Todo pasa en cámara lenta, el funeral de su verdadera madre, y ahora el funeral de la que siempre creyó su madre, Alex recuerda las últimas palabras de Daniela... "Cásate con ella" "Ella es la pieza clave". "Viajaré hoy en la noche" recuerda las palabras de Clara.
-¡Vendrá hoy en la noche! Gritó Alex sorprendido. -¡Lo había olvidado! ¡Ella no puede venir!
Toma su teléfono y marca a Clara, ella responde de inmediato.
-¿Clara? ¿Dónde estás?
-Estoy en el aeropuerto, voy a tomar el vuelo, te llamo después Alex.
-Espera Clara, mi madre ya no necesita la sangre... falleció hoy en la tarde.
-¿Falleció? Lo siento mucho Alex, estoy subiendo al avión, tengo que colgar.
-Pero... no es necesario que vengas.
-Ya estoy en el avión, está por despegar, lo siento mucho... te llamo cuando esté en el aeropuerto. Contesta Clara rápidamente.
-Pero... Clara acababa de colgar.
"¿Que hago?" Pensaba Alex, si Clara llega a Órcega se daría cuenta de la verdadera identidad de Alex, manda a llamar a sus empleados a la sala para dar órdenes, de inmediato todos se forman en una fila y escuchan lo que dice Alex.
-En la mañana llegará una persona muy importante para mi, pero ella no sabe quien soy en realidad, asi que su tarea es hacer que ella no sospeche nada, tendrán que mandar a los medios de comunicación a que eliminen todo lo que tengan de mí, no deben hablar sobre mi por lo menos durante dos días, ustedes se dirigirán hacia mi como "señor", no como "su majestad". Ordena Alex a sus empleados.
-Para hacer todo eso necesitamos de tiempo. Dice uno de los empleados.
-Y lo tienen, cuentan de toda la noche para hacer todo eso, es suficiente para hacerlo.
-Pero es de noche su majestad. Dice otro empleado.
-Ese es su trabajo, si ella no sospecha nada hasta que regrese a su país tendrán un aumento en su sueldo, pero si sospecha o se entera de algo, ustedes estarán despedidos. Responde Alex muy exigente.
-Está bien, señor. Contestan todos los empleados al mismo tiempo, se retiran de la sala para ponerse manos a la obra.
Horas más tarde Alex recibe una llamada de Clara.
-Estoy en el aeropuerto Alex, estoy llamando de un teléfono público, pues no tengo señal en el mío, te espero en la puerta del aeropuerto. Dice Clara.
-Está bien, voy para allá.
Responde Alex saliendo de la funeraria en la que se encontraba velando a sus dos madres, pero antes llama al palacio y contesta el mayordomo.
-¿Está todo listo? Pregunta Alex.
-Si señor, hemos llamado a los medios de comunicación, hemos reservado la habitación de la señorita en el hotel, y por nosotros no creo que tenga que preocuparse, pues la señorita no llegará al palacio, por ende no llegará a conocernos. Contesta el mayordomo.
-Está bien. Responde Alex colgando la llamada.
Alex sale hacia el aeropuerto, al llegar de inmediato ubica a Clara.
-¿No dijiste que no querías volver a hablar conmigo? Pregunta Alex apenas llega.
-¿No dijiste que me necesitabas? Responde Clara abrazando a Alex. -Lo siento mucho por lo de tu madre. Dice Clara mientras lo abraza.
-Ella está muerta, solo te necesitaba para que dones la sangre, pero ahora ya no es necesario, pero aún así tu viniste... ¿Por qué? Pregunta Alex viéndola a los ojos.
-Los amigos deben estar en las buenas y en las malas... y en las peores aún más. Contesta Clara.
Ambos suben a la limosina y se dirigen al hotel.
-Cuando me llamaste y te dije que ya estaba en el aeropuerto... en realidad aún estaba en mi casa, pero como me dijiste que tu madre había muerto, decidí venir a apoyarte, pero sabía que tu no me dejarías viajar... por eso mentí. Dice Clara para romper el hielo.
-¿Hiciste todo eso para venir a Órcega? Pregunta Alex. -¿Y tu madrastra sabe que viajaste a Órcega?
-Si, hice todo eso, espero que no te moleste... Mi madrastra no sabe nada, solo le dejé una nota que decía que estoy bien y que regreso en menos de dos días
-No me molesta, solo me sorprende que hayas hecho algo así solo para venir a Órcega.
-No sólo estaba viajando a Órcega, estaba viniendo a apoyarte en estos momentos difíciles.
Llegan al hotel, la habitación que estaba reservada para Clara era en la suite presidencial, el cuarto era muy grande, tenía una cama muy amplia, una ventana muy grande por la que se veía toda la ciudad, digna para ser utilizada por reyes y reinas.
Clara deja todas sus maletas y se recuesta un momento en la cama.
-¡Oye! ¿Cómo pagaré la estadía en este hotel?... traje dinero, pero no creo que me alcance para pagar esta habitación tan lujosa. Dice Clara muy exaltada.