Artemisa
Esto no podía estar pasando, era prácticamente imposible que me reconocieran.
No tendría que haber ido a las carreras la otra noche con Tyler, lo echaba de menos, pero siempre hay algún fanático tocapelotas que lo estropea.
Si ya me habían reconocido y sabían dónde estaba, tenía dos opciones: o me voy de aquí y vuelvo a huir; o me quedo y hago frente a lo que pueda pasar.
No van a tardar en encontrarme.
Una de las razones por las que me marché, fue lo que pasó con Jason, por suerte conseguí apartarlo o más bien se cansó de mis gritos y se fue, prometiéndome que acabaría lo que había comenzado.
Lo intentó varias veces pero escapé, siempre tenía cerca mi moto para poder escapar de él y de sus hombres.
Uno de los días que intentó atraparme mencionó que es miembro de una mafia. No dijo si era de los grandes allí o era un simple peón.
Y si Darren sabe sobre mí quiere decir que conoce a la mafia de Jason y que Jason pronto sabrá dónde me encuentro.
No podía respirar bien, él me encontraría y haría daño a Tyler. Acabaría lo que comenzó y todo por lo que luché no habrá servido para nada.
Tenía que contárselo a Tyler, o alejarme de él…
Pero no quería perderlo, sería una estupidez. Le tenía que contar todo mi pasado para que supiera lo que podía pasar si continuaba a mi lado.
Ahora mismo soy una bomba con patas.
-Artemisa, ¿qué te pasa?- Tyler sonaba preocupado.
-Tengo que contarte muchas cosas, y puede que no quieras saber nada más de mí cuando te lo cuente.
Tyler
-No creo que lo que me vas a decir vaya a alejarme de ti.-dije convencido.
-Está bien, pero ya lo verás. Yo tuve un novio, Dave, no tenía una buena relación con su padre. Jason, el padre de Dave se coló un día en mi casa y estaba sola. Mis padres siempre están de viaje. Jason intentó aprovecharse de mí, yo me resistía, gritaba y le golpeaba, así que se marchó prometiendo y acabaría lo que había comenzado.-apretaba la mandíbula.
-¿Dónde vive ese cabrón?- pregunté con voz furiosa y los puños apretados.
-Déjame continuar, aún no he acabado. Les conté a mis padres lo que había pasado, pero ellos no me creyeron y me dejaron sola volviéndose a ir de viaje. Corté con Dave, Jason comenzó a seguirme, poco a poco dejé de salir y me encerré en mí misma. Ya no podía dormir, a penas comía desde esa noche. Me gustaría decir que no me afectó pero no fue así. Lo único que encontré que me distraía de Jason fueron las drogas, de todo tipo.-La miré incrédulo.-Hacía mucho tiempo que participaba en las carreras, aunque de las últimas veces no me acuerdo muy bien. Un día mis padres regresaron del viaje antes de tiempo y me encontraron en mi habitación colocándome.
-Pero… ¿lo dejaste o todavía consumes drogas?-pregunté con cautela.
-Cuando mis padres me pillaron me metieron en un centro de desintoxicación. Tal vez pienses que fue lo mejor… puede que lo fuera pero no así. Ellos me ingresaron allí por el bien de su posición social, estuve tres meses encerrada en ese lugar. Se permitían visitas, pero mis padres no fueron a verme, ni llamaron, nada.
-¿Ellos sabían lo de las carreras?
-No, de eso no se enteraron. Ésa era mi verdadera vida, y por el día usaba una tapadera. Por eso me fui de allí, no podía ser yo misma. Tenía que ser correcta y una señorita para que mis padres no se escandalizaran.
-¿Eres buena en las carreras?
-No es por presumir, pero siempre ganaba.-dijo con altanería fingida.
-Nunca he oído hablar de ti en las carreras.
-Eso es porque no utilizaba mi nombre. Me podía causar problemas.
-Entonces, ¿cómo te llamaban?
-La Pantera Negra… A muchos les causo curiosidad y solía ir a las carreras vestida de negro.
-Y ¿cuál de todo va a hacer que me aleje de ti? Porque hasta ahora no has dicho nada que lo haga.
-Se trata de Jason, él es miembro de una mafia y si lo que te ha dicho Darren es cierto, las dos mafias son aliadas. Lo que quiere decir que si Darren sabe quién soy y Jason sigue buscándome me encontrará. No quiero que te haga daño para llegar gasta mí, porque no dudará en hacerlo.
Artemisa sonaba preocupada por mí. Después de todo por lo que ha pasado tendría que preocuparse por ella misma, no por los demás.
Me acerqué a Artemisa y la tomé de la mano.
-Eso no va a hacer que nos separemos. Yo todavía quiero intentarlo porque la chica que conocí es la misma que tengo delante de mí ahora.
-No quiero que te hagan daño.-dijo ella apretando la mano que tenía cogida.
-No lo harán y a ti tampoco, yo te protegeré.
-Quiero que te protejas a ti antes que a mí. Promételo.
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Editado: 28.11.2018