Destinatarios

11. Oportunidad

Catalina se puso a buscar el pequeño aparato, pero al hallarlo lo vio quebrado, ella tenía tantas ganas de renegar con Eme, pero sabía que solo perdería tiempo, la noche llegaria en unas cuantas horas. Catalina prefiere mantener su mente enfocada en su objetivo. Lo bueno es que los Destinatarios mantenían entre sus conocimientos básicos el cómo guiarse a través del sol.

El viaje debería ser de 3 días hasta la ciudad, ahora que no hay brújula el tiempo será más extendido. Lo que más le preocupa a Catalina es el alimento, es limitado.

Hablando de ello, ambos tenían que comer algo. De su bolso, sacó unas cajitas pequeñas del tamaño de un paquete de galletas, ella abrió una para Eme.

-Sacas muchas cosas de esa... cosa- Eme señaló la maleta

-Equipo de supervivencia de los Destinatarios, aunque está es de la más alta calidad, no habia tenido una así antes- decía mientras abría la suya y le daba a Samy un poco.

-Que es esta cosita que me diste?

-Pasta nutricional, ¿ves ese piquito que tiene?. Tienes que sorberlo- Catalina le hace una demostración.

Eme la imita y después de saborearlo, sus ojos brillan con intensidad

-Es muy agradable y también parece que tiene agua- se bebe todo de golpe.

Catalina abre otro pero lo hace por completo, abriéndolo como una envoltura, se ve la pasta entera en el interior.

-Es comida hecha para todo ser vivo, puedes darsela a Raj de un bocado, las serpientes, no pueden sorber-

Eme toma la envoltura de la pasta con cuidado y se la da a Raj, este envuelve con su enorme mandíbula toda la mano de Eme. Catalina da un salto de la impresión. Raj suelta la mano de Eme y este la acaricia con la misma mano babeada.

-Buen chico, Raj-

Catalina se da la vuelta tratando de olvidar lo que vió y continuaron su camino.

Pronto llegó el atardecer, Catalina preparó una capa ancha y cubrió el suelo para descansar sobre ella. Ella quería invitar a Eme a echarse, pero el jovencito estaba fascinado con el atarder.

-No sabía que el sol podía cambiar de color y ser tan bonito- Eme observa sus vendas de las manos- ahora que lo pienso, estoy tocando la luz, pero no quema.

-Pronto seguirá haciendo más frío- Catalina acomoda la maleta para hacer un pequeño nido improvisado para Samy- ¿Como hacen los aldeanos para abrigarse del frio de la noche?

-Nos reunimos todos con el abuelo, el nos contaba historias de cómo el mundo era un lugar sin miedo al dolor. Es difícil imaginarlo, cuando lo explicaba. Tierra verde y comida saliendo del suelo... Es algo muy loco, no?

El sol callo por completo y el cielo se tornó de un azul muy hermoso y claro. Eme sentía una profunda calma y se acomodó sobre la manta.

-El abuelo tenía razón cuando dijo que el cielo era de sus cosas favoritas... Recuerdo que papá siempre había soñado con ver este cielo azul- la expresión de Eme se torno triste

-Tu padre estaría feliz que tú si tuvieras la oportunidad de verlo

-¿Cómo lo sabes?

-Asi son los padres

-¿Tu papá también tuvo un sueño que no pudo cumplir?

Catalina se quedó en silencio, recordando algunas cosas, se sentía incómoda, pero la mirada de ingenuidad de Eme, aliviaba esa molestia.

-Mi papá era... era un poeta... Siempre le ponía frases a todo lo que hacía y decía que deseaba volver a volar.

-Volver a volar?

-Me contó que tenia el poder de volar, pero al vivir en un lugar distinto ya no lo podía hacer.

-Woah.....¿y lo logró?

-Mejor descansemos, mañana debemos partir apenas salga el sol otra vez

Eme se quedó impaciente por saber si el padre de Catalina había logrado cumplí su sueño, eso no lo dejó dormir. Solo al principio.




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