Destinatarios

10. Ser valiente

-¿Que?- Catalina no podia creer lo que escuchaba, el causante de la quemadura en el ojo izquierdo de Eme, era el sol.

-Uno de los Destinatarios dijo que era una enfermedad, que tenía toda la aldea. Se puede curar con la medicina del refugio, así que eso se solucionará al sacarlos a todos.

-Eso no es lo importante, el sol puede dañarte y aún así ¿Quieres salir a la superficie?

-Valiente, no?- dijo Eme con una sonrisa inocente

-NO!!

Eme retrocedió un paso al escucharla gritar.

-Es lo mismo que haber tomado la ruta del mounstruo- Catalina cierra los ojos con fuerza y respira para calmarse- debo hacer esto sola.

-Pero... La aldea depende de nosotros...

-Eme... - Catalina lo toma de los hombros- yo no puedo defenderte de los peligros, no tengo ningún poder... Y en primer lugar, nunca fuiste parte del plan. Si tienes la opción de estar a salvó, tómala. Es lo que todos harian.

Catalina soltó a Eme y se dió la vuelta para irse

-mi hermana dice lo mismo...

Catalina se detuvo, pero no volteó.

-He pensado en esto, pero... Si solo un poco del mundo real da miedo. Nadie en la aldea se atrevería a salir de la cueva. ¡¡Solo quiero que dejen de temer!!-

Eme acaricia a la boa que tiene a su lado

-Si nadie le da la oportunidad a lo que teme, se perderá de mucho. ¡¡Así que no pienso volver!!

Eme dio unos pasos hacia la superficie y de inmediato se retorció de dolor. Catalina se apresuró a sacar una capucha grande de su maleta y cubrió al muchacho. Después de respirar para aliviar su dolor, Eme levantó la mirada y con una sonrisa le dijo a Catalina.

-Siempre se puede confiar en los Destinatarios

-Eme, en serio eres un.... Ahhh!. Vámonos

-Enserio!?

-No vas a volver aunque te lo diga... Ten- De la maleta saca unos zapatos y se los coloca a Eme. El solo no es lo único que quemaba con su presencia.

Durante el camino hacia la ciudad Catalina pudo notar algunas cosas. Eme más que asustado parecía divertirse cuando sus pies se hundían en la arena. Samy revoloteaba sobre su cara y le daba algo de viento al batirlas. La serpiente Raj más bien... Nadaba.

Me creerían si les dijera que esa serpiente parecía estar reptando bajo la área con solo su cabeza afuera. No dejaba de dar miedo su tamaño, pero de un modo muy curioso causaba ternura su forma de andar en el desierto.

De vez en cuando Catalina se detenía para beber algo de agua y le otorgaba a Eme un poco. La expresión de Eme al tomarla era muy graciosa, se retorcia por lo fría que estaba.

La brújula les avisaba que aún seguían en buen camino y hubiera seguido así de bien si no hubiera ocurrido un incidente.

Eme!!!!

Gritaba internamente Catalina hacia el muchacho por estar jugando con sus poderes, haberlos hecho resbalarse y haber perdido la brújula.




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