2. En el desierto

-Ahg... Que calor- el sol abrasador quemaba la mejilla de Catalina quien salía de el suelo arenoso y con un pitido ensordecedor retumbando en su cabeza

-Siento que me estoy olvidando de algo...- miro a su alrededor en busca de algo que le ayudara a recordar algo, pero no había nada, solo arena.

-¿Dónde están todos?-

Trato de pararse pero las piernas le temblaban. Un recuerdo llego a su mente, un grupo de gente hablando serios y algunos riendo, cuando se escucho un fuerte ruido y encapuchados levantando la arena, golpeandolos a todos, ella estaba paralizada y no sabia a donde ir por la arena levantada y el ruido de gritos ahogados, despues un golpe, que la desmayo. Catalina tomo su nuca y pudo confirmar el chinchón que tenia.

-Samy!!! Samy!!!- gritó alterada estaba sola y atrapada en un lugar desconocido, corrió de un alado a otro.

Su corazón dejo de acelerarse al escuchar el aleteo de su amigo colibrí, lo tomo entre sus manos y la envolvió en su pecho, dando un suspiro de alivio.

-¿Alguien mas logró escapar?-

El avecilla nego con su cabeza, Samy se elevó sobre la cabeza de Catalina y busco algo más que solo arena, empezó a piar con fuerza y a revolotear efusivamente, señalando con sus dos colas una direccion. Así guio a Catalina hasta un camino de tierra firme.

-¿Tierra solida en un desierto?-

Las rocas sólidas oscuras contrastan mucho con la dorada arena, esto no era un fenómeno natural se trataba de una intervencion magica.

Otra cosa extraña que Samy y Catalina podían observar era una tiendas abandonadas, estás estaban cubiertas de mucho polvo y algunas ni nisiquiera habia sido terminadas. Estás tiendas eran de guerreros Destinatarios, la estampa se hallaba en cada una de las tiendas y cajas.

Samy salio de entre una de las carpas tratando de sacar una pesada maleta, Catalina la tomo y observó unos números estampados en esta.

-B-127-

Catalina callo en cuenta de algo importante.

-Ese es el escuadron desaparecido... Lo último que se supo de ellos es que fueron atacados por algo...-

La fuente de agua en medio de ese páramo parecía palpitar como un corazón, sus tranquilas aguas turbias albergaban una criatura viva que acechaba escondida.

-Samy... Debemos salir de aquí... Lenta...mente-.

Samy se apresuró a esconderse entre el cabello corto de Catalina, el aleteo de sus alas era muy ruidosa para seguir volando en ese páramo silencioso, Catalina retrocedió paso a paso procurando no hacer ruido alguno, si lograba salir a la arena estaría a salvó de aquella tenebrosa fuente.

Un repentino estruendo..

Una carpa se acaba de caer.

La criatura despertó.

Ataco a Catalina.

Salió de entre la fuente como un brazo y atrapó su pierna.

Catalina alejo a Samy de su lado para mantenerlo a salvó y en cuanto se dejó llevar por la criatura, un grito atrajo la mirada de todos hacia un hombre arapiento, quien se acercaba con una lanza con un trozo de cristal en la punta. El monstruo retrocedió, cómo si el trozo de piedra brillante fuera un trozo de carbón ardiente.

-Detras de mi- señaló el desconocido.

-atrevete ahora!!!- decía confiado mientras la luz del cristal estaba encendida, pero su mirada cambio a una preocupada al ver que la luz se fue apagando.

Esa fue la señal del monstruo para acecharlos de nuevo.

El joven arapiento tomó a Catalina del brazo y corrieron hacia lo más profundo de esas rocas.

-Alto! Ahí no hay salida- grito Catalina al solo ver un muro de roca sólida en su camino.

El chico solo corrió más rápido, mientras Samy intentaba detenerlo jalando de los hijos salidos de su ropa.

Al llegar a la roca está se abrió como un telón y los dejo pasar.

-Un túnel secreto...- susurro con asombro Catalina y este muro se volvió a cerrar en cuanto ambos jóvenes y el colibrí pasaron al otro lado. Ahora todo era oscuridad, ni un solo rayo de sol llegaba a ese lugar, pero se hallaba iluminado, por la pequeña y tenue luz del cristal que había vuelto a encenderse en un momento oportuno.