destinados

capítulo 6

—Por favor no me llames así —le pedí ignorando su mirada y tratando de alejarme.

El sonido de la puerta cerrándose llamó mi atención, giré la cabeza y observé que la puerta estaba cerrada y él se dirigía hacia mí.

—No sabes lo increíblemente sexy que te ves con ese vestido —dijo deteniéndose justo frente a mí.

—¿Qué quieres? —le pregunté de la manera mas seca que pude.

—Volver a sentir esos labios ¿O es qué acaso tengo que emborracharte otra vez para poder besarte? —me preguntó tratando de acariciar mi mejilla.

—¿Así es como juegan tu novia y tú? —le espeté escapando de su agarre y empujándolo un poco para poder pasar.

—¿De qué hablas?

—¿Acaso no sabes que tu novia se anda besuqueando por todo París con un rubio? 

Jeremy primero se veía confundido y después soltó una fuerte carcajada.

—¿De dónde sacas algo tan estúpido? 

Me acerqué a él mientras sacaba el celular de mi bolsillo, busqué la foto en la galeria e inmediatamente la foto iluminó la pantalla prácticamente le estrellé el celular en la cara, Jeremy agarró el celular con tranquilidad y después de varios segundos pasó de estar pálido a estar completamente rojo.

—¿Cuándo fue esto? —preguntó después de un largo silencio.

—Hoy en la tarde —le contesté alejándome de él y sentándome sobre un sofá de cuero.

—¿Acaso ella me...? ¿Es un maldito chiste? 

—No te pongas dramático, ni que tú seas el hombre más fiel del mundo.

—No lo entiendes.

—Tú la engañaste y ella te engañó ¿Dónde está lo complicado? Asume tu maldita responsabilidad y ya.

—A ti también te engañaron ¿Cierto? 

Desvié la mirada.

—¿Por qué no me dejas sola y te vas con tu chica? 

—¿Qué sucedió? —me preguntó acercándose un poco.

—No hablaré de nada contigo.

—¿No me tienes confianza? Porque creo que hemos cruzado ya el limite. 

—¿Por qué te interesa? 

—Simple curiosidad.

Solté un suspiro antes de colocarme de pie, nos sentamos en uno de los escalones de la escalera en forma de caracol que llevaba a un segundo piso y empecé a contarle la trágica historia de cuando mi novio me había engañado con mi mejor amiga, que sufrí de depresión por un mes y que él había intentado recuperarme, aunque nunca mencioné que él vendría ya que no lo consideré necesario, después de un largo e incómodo silencio por fin habló.

—No deberías quererlo —concluyó sin mirarme.

—Lo sé, pero fue mi prometido y eso nunca lo olvidaré —admití abrazando mis rodillas.

—Alice, si quieres perdónalo pero no vuelvas con él —me pidió colocándose frente a mí y agarrando mis manos.

—¿Por qué? —pregunté mirándolo fijamente algo confundida.

—Porque no podría estar tranquilo sabiendo que estas con alguien que te afectó tanto en tu pasado —dijo acariciando mi cara.

Le sonreí sin ningún tipo de ánimo y un poco sorprendida con sus palabras.

—Gracias —dije sin quitarle la mirada de encima—, ¿Al fin qué harás con la pelirroja? —evité su mirada.

—Terminaré con ella, es obvio ¿No? —intuyó acercándose un poco más a mí—, además ya le he echado un ojo a otra chica por ahí —chocó su frente con la mía.

—Que terrible va a ser la vida para esa pobre muchacha —dije tratando de animarme.

—Oh, quieres que te demuestre que no será tan terrible —aseguró agarrando mi mano.

—¿Qué estás diciendo? —pregunté incrédula.

Con un ágil movimiento Jeremy me levantó y me acomodó sobre su hombro, chillé un poco al pensar que en cualquier momento me dejaría caer pero no fue así, me llevó al segundo piso y me arrojó sobre un sofá, este es de tela y más cómodo, encendió una lámpara que estaba al lado del sofá y se incorporó sobre mí.

—Ya te dije que no quiero tener sexo contigo —le advertí.

—Y yo te dije que te haría cambiar de opinión.

Se estaba acercando lentamente a mí y cuando nuestros labios estaban a punto de rozarse su celular sonó.

—¡Rayos! —gruñó al tiempo que sacaba su teléfono de su bolsillo.

Contestó el teléfono y frunció el ceño después de varios segundos.

—No, no quiero hablar contigo —dijo finalmente—, ¡¿Qué pasa?! ¡Que te andas besuqueando con un rubio por todo París cuando teníamos un trato! —gritó girándose y apoyándose de la barandilla—, no, no necesitas venir —dijo con algo de suavidad—¿Esteban? ¿Quién ese ese? —me miró con el ceño fruncido. 

Pasaron varios segundos antes de que volviera a hablar.

—Hablamos después.

Colgó el teléfono y me miró, no se veía precisamente feliz.

—¿Cómo es eso que invitaste a tu ex a venir aquí? —preguntó frunciendo el ceño aún más.

—¿Cómo lo supiste? ¿Qué te dijo ella? 

—No voy a entrar en detalles hasta que tú lo hagas —me espetó.

—Okay, hay cosas que necesitamos aclarar —intente mediar.

—¿Qué cosas? —preguntó con ira.

—Yo... no lo sé, solo necesito superarlo.

—¿Y según tú ver a tu ex novio hará que lo superes? ¿Qué quieres con él? ¿Tener sexo de despedida o qué? 

Pestañeé completamente indignada, nunca me habían dicho algo como eso, sentí como mi cuerpo se llenaba de ira después de escuchar tal ofensa pero no sabía que responder.

—¿Acaso enloqueciste? ¿Por qué actúas así? ¡Tú y yo no somos nada! ¡Apenas si te conozco como para que me celes de esa manera!

—¿Entonces vienes y críticas a Megan porque está jugando conmigo y tú te vas a reunir con tu ex mientras me besas?

—Para tú información el mensaje invitándolo lo envió Brooke, la dejé enviar el mensaje porque me trataste como una basura en el jardín y simplemente necesitaba desahogarme con alguien, No pensé que esto pasaría, me gustaste desde el momento en que entraste a la oficina, me pareciste el hombre más hermoso que había visto en toda mi vida pero después de la indiferencia con la que me saludaste, como besabas tan cariñosa la mano de Megan y como me gritaste en el jardín supuse que entre tú y yo no habría nada ¿O qué? ¿Ahora se supone que tenía que guardarte alguna fidelidad aun cuando casi ni te conozco y me trataste como basura?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.