Cinco meses después.
-Vamos Susan – insiste Alaska tocando la puerta – vamos a comprar ropita para ti y para ese bebito.
-No, no quiero – digo mirándome de arriba abajo – estoy horrible para salir.
-No, solo estas gordita nada mas – dice queriendo que acepte su propuesta – por eso compraremos algo bonito para ti.
La ropa ya no me queda por mi vientre de cinco meses y una semana y medio, la verdad no me quejo es mi bebe y lo amo tanto, siempre le canto en la noche antes de que Logan llegue al cuarto, hablo con mi Lucas, si así quiero llamarle, quería combinar los nombres de Logan y el mío, el único que se me ocurrió es Lucas y me encanta.
Logan no lo sabe pero espero que no se niegue ya que es mi hijo y tengo derecho a decidir el nombre, hace poco nos dimos cuenta que era niño porque fuimos a un hospital.
-Vamos Susan – Alaska insiste tanto que me convenció, hacía que abro la puerta del baño encontrándome con mi amiga sonriendo – sabias que aceptarías.
-Pero mira como estoy – señalando mi cuerpo, ando con un short desabrochado porque no me queda y una camisa que me queda muy ancha ya que no es mía, es de Logan pero se lo robe.
-Ven – dice llevándome hacia el armario donde al abrirlo caen una variedad de ropa, le caen encima a Alaska, me empiezo a reír a carcajadas – no le encuentro la gracia.
-Pues a mí si – digo acariciándome el vientre - ¿ya encontraste algo?
-No específicamente – dice mirando la ropa hasta que agarra un vestido con flores que parece veraniego – este te quedara muy bien.
-Ok – digo solo para que no se enoje y además necesito ropa urgentemente porque nada me va a quedar en el futuro por mi “gusanito”
Cuando me lo pongo Alaska me mira con ojos asombrados dándome su pulgar demostrando u diez.
Me agarra de la mano y nos transportamos al pueblo, caminamos hacia las tiendas y me probé casi toda la ropa para mujeres embarazadas, Alaska me insistía en comprarle ya a Lucas pero le dije que hiciera lo que quiera, la deje como madrina de la ropa, ella me enseñaba algunos pantaloncitos entre camisas que son muy lindas, todo lo que dije que estaba lindo ella lo compro.
Me cambie ahí mismo poniéndome una camisa de manga larga con un vestido de tirantes lona, me pareció agradable para mi estado.
-Muchas gracias Alaska – digo con sinceridad, me hace feliz tenerla como amiga.
-No es nada – dice encogiéndose de hombros caminando junto a mí - ¿quieres un helado? – pregunta señalándome la tiendita.
-¡Si! – exclamo emocionada, mi amiga solo sonríe porque sabe que el helado es parte de mis gustitos, me fascinan, caminamos hasta donde se encuentra el señor.
-Hola, ¿Qué se le ofrece? – pregunta el chico que sonríe.
-Queremos paletas – responde Alaska con obviedad, la fulmino con la mirada y ella solo me sonríe.
-Con gusto – dice el chico tímido al ver la forma de expresarse de Alaska - ¿Cuántos quieren?
-Dos…
-Cinco – digo con rapidez haciendo que Alaska ladee la cabeza donde me encuentro enarcando una ceja – es que quiero para llevar – digo con inocencia cuando el chico se empieza a reír por mis palabras, me toco el vientre ya que el de los antojos es Lucas y no debo de desobedecer mi criatura hermosa.
-Ok entonces nos da cinco – dice Alaska sonriendo dándole el dinero cuando el chico ya tenía la bolsa llena de paletas, Alaska saca la suya y la mía – ten.
-Gracias – digo agarrando con ganas mi paleta para abrirla, comienzo a comerla mientras caminamos, decidimos pasar por el parque y nos sentamos en unas bancas – nunca pensé que un pueblo pareciera una ciudad.
-Lo han mejorado – dice mi amiga comiendo – antes esto ni existía.
-¿De verdad? – Pregunto admirada - ¿y cuántos años tienes?
-No lo sé – dice riéndose – en este mundo no celebramos cumpleaños.
-¿Pero por qué? – pregunto sorprendida llevándome la paleta a mi boca saboreándola.
-Porque al cumplir los dieciocho tu vida depende de un hilo que es que esta más allá de la muerte, sin embargo al cumplir esa edad ya somos inmortales, bueno, dependiendo si alguien no nos mata con un arma.
-Entiendo - digo ladeando la cabeza mirando el suelo, me queda muy claro este mundo lleno de sorpresa, una de ellas que no sabía que las brujas podían quedar embarazadas pero al enterarme de la hija de Carlota supe que tenía oportunidad, no sabría decir lo tan acostumbrada que estoy y lo tanto que me gusta esta vida, más ahora que estoy con Logan y tengo parte de él adentro de mí.
Solo espero que Carlota no se acerque ahora que estoy en este estado, no trato de decir que no la podre dominar pero si algo le pasa mi bebe por su culpa, sabrá quién soy.
-Hey – dice Alaska moviendo su mano en frente de mis ojos, la volteo a ver - ¿otra vez pensando en Logan?
-Ehh no – digo nerviosa – estaba pensando en mi bebe, prácticamente en el pensaba ya que sin duda se parecerá en él.
#1094 en Fantasía
#651 en Personajes sobrenaturales
#4446 en Novela romántica
brujas magia, licantropo amor romance, deseo pasion amor celos
Editado: 27.03.2020