Destinada A Ser Bruja

Capitulo V: Afrontar

 

Ahí está la que protegió desde un principio, al verme se abalanzo en la cama para lamerme, le acariciaba su lindo pelaje.

-¡Yuna! – exclamo feliz de verla, por ahora es la única que me puede comprender, aunque no hable.

-Bueno los dejos solos – dice Nilia quien sonríe haciendo un gesto de adiós.

-Gracias Nilia – le agradezco antes que se retire, mi mascota y digo mascota porque me la quedare y parece que le agrado, se acuesta en la cama colocando la cabeza en mi regazo mientras que la acaricio, este perro tiene ojos más bonitos que los míos.

Yuna se durmió en mi regazo, mientras que yo me moría de hambre y esperaba que alguien pasara para pedirles algo. No viene nadie, así que con cuidado muevo a Yuna para que no se despierte, parece como su no había dormido por mucho tiempo, me pongo mis zapatos deportivos y salgo de la habitación patojeando por el dolor de mi tobillo. Bajo las gradas con cuidado, no veo a nadie y me parece extraño. Mis zapatos no hacen ruido en el piso de madera; observo toda la decoración.

Como dije en el principio, es una linda casa pero no se compara como la mía que lastimosamente no volveré a verla. Me siento cansada y lastimada pero la comida me ayudara, espero que por lo menos tengan un pedazo de queso para quitarme este ruido de las tripas, no doy con la cocina ya que es muy grande la casa pero al final veo una puerta parecida al de mi casa que dirige a la cocina.

Camine hasta ella, al abrirla me encontré con lo menos inesperado… Logan y Brany se besaban, algo se removió en mi estómago que hizo que un asco apareciera, al verme se separan apenados, trago grueso para no tener un nudo en la garganta.

-Lo siento… - digo cortando la voz, paso al lado de ellos decidida a sacar algo en el refrigerador, abro con dificultad ya que las manos me tiembla, siento sus ojos encima de mí, pero ellos tienen la culpa, ¿a quién carajo se le ocurre besarse en la cocina donde muchas personas pueden pasar? Dejando eso de lado, me encuentro con un bote de yogurt, entre ellas unas manzanas, las saco y me voy a la encimera buscando cereal pero no lo encuentro.

-¿Buscas algo? – pregunta Logan, me incomodo mucho escucharlo ya que había arruinado su momento, pero no deje de sentir coraje y era notable, aceptando que me gusta.

-¿Tienen cereal? – pregunte sin voltearlo a ver, sentí sus pasos y levanto su brazo a lado mío donde arriba estaba la caja, me lo dio en seguida – gracias.

 

Me iba alejando de ellos, estaba a punto de salir en la puerta pero un carraspeo por parte de Brany me hizo parar, ella me miraba a mí con el ceño fruncido.

-La próxima que entres a un lugar – dice viéndose las uñas, que por cierto yo las tengo más grandes que ella – toca para que no vuelvas a interrumpir.

Su voz chillona me fastidio, mire a Logan con su ceño fruncido, otro que solo la pasa así, me encojo de hombros saliendo rápido sin responderle y parece que le dolió eso.

De repente escucho a las afueras de la casa el motor de un auto, pero no es cualquier auto, es mi hermoso auto, en seguida dejo las cosas en un sofá y corro hacia la puerta principal donde está mi auto y de ella baja Alaska, me aproximo hasta ella y la abrazo.

-Gracias por traérmelo – le digo emocionada, Alaska me abraza también. En ese momento escucho que alguien abre la puerta de la casa, sin duda era Logan con Brany porque eran los únicos adentro.

-Y te traje otra cosa más – dice Alaska dejándome sorprendida, en ese momento saca una bolsa repleta de chicles que traía en la bolsa de mano, grito emocionada.

-¡Gracias! – exclamo agarrando los chicles en mis manos, la abrazo de nuevo, para conocerla desde hace poco la quiero bastante.

-No es nada – dice con una sonrisa bonita, solo asiento, ladeo la cabeza por donde se encuentran Logan y Brany, los dos están enojados pero la única diferencia es que Logan es guapo y ella es una loca – bueno te dejo las llaves.

-No – dice Logan acercándose y le arrebata las llaves, lo veo confundida – seguro se quera escapar.

-Quien no lo haría – digo tranquila – dámelas no me iré – digo queriendo agarrar las llaves pero las esquiva escondiéndosela en el bolsillo del pantalón – ya te dije que no me iré, solo dámelas.

-No confió en ti – dice con voz dura, sus palabras me hieren ¿Por qué? no sé.

-Pero ya no escapare, después de lo que paso ya no lo hare – digo insistente.

-¡Carajo que no entiendes que no es no! – exclama enojada la rubia, ahora soy yo la que la fulmino con la mirada, ganándome otra de parte de Logan.

-Afróntate a la realidad, no puedes huir de tu destino – dice Logan con seriedad.

Suspiro evitando hablar, primera porque ya estoy acostumbrada a que me humillen, siempre hay gente tonta, segundo porque no sé qué decirle.

-Me puedes dar mi ropa por favor – le digo a Alaska que me mira con una expresión tristona, abre el auto sacando una caja llena de mis cosas – gracias – le digo con una media sonrisa, volteo a ver a Logan quien no ha cambiado su expresión, solo veo la llave de mi auto, de mi hermoso auto.

Paso al lado de ellos dos con prisa, siento ganas de llorar pero no soy yo quien las reprimo, es que ni puedo llorar, entro a la casa para ir a mi nuevo cuarto, entro cerrando la puerta, dejando la caja en el suelo y acostarme al lado de Yuna quien no ha despertado, me acomodo a su lado, agarro la almohada abrazándome a ella, quiero desahogarme y poder expulsar todo lo que me ha afectado darme cuenta que no soy una humana, mis padres también lo fueron y eso me asusta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.