Destinada A Ser Bruja

Capitulo IV: La verdad

Susan

Corro como loca desquiciada, tropiezo con algunas rocas pero eso no me detiene, quiero llegar a mi casa, irme de este pueblo y no regresar nunca, fue un error venir aquí, mejor me hubiera quedado en New York, pero no la tonta le gusto la casa y se quedó.

Ahora entiendo porque las decisiones apresuradas son malas; sé que todo lo que me han dicho es verdad pero por nada en el mundo me quedo a enfrentar lo peor.

Al correr por los árboles, pego con muchas ramas ya que aun es de noche pero hay visibilidad y de repente un lobo gigante aparece en frente de mí, lo que me faltaba. Escucho un ladrar y me doy cuenta que es Yuna, quien no para ruñir a él gran animal que está a punto de atacarme.

Para Susan.                                                                                              

Has visto cosas peores y necesitas ser fuerte, saca ese poder que no sabías que existía en ti.

El lobo gruñe de nuevo y con ellos otros, de repente veo como esta quiere atacarme y no sé cómo sucedió que saque una especie de energía de mis manos dándole a uno de ellos, se acerca a otro y como si fuese de instinto me quito de ahí y tiro energía dejándolo en el suelo. Estoy demasiado sorprendida pero es más emoción de saber que tengo esto en mi cuerpo.

En ese momento aparece otro lobo pero ahora con una chica quien me tira energía y me cae dándome un golpe fuerte, siento como me quedo sin energía, no puedo levantar de donde me tiro. Se ríe acercándose a mí, tenía miedo que hubiera otros lobos pero los dos que tire energía están tirados en el suelo, intento levantarme antes que pase algo.

Intento pelear cuando ella me lanza un hilo de energía que lo esquivo pero al quererle lanzar no puedo, ¿Por qué te arruinas en ese momento? El lobo se mueve alrededor para que no escape.

-No Susan, de aquí no escapas – dice la mujer pelirroja que me lanzo el hilo de energía, se dirige a mí para atacarme pero pongo fuerza para poder agarrarla del cabello como lo hacen las colegiadas pero eso sería imposible, me derriba contra el suelo, colocándose encima de mí, la empuja con mis piernas para levantarme rápido.

“Para no recibir entrenamiento, estoy demasiado bien” – dice mi subconsciencia.

-¿Quién eres? – le pregunto cuando la contramino contra un árbol, no me contesta porque el lobo me agarra de la pierna, tirándome con velocidad hacia una roca. Al analizar la situación en la que me encuentro por el golpe, veo al lobo que se acerca a mí con velocidad, pero otro lobo lo muerde, mientras que Alaska pelea contra la loca de cabello pelirrojo.

Entre mordidas y empujones, el lobo que acaba de llegar gana dejando herido al lobo cuando este poco se va convirtiendo en un hombre, Alaska sujeta a la pelirroja.

Casi está desnudo el que me ataco, tiene roto el pantalón y la camisa también, después se convierte el otro en humano y es… ¿Logan?

Su lobo es negro, pero ahora lo que veo es a un hombre sin camisa y su pantalón esta rasgado, pero su torso… Wao es único, no sabía que escondía eso.

Desvió la mirada al suelo, muevo una roca con mi pie entreteniéndome con ella para mientras que hay un interrogatorio contra las personas que me atacaron, Alaska se acerca a mi abrazándome, le correspondo aunque apenas nos conocemos.

-¿Estas bien? – Pregunta mirándome de arriba abajo - ¿no te hicieron nada?

-Creo que no – digo demostrándole una sonrisa para que se calme – tranquila.

Llega Tobías, el chico que intento coquetearme y aparte que no me enoje porque es atractivo. Llega hasta mí para abrazarme, le correspondo por igual pero siento dos miradas sobre nosotros, la de Alaska que parece triste, ¿será que le gusta? Y la de Logan que me quiere matar sin duda por escaparme.

Se acerca, alejando a Tobías de mi lado, me agrado su abrazo aunque somos desconocidos pero siento como si nos conociéramos. Observo al que tiene la mandíbula tensa y mirándome con ojos intensos, solo le doy una sonrisa inocente.

-Está bien – digo cansada de que me miren como si fuese una asesina – ya no me escapare – y claro que ya no lo hare, me buscan en todos lados, estaré mejor en la manada aunque me cueste asimilarlo.

-No quiero discutir ahora – dice Logan desviando la mirada hacia Alaska y Tobías – Alaska necesito que vayas a la casa de ella a traer toda su ropa, ya no dejare que vayas por tu comportamiento – dice al final hacia mí.

-Oye – digo enojado queriendo caminar a él pero me siento en el suelo al sentir el dolor de la mordida que por un momento se me olvido.

-¿Está bien? – pregunta al unísono, Logan y Tobías se ponen en cuclillas para averiguar qué es lo que tengo, observan la herida, ¡A la gran puchica! Es una herida grande, tiene sangre.




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