Entre el desierto caluroso dos hombres caminaban hacia su escape de la ciudad, los pies del mas alto se hundian facilidad y lo hacian tropezar con mucha frecuencia
-Asi nunca volveremos a la guarida, ¿porque me dieron a un inutil cómo tú? ¿Acaso se estan burlando?- gritaba David sacando como un muñeco de trapo a Aracno, que movia sus pies y patas con rapidez para no volver a hundirse
-Todo es tu culpa! ¿Lo entiendes? Como mi subordinado debes estar siempre a mi dispocicion y no jugando al carcelero
-Ah... pero... me dijiste que los vigilara...
-Y ni eso haces bien!
-Si la bocona de la bruja pregunta algo es TU culpa- Aracno asintió temeroso al ver la mano de David rodeada de electricidad
Ambos errantes llegaron a la fuente de cristal donde unas personas encapuchadas los esperaban y de entre ellas una mujer de cabello rojo los esperaba
-Dejo ciudad y una grieta derrumba todo, no?- la mujer se cruzó de brazos esperando una respuesta
-Para la promixa no me traigas novatos- Aracno agachó la cabeza
-A quien disculpas dar no es a mi, concuerdo en que los novatos no deben aspirar a más de los que se puede tomar
Desde la fuente el monstruo se levanta y sostiene el pilar que los tiene atado al suelo, descubriendo unas escaleras que llevan hasta los mas profundo del subsuelo. Aracno y David tragan saliva ante las consecuencias que tendrán que afrontar. Los encapuchados empujan a los hombre hacia adentro y encuanto todos entran el monstruo vuelve a cerrar la entrada.
Mientra tanto en la cueva de los olvidados, los niños se mantienen abrazados a Connor quien les acaricia la cabeza a cada uno
-Descuiden que el suelo solo ha bostezado otravez, volverá a dormir, en cuanto ustedes pequeños lo sigan haciendo tambien
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Editado: 12.12.2024