Destinada A Ser Bruja

Capitulo III: La manada

Logan

Al escuchar el grito de Alaska todos nos fuimos donde se encontraba, solo debemos pensar en el lugar y ya estamos ahí, veo a Alaska tirada en un árbol en seguida el enojo me invade, veo a Susan paralizada viendo a mi amiga, aprovecho para agarrarla del cuello quien no se lo espero, pone sus manos en mis muñecas para evitar quitarlas.

-No déjala – dice Alaska levantándose por ayuda de Brany – fue un accidente.

En seguida comprendo y la bajo, hago que caía al suelo tosiendo por casi ahorcamiento, se toca su cuello y mirándome.

-Idiota – masculla, me lleno de coraje al escucharla decir eso – Bien, si no me equivoque él es Logan.

-Si – hablo primero, mirándola a los ojos, sin duda esta sería una de las olinius que costaría entrenar – debes acompañarnos, ahora eres una de las olinius.

-Oye, tú eres aquel hombre…

-Esto fue suficiente por ahora, así que me acompañas Susan – dice Alaska interrumpiéndola, en el cual agradezco porque sabía que diría de aquella vez que entre a su casa, si se enterara Brany, estuviera sin novia una semana.

Volteo a ver a Brany quien esta cruzada de brazos y enarcando una ceja, solo le sonrió y dirijo la mirada a Susan quien está escuchando atentamente a Alaska. Tengo que ir donde Tobías a averiguar cómo nos encontró Javier.

Las zonas están resguardadas por licántropos, pero necesitamos más olinius y por eso esperábamos a Susan.

-Vámonos todos – mando para que Alaska me escuche, lleva a arrastras a Susan, pensamos en nuestra casa y nos aparecemos en ella, espero a que Brany esté aquí, la agarro de la mano y nos dirigimos a la entrada de la casa.

Atrás de nosotros viene Alaska con la nueva, ella se ve impresionada al ver la casa, sin duda se quera escapar así que hay que estar pendientes. Tobías baja de las gradas.

-¿Cómo esta Alaska? – pregunta al vernos, estábamos aquí cuando escuchamos el grito.

-Todo bien, solo fue un accidente – respondo, de repente veo como a  mi amigo se le abren los ojos, no me ve a mí, solo volteo y veo a Susan sonriendo tímidamente a Tobías.

-¿Tú debes ser Susan Hamilton? – pregunta Tobías con tono coqueto, eso es algo común, lo agarró del brazo para detenerlo antes que se acerque a ella.

-Ella no es una de tus presas – le digo en un susurro con la mandíbula tensa – no juegues.

-Me acabo de dar cuenta que Susan es mi mate – dice mirando a la joven, me comienzo a reír, le hago una seña a Brany que ya regreso. Lo llevo hasta la cocina - ¿de qué te ríes?

-Sabes perfectamente de lo que me rio – le responde cruzándome de brazos – no juegues que es tu mate, porque sabes que eso ya no lo necesitamos.

-Lo sé pero me gusta decirle así a la persona que de verdad es la indicada – responde sonriendo, no sé porque me enojo pero lo dejare ir – así que hablare con mi mate – lo último lo dijo cerca de mi oído antes de salir.

Me quedo pensando en el error que cometí al entras a su casa, pero me preocupe por lo que tal vez le habría pasado, le cure y le di un beso en el dedo, ni siquiera sé porque lo hice, mis pensamientos fueron interrumpidos por una mano en mi cintura, me doy la vuelta sonriendo por saber quién es.

-¿En qué piensas? – pregunta con esa sonrisa que me hipnotiza.

-Pienso en muchas cosas, pero ahorita solo pienso en ti Brany – le digo dándole un beso en los labios, agradezco a la bruja Scarlet por romper ese hechizo de que los licántropos tengamos “nuestra luna” por qué tal vez no estuviera con Brany.

-¿Seguro que le dejaras todo el trabajo a Alaska? – Pregunta mirándome fijamente a los ojos, asiento – pero le costara con esa mujer caprichosa.

-Ya verás que no – le digo dándole un beso y dirigiéndome a donde se encuentra la chica, está sentada junto a Alaska y Tobías quien no le despega ningún ojo de encima – espero que hayas entendido el motivo por el que estas aquí, mañana comenzaremos a entrenar, te enseñare la habitación donde te quedaras.

Ella me mira con un brillo en sus ojos, no le pongo tanta importancia, hasta que se levanta y camina hacia mí, la llevo hacia las gradas subimos con sumo silencio, no quiero hablar con Susan pero parece que ella sí.

-Entonces… ¿ustedes son licántropos? – su pregunta me parece estúpida pero asiento encogiéndome de hombros.

Llegamos a la habitación que le corresponde, la abro y le enseño todo el cuarto, ella se asombra viéndola, luego se sienta en la cama poniendo presión con sus manos en él.

-Tengo una pregunta – dice con voz cortante, esperando una respuesta mia.

-Dilo – le hago que lo suelte.

-¿Por qué debo estar con esta manada, que mis padres no eran de la manada Germinante no sé cómo se llama?

-Germino – la corrijo cruzándome de brazos – sobre eso, la manada debía de haberte buscado, la manada que vistes hace poco te quería pero nosotros te vimos primero.

-Ahhh – exclama asintiendo varias veces con la cabeza - ¿y por qué pelean por mí?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.