensé que tenías que saberlo para que le des su último adiós.

 

-Viajaré a Órcega hoy en la tarde, que tengan preparado todo, llegaré sólo al funeral, pues no tengo más tiempo, no puedo perder muchas clases. Contesta Alex tratando de disimular su dolencia, pero muy en el fondo se sentía mal, pues su nana era como su madre.

 

-Sé que estás dolido, yo también lo estoy, fue como mi madre, al menos ella si demostró afecto hacia mí y hacia ti... así que no trates de disimular tu dolor. Responde el hermano de Alex con voz firme.

 

-Tengo que colgar, se me hace tarde para ir al colegio, adiós hermano. Contesta Alex al mismo tiempo que cuelga su teléfono.


Alex se da una ducha, se pone el uniforme del colegio, se peina y termina saliendo de la habitación hacia el lobby, donde Fernanda y Paulette lo esperaban.

 

-¡Vámonos! Dice Alex al momento que llegó al lobby.

 

-¿Qué te sucede? Pregunta Paulette extrañada.

 

-Nada, vámonos. Responde Alex bruscamente.

 

Suben a la limusina en donde Alex al fin habla más de dos palabras.

 

-Hoy en la tarde viajaré a Órcega. Dice Alex mientras se acomoda el cinturón de seguridad.

 

-¿Para qué? Preguntan las chicas al mismo tiempo.

 

-No pregunten, solo voy a viajar y quiero que nadie se entere para que voy, simplemente voy a... visitar a mis padres. Responde Alex con un nudo en la garganta.

 

-No te creo. Responde Fernanda extrañada. -A ti te sucede algo pero como siempre quieres guardarte tus problemas para ti mismo.

 

-Por primera vez estoy de acuerdo contigo. Responde Paulette, refiriéndose a lo que Fernanda acababa de decir.

 

-¡Cierren la boca las dos! Gritó Alex muy enfadado, pues las chicas no sabían por lo que Alex estaba pasando.

 

Fernanda y Paulette abrieron los ojos en señal de alerta y sorpresa, jamás habían visto a Alex así.

 

-Regresaré a Órcega por unos días, fin de la discusión. Dijo Alex mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad y se bajaba de la limusina.


Todo el día Alex evitó hablar con alguien, si lo hacía terminaría hiriendo a alguien, como ya lo había hecho con Paulette y Fernanda, pasó en un rincón solitario, todos se preguntaban ¿Qué le sucedía? ¿Por qué estaba así?
Clara trató de hablar con Alex, pero él solo la evitó, con la escusa de que no tenía nada que hablar con ella, y que no quería hablar con nadie.




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