7. Lo que se pierde nunca se olvida

Connor volteo rápidamente su mirada a Catalina con unos ojos penetrantes y su cabeza se movía en negativa.

-La ruta de Roem... Es otra opción que debemos tener en cuenta- Catalina volteo la mirada hacia sus colegas Destinatarios.

Sabía que se estaba metiendo en asuntos que no conocía, pero su miedo a ver a alguien morir al frente suyo era algo que la alteraba mucho. Samy, quien estaba en su hombro, movía la punta de su larga cola como si fuera una mano acariciando su espalda.

Catalina les explicó de la existencia de esa ruta a la superficie y ellos se sintieron aliviados al escucharlo. Sin embargo Connor se levantó de forma furiosa e interrumpió su celebración.

-Si abren el camino a la superficie, nos pondrán en peligro a todos los de la aldea, ya se ha derrumbado una vez, ¿están seguros que el techo sobre nosotros no se dañara y el sol no nos alcanzará?-

Jurgen se acercó hacia Connor y hablo de forma calmada

-No debes preocuparte por ello, el poder de tierra existe para protegerlos

-¡Dejen de seguir confiando en que el poder lo puede todo, no lo hace!- Connor se fue después de ello.

-No lo juzguen solo es un niño- dijo el anciano que parecía estar durmiendo hace solo un momento- ha tenido que sufrir cosas muy duras desde pequeño y sé muy bien lo que se siente el tener que arriesgarse cuando has perdido todo-

El abuelo levantó lentamente la mano e inmediatamente las luces de los cristales se volvieron a iluminar con fuerza, pero solo por un momento.

-Deben tomar ese camino... Mi tiempo se agota y el de ellos lo hará conmigo, si no lo hacen- los Destinatarios sé acercaron e hicieron una pequeña reverencia en señal de respeto a todo el esfuerzo que su débil cuerpo le permitia.

Los Destinatarios salieron hacia la cueva donde descansaba Esthefan y le informaron todo.

-Oh, que bueno. Entonces... Jurgen, estás listo, amigo? Listo para esas vacaciones que tanto esperabas- reía 

-Si aún tienes fuerza para hablar, tal vez quieras algo antes de irme...-

-solo mi maleta...-

-¿La que trajiste al llegar aqui?

-esa...

Jurgen le entregó a Esthefan una maleta polveada y vacía. Al recibirla, este lo abrazo con mucha ternura.

-Que las raíces broten bajo sus pies

Esa frase es una bendición de esta dimension que significa "Que en tu camino todo valla bien".

Todos salieron en camino hacia la ruta de Roem, incluído Eme, Connor y Rengio, los unicos aldeanos varones de la aldea. Estos en particular no decian nada, la tensión entre ellos era muy notoria. Al estar en frente de los montículos de piedra Eme les indico que la superficie estaba a unos cuarenta pasos de distancia, pues no conocían lo que eran metros o centímetros.

Así Jurgen se preparaba para usar su poder de tierra y mover esas rocas.

-¿Catalina cuál es el nombre de tu catalizador?- decía Jurgen refiriéndose al ave.

-Samy

-Bien, Samy, préstame tu poder para atravesar este muro...-

Samy de inmediato giro sobre si mismo y se convirtió en una esfera de luz muy brillante que generaba un poco de viento. Los aldeanos obserban con admiración el espectáculo, mientras Jurgen extendía los brazos y poco a poco esa luz envolvía sus manos. Respiro hondo y dió un fuerte paso al frente y de inmediato todas las rocas al frente suyo había rodado más al fondo, extendiendo más el camino de la gruta.

Pero de repente se escuchó un fuerte golpe. Jurgen había caído de rodillas al suelo y tosia con una ferocidad mas peligrosa de lo que Catalina había escuchado hacer a Esthefan.