Quise creer que esa situación tan vergonzosa no me iba a afectar en el resto de la fiesta pero así fue, ni siquiera tuve cara para sentarme en la mesa, a pesar de que Jeremy no estaba si lo estaba Megan y esta era la boda de mi prima, no causaría escándalos.
Ingresé al castillo buscando un baño urgente, me había pasado un poco con las copas de champagne y ahora estaba mareada, con la vejiga llena y con mucho sueño.
No supe como pude orinar con ese vestido pero lo logré, cuando salí del baño aún me tambaleaba un poco pero el sueño estaba desapareciendo, estuve a punto de llegar a las escaleras pero tuve que frenar en seco, Esteban estaba ahí.
—¿Está todo bien? —pregunté observándolo fijamente.
—Más o menos —admitió él caminando hacia mí—. Estoy un poco… enojado.
—No me digas, ya supiste lo que sucedió…
—Sí, ya lo supe.
—Oye yo… yo no estoy de humor para discutir.
—¿Entonces para que me hiciste venir, Alice? —preguntó obligándome a levantar la mirada.
—Entre él y yo no había pasado nada cuando te envié ese mensaje y cuando me di cuenta ya tú estabas aquí y… se complicó todo.
—¿Sabías que estaba comprometido?
Yo desvié la mirada.
—No… no al principio.
—Alice por Dios… —murmuró Esteban sacudiendo sus hombros.
—Será mejor que te vayas.
—¿O sea que no hay oportunidad para mí? —preguntó agarrándome con suavidad del brazo.
—No habrán oportunidades para nadie —le informé.
—¿Ni siquiera un abrazo de despedida?
Yo solté un suspiro y me giré, caminé hacia él y le recibí el abrazo pero cuando intenté que me soltara no lo hizo.
—Esteban basta, suéltame —le pedí tratando de empujarlo.
—Esto me duele Alice, tu rechazo me duele.
Solté un bufido antes de finalmente empujarlo con fuerza.
—¿Es un chiste? ¿Tú me engañaste y debo sentirme mal porque “estás dolido”? ¡Vete al diablo!
—¿Estás ebria, Alice?
—¡Claro que estoy ebria! —vociferé arrastrando las palabras, no había notado que estaba hablando así—. Es la única forma de tomar la valentía de decirte que te vayas al diablo, que te odio y no vamos a volver, no importa las caras de perro regañado que hagas nunca vamos a volver.
—¿Estás segura de eso?
—¡Claro que sí! —me encaminé hasta las escaleras chocando de frente con Jeremy, quien venía subiendo las escaleras.
—¿Estás bien? —me preguntó mirándome fijamente.
—Claro que estoy bien —le murmuré entre dientes antes de pasar por su lado.
Volví a la fiesta con un golpe de adrenalina demasiado grande para mí, bailé con hombres que nunca en mi vida había visto, un asiático, un hombre con un extraño acento ruso e incluso con el padre de Xander, quien al parecer ignoraba por completo lo que había sucedido entre Jeremy y yo, cuando me arrojé a la silla apenas si podía con mis pies, si no estuviera rodeada de personas tan elegantemente vestidas ya me hubiera deshecho de los molestos tacones, Brooke caminó hacia mí con una sonrisa y se arrojó a mi lado.
—¿Cómo la estás pasando? —me preguntó obviamente mareada por el alcohol.
—Demasiado bien ¿Y tú?
—¿Yo? No podría estar pasándola mejor —aseguró sin dejar de reír—. Ya Iris me contó lo que sucedió con Jeremy y ¿Sabes que le dije?
—¿Qué le dijiste?
—Le dije que le diga a Jeremy que te dejara en paz si de verdad quería que él se casara con Megan porque tú eres demasiado bella como para estar detrás de un hombre.
Yo solté una fuerte y sonora carcajada.
—¿En serio le dijiste eso?
—¡Sí! Y se excusó diciendo “Es que Megan me dijo otra cosa” Definitivamente esa mujer es una maldita.
—Pero ¿Sabes qué? Que se lo quede, yo no necesito a un hombre que no me coloque como prioridad.
—¡Así se habla! ¡Ahora vamos a bailar!
Tiró de mi cuerpo y juntas caminamos hasta la pista, después de eso sinceramente fue muy poco lo que recuerdo.
Estaba caminando con demasiada dificultad hasta la habitación, ya era de noche, la fiesta había terminado y todos estaban dirigiéndose a sus hoteles, cuando giré por el pasillo tuve que frenar en seco, Esteban estaba frente a mi puerta.
—¿Qué haces aquí? Pensé que te habías ido con Megan.
—¿Por qué me iría con ella? Ella tiene a su prometido.
—¡Vamos esteban! ¿Acaso me vas a decir que no te la haz cogido? Con lo promiscuo que eres…
—Creo que me estas confundiendo con Jeremy —se empezó a acercar a mí.
—Él no fue el que me engañó con mi mejor amiga ¿Cierto? —lo evité.
Pero mi vestido y mis pies doloridos me traicionaron, tropecé con la falta y casi me caigo de frente, por suerte Esteban me ayudó.
—Vamos cariño, necesitas descansar —me dijo a la vez que me ayudaba a colocarme de pie.
—Sí, pero descansare sola —le advertí tratando de alejarme de su cuerpo.
—Alice por favor, una noche ¿Sí?
Lo miré fijamente como pude y después comencé a reír en su cara.
—No…
—¿Por qué diablos no?
—Porque no quiero —lo traté de empujar pero no se movió—. Esteban, no estoy de humor para-
Se abalanzó sobre mí y me plantó un beso en los labios, beso que rápidamente rechacé desviando mi rostro y tratando de alejarlo.
—¡Suéltame! —grité furiosa empujándolo con mi rodilla.
—Te extraño Alice, te extraño tanto.
—¡Que me sueltes! —le espeté colocando mis manos sobre su cara.
De repente su cuerpo se despegó del mío y cayó de espaldas sobre el suelo, Jeremy apareció colocándose en medio de nosotros con el cuerpo completamente tenso y sus manos empuñadas.
—Largo de aquí —le advirtió Jeremy furioso.
—¿Qué haces aquí? ¿no deberías estar con tu prometida? —le preguntó Esteban colocándose de pie con dificultad.
—Que te largues —le masculló.
Esteban me miró y después miró a Jeremy, asintió con la cabeza completamente furioso y se encaminó hasta el pasillo que daba a las escaleras, Jeremy se giró para mirarme pero yo no le permití hablar, le di una fuerte cachetada.