Destinada a amarte

Recuerdos

Han pasado 3 años desde el accidente, pero lo único que recuerdo es un aroma a flores y algo sobre el destino. -Pensaba Clara mientras se vestía para ir a la Universidad. De pronto tocan a la puerta.

 

-Adelante. Dice Clara.


-¿Cómo amaneciste hija? Pregunta la madre de Clara.

 

-Bien, aunque no pude dormir... pasé tratando de recordar sobre el accidente, siento que algo me sucedió aquel día.

 

-¡Deja de pensar en eso! Ya han pasado 3 años, para que recordarlo... mejor acuérdate de tu novio, creo que él nació para estar a tu lado, así como la leyenda del hilo rojo del destino. Responde su madre con nerviosismo, mientras pone el desayuno en una mesa que había en el cuarto de Clara.

 

-¿Leyenda de qué? Pregunta Clara confundida. -¿De qué se trata esa leyenda?. Responde Clara mientras se cepilla el cabello

 

-Sobre un emperador y una bruja que sabía ver el hilo rojo del destino, un día la contactó y ordenó que le indicara donde estaba el otro extremo de su hilo, ella accedió sin saber que ese sería su fin, pues el emperador no aceptaría su destino, sin saber que su destino llegaría años más tarde, casándose con la persona que la bruja había predicho... de ahí una pequeña frase... "El hilo rojo del destino puede estirarse o enredarse, pero jamás romperse". Responde su madre mientras recoge la ropa sucia de Clara.

 

-¡Esa frase! Grita Clara espantando a su madre. -Esa frase me dijo alguien muy importante para mi.

 

-De seguro fue tu novio.

 

-¡No, él no cree en el destino!... Eso sucedió cuando estaba en Ovidia o en Órcega, me lo dijo alguien importante para mi, pero todavía no lo recuerdo... pero sé que esa persona al igual que mi está sufriendo.

 

-¿Sufriendo? Pregunta su madre sorprendida.

 

-Mamá, no soy feliz con mi novio, siento que no me está siendo sincero. Responde Clara.

 

-Debes estar imaginándolo. Responde su madre.
-Quizás sea eso... pero de todos modos me siento incómoda con él... ya me voy a la Universidad, hoy tengo clase hasta tarde así que no me esperes.

 

-¡Por lo menos come tu desayuno! Grita su mamá mientras Clara sale corriendo.

 

-¡Desayuno en la Universidad! No te preocupes mamá.

 

Clara llega a la Universidad, llegaba decidida a hablar con su novio para arreglar las cosas, pues últimamente se sentía incómoda junto a él, de lejos ve a una chica junto a su novio, aquella chica se acerca a él y le besa cálidamente, el novio de Clara parece gustarle y le sigue la corriente, sin darse cuenta de que Clara lo acaba de ver todo, Clara lo toma del brazo bruscamente y los separa, aquella chica era nada más ni nada menos que su mejor amiga.

 

-¿Carolina? Pregunta Clara decepcionada por lo que acababa de suceder.

 

-¡Perdón Clara! Me enamoré de Sebastián... enserio lo siento. Responde Carolina con arrepentimiento.

 

-¡Por lo menos me lo hubieras dicho!... lo hubiese entendido, ¡prácticamente ambos me engañaron! Grita Clara molesta.

 

-¡Espera Clara! Grita Sebastián desesperado.

 

Clara se aleja a paso rápido, entre ella pensaba... "Esto era lo que buscaba" "un simple motivo para no volverlo a ver".


                                              ♡♡♡
Alex llega al palacio, al entrar se encuentra con Cristian, que al verlo lo abraza.

 

-¡Te lo dije! Dice Cristian dándole una palmada en la espalda, mientras que Alex se sentía herido.

 

-¡Quiero buscarla! Dice Alex mientras se limpia las lágrimas.

 

-¿A quién? Contesta Cristian confundido.

 

-A aquella chica con la que me debía casar, creo que ella es mi destino... ¡Ella está viva! Contesta Alex.

 

-¿De dónde sacas que ella está viva? ¡No la han logrado encontrar! Contesta Cristian.

 

-No han sabido buscar bien... ella está viva, yo lo sé... Tengo que buscarla. Contesta Alex.

 

-Tendrás que empezar buscando en Ovidia... su madrastra debe saber de donde era ella, quizás regresó a su país natal. Responde Cristian.

 

-Eso es lo que haré, voy en busca de mi destino. Contesta Alex.

 

Días después Alex viaja a Ovidia, donde se reencuentra con la reina de Ovidia, que se encuentra cada vez más enferma a causa de su enfermedad. 

 

-¿Cómo ha estado, su majestad? Pregunta Alex apenas se encuentra con ella.

 

-¡Príncipe de Órega! Responde confundida y un poco cansada.

 

-No me encuentro tan bien... creo que estoy pagando por todo el mal que hice. 

 

-¿Por todo el mal? ¿A qué se refiere? Pregunta Alex con curiosidad.




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