Destinada a amarte

Violación

El rey de Ovidia está furioso, se sentía traicionado, aparte de que Clara y Alex lo habían engañado, se acababa de enterar que Alex había escapado de la cárcel.


-¡Quiero verlo muerto! Gritaba lleno de ira, manda a llamar a la tropa de soldados del reino. -El primero que me lo traiga vivo o muerto tendrá un asenso

.
-Señor, ¿pretende que matemos a su propio hijo? Pregunta uno de los soldados.


-Él no es mi hijo... él es un bastardo que tuvo suerte, y ahora acaba de traicionarme. Responde el rey muy enojado.


-¿Un asenso es lo que vale la vida de su hijo su majestad? Pregunta otro de los soldados.


-La persona que me lo traiga recibirá más que eso. Responde el rey.


Aunque a los soldados no les gustaba la idea de atacar Ovidia y a Alex al fin y al cabo ellos solo obedecían órdenes, los soldados se dirigen a las fronteras entre Órcega y Ovidia desde ahí empieza la guerra entre ambos reinos, después de varias horas de lucha, varios soldados muertos y heridos, Clara y Alex acceden a conversar con el rey de Órcega, llegan a la frontera y desde ahí conversan con los soldados los cuales no acceden a llevarles delicadamente, los toman prisioneros como cual ladrón ha hurtado algo valioso para el rey , los llevan hacia el palacio de Órcega, donde el rey los esperaba con ansias. Los soldados abren la puerta de la torre principal en la que ahora era el salón del trono, allí si encuentra el rey Fernando, sentado en el trono como cualquier otro monarca.

 

-Aquí están sus prisioneros su majestad. Dice el jefe de los soldados.


El rey asiente con la cabeza, parecía estar más tranquilo, hace un gesto con la mano y de inmediato dos soldados salen de su escondite junto a una mujer que estaba cabizbaja, Clara la mira fijamente y de inmediato las lágrimas empiezan a brotar de sus ojos, se le rompe el corazón, aquella mujer que estaba prisionera con el rey era su madre, la mujer que la había traído al mundo.

 

-¡Eh aquí! Tu madre, la mujer que te trajo al mundo que aunque no creciste con ella se que te lastimará verla morir. Dice el cruel rey desde el trono.

 

-¿Qué es lo que quiere? Responde Clara entre sollozos.

 

-Sabes lo que quiero.

 

-Eso no te lo daremos nunca. Responde Alex.

 

-Si no me dan lo que estoy pidiendo morirá mucha gente... inocentes o culpables pagarán todos por igual. Responde el rey mientras hace un gesto con su cabeza mirando a uno de los soldados, de inmediato el soldado se pone a las ordenes del rey. -Te voy a dar una oportunidad, si me respondes bien una pregunta tu madre se salva, pero de lo contrario morirá.
Clara y Alex están muy nerviosos por la pregunta que hará el rey.

 

-¿Cuánto de territorio estarías dispuesta a dar a Órcega? Pregunta el rey esperando la respuesta con ansias.

 

-La cuarta parte de Ovidia. Responde Clara muy temerosa.

 

-Respuesta Incorrecta. Responde el rey con una sonrisa malvada y haciendo nuevamente el gesto hacia el soldado, el soldado de inmediato saca la espada y la atraviesa por el corazón de la madre de Clara, de inmediato empieza a brotar sangre por todos lados, la madre biológica de Clara cae de rodillas en el piso, ahora ella estaba muerta.


Clara siente que el mundo se le viene encima, jamás había visto ver a alguien morir en esa situación, y lo que era peor aún, aquella persona era su madre, Clara había ido a Ovidia a reencontrarse con su madre, pero ahora ella estaba muerta, Clara se acerca al cuerpo de su madre, y se mancha de sangre, llora desconsolada y desesperada, los soldados la separan del cuerpo de su madre, al cuerpo lo llevan a otra habitación, mientras Clara y Alex se quedan en el salón del trono junto al cruel rey.


-¿Dejarán que más gente inocente muera por su culpa? Pregunta el rey.


-Quédese con todo, ya no me importa, lo único que yo quería era reencontrarme con mi madre, pero como ella está muerta, usted puede hacer lo que quiera con Ovidia y conmigo. Responde Clara con odio y remordimiento tanto en sus palabras como en su corazón.


-Si así lo quieres... pues, Ovidia pasará a ser parte de Órcega y ustedes dos serán mis fieles sirvientes. Responde el rey.


-No queremos servirte después de lo que has hecho. Responde Alex.


-Está bien, seremos sus sirvientes y quédese con todo Ovidia. Responde Clara.


El rey se siente muy feliz, al fin y al cabo había logrado lo que se había propuesto, nuevamente manda a llamar a dos soldados, los cuales escoltan a Alex y a Clara a su nueva habitación, después de vivir en los lujos, ambos vivirían lo mismo que sus sirvientes.


-¿Qué haremos? Pregunta Alex desesperado. -No puedo hacer las cosas por si sólo, como pretende que le sirva. 


-No tengo un plan, pero juro que si nos vuelva hacer daño… yo misma lo mataré. Responde Clara con odio en sus palabras.


-Es mi padre, pero no lo reconozco ni un poco, a veces siento ganas de verlo muerto. Responde Alex.


-¿Te atreverías a asesinarlo? Pregunta Clara con curiosidad.
-De una manera como la que asesinó a tu madre nunca. Responde Alex.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.