Destinada A Ser Bruja

Capitulo XXIX: Esclavos

 

LOGAN

                   

Era necesario que Susan hiciera eso por venganza, aunque ella lo niega sé que lo hizo por ello, lo que no entiendo de mí y no soporto creer porque siento que la sangre me hierve es que ese licántropo sea su novio, creí pensar que aún seguía enamorada de mí.

“Creíste que ella te amaría después de lo que le hiciste” – cállate subconsciencia.

Me cuesta controlar mi enojo, me siento frustrado, pasó mi mano en mi cabello desesperado de como dominar lo que está pasando, cuesta creer que esto sea real, es que pareciera que Susan no fuera tan capaz de hacernos esto.

-Cálmate Logan – dice Kenia palmeándome la espalda y sentándose en la par mía, mirando el sol que está a punto de oscurecerse – esto es parte de la profecía.

-Es que no lo entiendo – digo enojado – jamás pensamos que sería ella así.

-No hables por todos – dice mirándome con una sonrisa de lado – para mi ella se ha hecho fuerte y me alegra saber que es otra Susan.

-Por una vez en tu vida podrías hallarle el lado negativo de la situación – digo fulminándola con la mirada.

-Podrás sentir que todo es mal Logan – su mirada la hace para el sol – pero yo nunca fallo en mis cálculos, por eso lo digo y lo repito, Susan es la mejor.

Gruño enojado por saber que nadie me comprende, me siento decepcionado por ellos y por Susan, me duele saber que esto lo hizo por lo que le hice pero intente amarla, simplemente no pude y ahora no puedo hacer nada.

-Mark sin embargo parece un buen chico para ella – dice con malicia, le enarco una ceja confuso ya que no sé a qué se debe su comentario – no la supiste aprovechar Logan.

-¿Qué no supe aprovechar el que? – pregunto fingiendo no saber nada.

-No finjas Logan – dice riéndose – se que te mueres de celos por saber que ella tiene novio.

-¡Por supuesto que no! – exclamo arto de sus comentarios.

-Aja y entonces me puedes contestar esto… - dice cortando la voz, me mantengo al margen curioso de lo que me preguntara - ¿Por qué no los dejaste juntos en la cárcel? Digo… así como tú eres un licántropo necesitas de relaciones sexuales que dudo que Brany te los complazca ya que esa víbora no hace nada.

-Porque… - ¡Rayos no sabía que contestar ya que si lo hice porque no quería que tuvieran sexo pero, carajo! – Porque… no quería que escaparan – dije lo primero que se me vino a la mente.

Kenia me ve rara, sin duda no me cree pero no me retractare, ella se encoge de hombros y se voltea al otro extremo, no me pregunta nada y solo observamos el atardecer.

Todas sus preguntas me tienen inseguro, la verdad que ni yo me entiendo, antes que ella apareciera entendía mis sentimientos y ahora ni Brany quiero ver, no comprendo y ni me llama la atención tener sexo, sin duda esto es un problema de mi frustración.

-Déjame decirte que Susan no se escaparía – dice de repente Kenia, la volteo a ver y se mantiene viendo el horizonte – si quisiera ya lo hubiera hecho porque tiene más poder de lo que crees, pero no lo hace ya que está aquí por una personita y lo sabes bien.

Se levanta y camina hacia la casa, me quedo pensando en sus palabras, lo sé muy bien que podría escapar, se ha hecho más fuerte aunque le hayamos quitado sus fuerzas, sin embargo me arriesgo sacándola cuando no sé qué planea. Lo que no creo es que este aquí por Lucas, no lo ama y si lo hiciera.

¿Por qué hizo todo esto?

Me quiebro la cabeza pensando en todo, cuando de repente siento unas manos en mis ojos, al tocarlas se de quien se trata.

-Lucas sé que eres tu – digo sonriendo cuando quita sus manitas, aparece en mi visión, está bien vestido, su madre lo vestía muy bien.

-Hola papi – dice sonriendo para luego abrazarme, lo recibo en mis brazos - ¿Por qué estás aquí solo?

-Pensando Lucas – le respondo con sinceridad - ¿ya comiste?

-Sí, tía Alaska me preparo huevos revueltos – respondo feliz, sus ojitos son color miel como los de su madre, veo en el sus ojos, de repente veo como se pone triste y suspira desanimado.

¿Qué sucede Lucas? – pregunto acariciando su cabello despeinándolo.

-Extraño a mami – responde y algo en mi hace que se rompa en pedazo, aunque Susan sea malévola no tengo derecho de quitarle los deseos de verla, me levanto rápidamente agarrando la mano de mi hijo - ¿A dónde vamos?

-A ver a mamá – respondo, al decirlo se emociona y empieza a jugar, sonrió al saber que es feliz con ello, caminamos hacia atrás de la casa, donde abro la puertecilla que lleva al sótano, me siento mal por tenerla aquí, siento amargo mi ser porque Susan aunque no la amase, es una persona muy importante para mi hijo pero ahora no sé qué decir de mí.

 

Bajamos las gradas con cuidado y enciendo la luz que deriva de ahí, tengo miedo de que mi hijo me pregunte…

-Papa, ¿Por qué tienen a mami aquí? – pregunta y es lo que temía escuchar, sin duda nunca había sentido tanto miedo desde que me di cuenta que se fue con Carlota.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.