Con el camino a las alcantarillas ya libre, Catalina y Eme pudieron caminar tranquilos bajo la ciudad sin temor a que los guardias los encontrarán. Eme estaba en silencio, parecía tener algo en la mente que lo mantenía intranquilo, Catalina prefería que estuviera así, mantener la cabeza fría en momentos delicados era una virtud.
A mitad del camino Samy se detuvo, se mantuvo volando y observando en varias direcciones, se veía intranquilo. Catalina presentía que Samy había visto algo y en efecto, se empezaron a escuchar ruidos de pasos o más bien estruendos, que se acercaban cada vez más hacia los jóvenes.
Raj siseó amenazante y de la esquina una figura encapuchada se acercaba por el techo, metiendo sus manos por el techo como taladros, se movia como una araña y las ropas oscuras que poseia solo acentuaban su ferocidad con la que persiguió a Eme y Catalina.
La figura saltó y de una patada Catalina desvío su ataque, un movimiento rápido y ágil que no esperarias una pequeña persona como ella.
El villano de aspecto arácnido se reincorporo para atacar, pero fue impedido por la luminosa presencia de Samy encendido en llamas. ¿Cómo un ser así podría existir? Se preguntaba Catalina mientras los dos jóvenes aprovecharon para correr y escapar de las garras de ese mounstro.
De repente se escuchó el ruido de pasos pesados desde el frente del camino donde iban. Un grupo de soldados los esperaba y quién los lideraba era una mujer de cabellos rojos atado a una coleta y los observaba con una mirada triunfante y soberbia.
-Trabajo terminar, Aracno...- dijo aquella mujer, la criatura aracnida les estaba bloqueando la salida - aunque, promesa no exacta, cumplir hecho bien. Guardias!!! Continuar
Se llevaron a los jóvenes hacia la zonas más profundas de las alcantarillas donde se hallaba una espaciosa cárcel con celdas colgantes, elevados a grandes alturas. A Samy lo encerraron en una jaula de metal, por más que se movia cambiando sus poderes no era capaz de liberarse, a Raj lo inmovilizaron en una caja de madera gruesa y sobre esta una roca pesada. A Catalina y Eme los encerraron a cada uno en una celda de metal.
La mujer pelirroja y de curioso hablar, ordenó al hombre Aracno a custodiar las celdas y este se mantuvo descansando junto a unas palancas que movían los mecanismos de las celdas.
-¡Encerrar a la gente es muy malo!- gritó Eme hacia el carcelero, quien solo lo ignoró- ¡¿Esa mujer es tu jefa, el malvado gobernador de este lugar?!-
-No, esa mujer es mucho peor que el gobernador de esta ciudad
Hablo uno de los presos de las celdas cercanas.
-Señor Uhler- dijo Catalina al verlo a la cara
-¿Son tus compañeros Destinatarios?- Eme saludo con una mano a la distancia, algunos le devolvieron el gesto. Sin embargo el Señor Uhler mantenía una expresión arisca hacia ambos jóvenes.
-Catalina Earth... Has fallado en tu misión - la expresión de Catalina se transformó en una de temor.
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Editado: 05.11.2024