Destino

Capitulo 2

Estaba en enfermería junto con mis nuevos amigos, ellos lucían preocupados por las represalias de Jeremy, por mi parte estaba dispuesta a defenderme.

Un momento a otro escuchamos un escándalo al otro lado de la puerta y esta es abierta siendo asotada. Mi madre entra agitada y cuando me ve sus ojos se humedecen tirándose encima de mi cuerpo.

—Dime quien es y lo mataré despacio y dolorosamente — Susurra en mi oído para que yo solo la escuche.

— Estoy bien ma, además él tuvo su merecido — Susurro.

— Esa es mi chica — Mi madre se separa de mi cuerpo y empieza a inspeccionarme detenidamente. Observa mi cuello y hace una mueca, me hace abrir la boca y saca una pequeña linterna del bolsillo y mira por dentro de mi garganta.

— No se preocupe, su hermana se encuentra bien — Dice alguien a espaldas de mi madre, ella levanta una ceja y sonríe. Sé que le encanta que le digan que somos hermana.

— ¿Qué fue lo que sucedió?— Pregunta mi madre cambiando su máscara a enojada.

— Un chico la atacó — Suelta Alex y yo quiero matarlo.

—¿Cómo que un chico te atacó? — Pregunta cruzándose los brazos.

—Ma, en casa te explicaré todo— Digo y me bajo de la camilla.

—¿Ma?— Pregunta Andrea —¿Diminutivo de qué nombre?— Mi madre sonríe con picardía y antes que empiece a redactar una de sus historias asombrosas le interrumpo.

—Ma, es diminutivo de madre— Digo y todos abren la boca sorprendidos.

—¿Es tu madre?— Pregunta Ronald.

— Sip— Digo tomando mi mochila.

—¿Disculpa, pero qué edad tienes?— Pregunta Andrea.

—Tengo más de cuarenta — Dice mi madre y yo muerdo mis labios para no reír. Mientras algunas mujeres se quitan la edad, ella es feliz aumentando para que las personas le digan lo hermosa y joven que se ve.

—No puedo creerlo— Murmura Vivían.

—Es mentira, se nota que es su hermana— Dice la enfermera molesta que ha estado callada todo este tiempo.

—Oh gracias— Mi madre hace que seca unas lágrimas imaginarias.

Alguien toca suavemente la puerta y la enfermera abre la puerta y entra un señor de unos cuarenta y tantos años que nos saluda a todos y se dirige hacia mi madre.

—Lamento mucho lo ocurrido con su hija señorita Presly, no sé porque el joven Bulmor la atacó, pero déjeme decirle que el joven será suspendido esta semana por lo ocurrido —

—¿Dijo usted Bulmor?— Pregunta mi madre sorprendida.

—Si señorita, el joven Jeremy Bulmor fue quien atacó a su hija—Responde el director.

— De deberían expulsarlo — Dice enojado Ronald — Ya hemos tenido suficiente con sus problemas—.

—Entenderemos si desea denunciarlo y ...—Mi madre niega con su cabeza.

—No se preocupe, el joven tendrá claro que con mi hija no se puede meter— Me sorprendo por el comentario de mi madre y me hace una señal para que nos vayamos.

—El hermano del joven ya está al tanto de lo sucedido y aunque ahora se encuentra de viaje le hará entender que no se puede meter con la joven— Ella asiente y ambas salimos de la enfermería.

Mi madre no dice nada en el camino cosa que me sorprendo. Imagino que debe saber a quién le pertenece ese apellido.

Cuando llegamos al departamento le cuento lo sucedido, ella solo me escucha en silencio, y solo me dice que tenga cuidado y sale a su habitación para alistarse para su turno de la noche.

A pesar de los analgésicos que me dio mi madre, aún me duele la garganta pero aun así voy a estudiar.

Los chicos me reciben y empezamos nuestra jornada. Les pedí que dejáramos el tema a un lado y ellos lo hicieron y nos concentramos en el estudio y sobre hacer planes para los fines de semana.

El viernes llegó y los chicos y yo decidimos ir a cine, después fuimos a comer y le pedí que me dejaran a unas calles de mi casa ya que me gustaba caminar un rato antes de llegar a casa a dormir ya que mi madre aún seguía con su turno de noche.

Me puse mis audífonos y empecé a caminar escuchando a Norah Joes, una de mis cantantes favoritas. Iba distraída hasta que escuché los gritos de unos chicos y me acerqué hasta visualizar un callejón oscuro y un grupo de hombres dándole patadas a alguien en el suelo. Me alarme y saque mi gas pimienta y tome mi celular y grite.

—¡Policía venga rápido a la dirección que le acabo de dar, están atacando a alguien!— Grito y los hombres se alarman y salen corriendo hacia el otro lado del callejón.

Espero un momento y al ver que no hay nadie me acerco despacio hacia el desconocido. Enciendo la linterna de mi móvil e ilumino el lugar y me sorprendo al ver aquel hombre que yace en el suelo.

— Le agradezco su ayuda, pero puede dejarme de alumbrar la cara — Pide mientras hace una mueca de dolor cuando se sienta —Pobres idiotas, pegan como niña—

— Mierda — Murmuro entre dientes y Jeremy se da cuenta que soy yo.

—Vaya que mierda— Susurra y cierra los ojos para sostenerse de la pared del callejón — Ya te puedes largar— Me doy la vuelta y al llegar a la esquina y me volteo para observarlo y veo que trata de levantarse y le es imposible por los golpes.

Ruedo mis ojos y me acerco.

— Vamos, te llevaré al hospital — Digo de mala gana.

—Odio los hospitales así que olvídalo — Trata de levantarse de nuevo y solo logra tambalearse y caer de nuevo.

— Entonces vamos a mi casa que está a unas calles de acá— Jeremy levanta su rostro y me mira.

—Lo siento pero no tengo sexo hasta la tercera cita— Dice divertido, pero su sonrisa se desvanece por el dolor de su costado.

— Yo tampoco tengo sexo con cretinos, así que no te preocupes que no saltes encima de ti— Le ayude a levantarse y ambos nos encaminamos hacia mi casa.

— Espero que esto no sea un engaño para robar mi virtud — Susurra y yo muerdo mis labios para no reír.

— Vaya, me has descubierto — Digo con sarcasmo — Mi plan original era mandarte a esos hombres para que te hiciera perder la conciencia y así violarte en un callejón oscuro — Lo escucho reír y ambos ingresamos al departamento — Ven vamos a mi habitación y así poderte revisar —



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En el texto hay: humor, romance, drama

Editado: 08.04.2020

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