Destinada A Ser Bruja

Capitulo IX: Bruja

Flash Back.

Cuando estaba por la ventanilla del auto iba cantando la canción de Frozen, mis padres se sonreían.

-¿A dónde vamos? – pregunto agarrando mi guitarra de juguete.

-A nuestra nueva casa en New York – responde mi papa quien es un hombre guapo.

-¿Por qué no nos quedamos en el pueblo? extrañare mucho a mis amigos – digo cuando unas lágrimas salen de mis ojos, mi madre se pasa para la parte trasera del auto para abrazarme.

-Tranquila Susan, ya verás que es por tu bien – dice acariciándome el cabello, hasta que por la ventana veo un hombre que dejamos atrás por la velocidad del auto - ¿lo vistes cariño?

-Si – dice mi padre serio, dando la mejor velocidad del auto, hasta que el hombre quien ahora recuerdo es el abogado Jones esta en frente de nosotros, se convierte en hombre lobo, cuando mi padre frena este quiebra el vidrio agarrando a mi padre de la cabeza y lo mastica, grito desesperada ante el suceso.

-Quédate aquí cariño – me ordena mi madre dándome un beso, sale del auto y yo grito asustada cuando mi madre ataca con una especia de energía en sus manos al lobo pero este fue mucho más veloz y la agarro de pierna llevándola a rastras y después arrancarle la cabeza, fue lo más doloroso que he visto.

Luego el lobo se trasforma en hombre de nuevo, me protejo con mi guitarra.

-Tranquila Susan – dice acercándose en el asiento – lo siento mucho por lo que vistes.

-¡Aléjese! – grito llorando, me agarra del cabello pero sin lastimarme, obligando que salga del auto, al bajarme me lleva aun agarrada del cabello, veo a mis padres tirados en el suelo sin cabeza, me lleva hacia una roca donde me pone a la par de ella.

-Hare que tu dolor se elimine – dice antes de tirarme a la roca y caer golpeándome la cabeza, quedo inconsciente y es ahí cuando amanezco en el hospital.

Fin Flash Back

 

Quiero llorar pero no puedo, ya no puedo, enojo invade mi cuerpo pero hay algo que no comprendo.

-¿Por qué no me mataste? – pregunto con un hilo de voz.

-Lo sabrás con el tiempo, solo déjame decirte que si no hubiese matado a tus padres, tu estuvieras muerta – respondo con nervios, ¿Por qué no me quiere decir?

-Mejor nos hubieras matado a todos y así se acababa todo – digo enojada, observo a Alaska quien está paralizada viendo todo.

-No podía Susan, era por el bien de la profecía – dice haciendo que yo no entienda nada – tus padres no me hicieron caso, era un bien que alejáramos las huellas de tus padres así las tuyas no serían encontradas.

-¿Y ahora, mis huellas no son encontradas? – pregunto irónicamente pero siempre enojada.

-Ahora debes afrontar tu realidad, puedes matarme Susan pero yo siempre te quise como tu hija – dice llorando, tantas ganas de llorar y no puedo, ahorita le tengo envidia – es difícil de explicar pero con el tiempo, al darte cuenta sabrás de lo que he hablado.

-No te matare pero conmigo no cuentas Jones – digo enojada saliendo de la oficina, Alaska me sigue el paso y bajamos hasta mi auto, donde nos subimos y manejo sin pronunciar ninguna palabra, aun no puedo creer que el señor Jones haya matado a mis padres, como ansió poder llorar y desahogarme pero hace mucho no lo hago y no deja de lastimarme, ¿será que las olinius no lloran?

Gracias a ese golpe que me dio Jones en la cabeza no recuerdo nada, pero ahora si solo que no me ayudo en mucho porque al final no le entendí al viejo, bueno, ni tan viejo, es un licántropo y duran bastantes jóvenes.

Como la tarada que soy no me di cuenta que nunca envejecía, por eso lo miraba guapote, pero cambiando del tema y ahora que hare, sin duda el señor Logan me regañara y también a Alaska por no detenerme.

-Si quieres llorar, no te detengas, es bueno hacerlo – me aconseja Alaska quitando el silencio.

-No te imaginas como quisiera – digo riéndome – pero no puedo, desde hace mucho tengo esa sensación de llorar pero las lágrimas no salen.

-¿De verdad? – pregunta sorprendida mirándome, asiento, ella se vuelve a sentar normal pero una tensión no me deja tranquila.

-¿Pasa algo? – pregunto sin dejar de mirar al frente.

-No, no nada – dice insegura.

Me quede pensando manejando hasta casa, anocheció y al fin llegamos, mi amiga se había quedado dormida en el asiento del copiloto, le toque el hombre y la removí un poco para que despertara.

-¿Ya llegamos? – pregunta cuando pasa sus nudillos por sus ojos.

-Si – respondo mirando por el vidrio en frente, donde viene un Logan enojado y un Tobías compasivo – prepárate que aquí viene lo peor.

-Es verdad – contesta saliendo del auto, hago lo mismo y al bajarme siento su respiración enojada casi cerca.

-¿Dónde carajo han estado? – pregunta entre dientes, parece que se va a convertir en un lobo.

No le respondo y solo paso de lado, quiero estar sola, en ese momento Tobías me abraza.

-¿Qué tal mi Luna? – pregunta apretándome contra su cuerpo, quiero observara  Alaska quien sin duda debe de estar triste - ¿Cómo estás?

-Bien, eso creo – respondo alejándome, volteo a ver a mi amiga que exactamente se encuentra cruzada de brazos con una cara de pocos amigos – ve a preguntarle a Alaska como se encuentra – le susurro, el asiente porque sabe que con eso me hace que me complazca.




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