Capítulo 15

Brooke

—Es sangre animal —anunció el vampiro con una mueca de asco, se levantó del suelo y limpió sus manos en la tela de sus jeans—. Odio la sangre animal.

Lo miré sin decir palabra, abrazándome a mí misma. No podía creerlo, habían destrozado el departamento y llevado a Brooke, todo por mi maldita culpa.

Había entrado en pánico y no supe qué hacer, por lo que llamé a Derek, siendo muy consciente de que no debería haber sido mi primera opción. ¿Pero qué más haría? ¿Llamar a la policía? ¿Gritar? ¿Avisar a mis tutores? No estaba lista para eso último, no soportaría ver el rechazo y el asco en las personas que tanto me habían cuidado. No podría.

Y, a mi pesar, no tenía a nadie más, puesto que de haber llamado a mis amigas, ellas hubieran entrado en crisis.

Ni siquiera comprendía porqué no reaccionaba.

No había lágrimas, ni gritos, ni lamentos. Simplemente estaba allí, mirando el charco de sangre que (hasta la llegada de Derek) había creído que pertenecía a mi amiga.

—Revisaré el departamento —anunció el pelinegro, captando mi atención—. A ver si encuentro algo que nos indique dónde puede estar Brooke...

Asentí, carraspeando y observando todo con incredulidad, esto no podía ser posible. Estaba segura que las cosas se me habían escapado de las manos hacía mucho pero esto... Esto era tocar fondo.

Nadie se metía con mi familia sin esperar salir ileso.

—Voy a llamarla —dije, buscando mi celular y rogando porque contestara. Tal vez cabía la posibilidad de que ella en realidad estuviera de compras con Chloe o con alguna de sus amigas.

No te engañes a ti misma.

Suspiré, expectante ante el tono pausado y relajado de la línea que indicaba más de lo que quería aceptar.

Mi mundo se desvaneció al oír una voz del otro lado de la línea.

Pero no era la de ella.

—¡Pequeña! —su tono entre divertido y pícaro resonó en mi cabeza, la cual inmediatamente buscó reconocerla—. ¡Me preguntaba cuándo llamarías! Tanto tiempo que no hablábamos y ya comenzaba a extrañarte. Además...

—¿Dónde está Brooke, maldito lunático? —Derek apareció junto a mí con el ceño fruncido y yo le indiqué que guardara silencio.

—¡Es de mala educación interrumpir cuando hablan! —me gritó y luego bufó exageradamente—. Como sea, quería decirte que tienes una amiga muy linda, aunque opino que es muy asustadiza, no creo que sea mi tipo.

Elevé mis ojos al techo, queriendo disipar las lágrimas de impotencia que insistían en aglomerarse en mis ojos.

—¿Qué es lo que quieren?

El lunático rió y no tardé ni un segundo en reconocer su risa. Mike. La sangre me hirvió de momento y me juré a mí misma que lo mataría con mis propias manos.

—No te andas con rodeos, ¿eh? Me agrada —dijo burlón—. ¿Qué te parece si nos vemos en la azotea de tu noviecito en... —hizo una pausa que él muy bien sabía que crearía expectación— veinte minutos?  Sí, me parece una excelente idea —se respondió a sí mismo—. No llegues tarde, pequeña. Odio esperar —creí que colgaría pero en cambio, añadió—. ¡Oh! ¡Lo olvidaba! Dile a tus amiguitos que ni se les ocurra atacarme o encontrarás a la hermosa rubia por partes.

Y finalizó la llamada.

Mordí mi mejilla hasta sentir la sangre deslizarse por mi garganta y me apresuré en arrojar mi celular contra la pared más cercana. Observé como caía hecho trizas e intenté regularizar mi respiración, sabiendo que luego me arrepentiría de aquello.

—Ni lo sueñes —soltó Derek sin darme tiempo a mirarlo, puse mis ojos en blanco y tomé mis llaves, decidida a ir a su departamento con o sin él.

—Es mi amiga y está en peligro por mi culpa —dije, esperando que saliera para así yo poder cerrar la puerta.

Como si eso te sirviera de algo.

—Aún no entiendes la magnitud de lo que está pasando, preciosa —dijo, saliendo de mi destrozado hogar—. Brooke no lo merece, pero tampoco podemos permitir que ellos te dominen.