Capítulo 1
Rosse.
Escuche el sonido de mi alarma, somnolienta y con pereza, la apague, me levante de mi cama, bostece, refregué mis ojos con mis nudillos. Otro maldito día viviendo, mire mi mano derecha, mi dedo anular estaba decorado por un anillo. Suspire, rápidamente me dirigí al baño, me lave los dientes, me quite la ropa, me metí a la ducha, lave mi cuerpo y mi cabello. Cuando termine, salí de la ducha, me coloque mi toalla y cepille mi cabello.
Salí del baño, fui a mi habitación, cerré la puerta, fui al armario, saque mi ropa interior, me la coloque, busque mi atuendo para el día, y me decidí por un skinny de color negro, una camisa de tirantes blanca y una leñera de cuadros rojos y negros, con unas botas negras largas hasta la rodilla. Me coloque mi ropa, deje mi leñera abierta dejando a la vista mi camisa de tirantes blanca.
Organice mi cama, saque mi plancha de cabello, tome mi peine, cuando ya conecté la plancha, me senté en mi cama y empecé a alisar mi largo cabello negro. Cuando termine con mi cabello, mire la hora en mi celular y tenía tiempo, entraba a las 9:00 a la Universidad.
—¡Mamá! —escuche el grito de mi hermana menor Camíl, una rubia de dieciocho años—. No encuentro mis lentes de contacto. ¿Sabes dónde están? —pregunto.
—Donde los dejaste —respondió mi madre sin el mínimo interés.
—¡Ah, gracias por tu ayuda, eh, ya querrás que salga hacer las compras contigo! —bufó Camíl.
—¡Si no cumples con tu deber, estarás castigada! —exclamo mi madre.
—¡No puedes castigarme! —refuto la rubia, retando a mi madre, grave error.
—¡¿Quieres ver que si puedo?! —pregunto Francia.
Camíl suspiro con pesadez y no respondió más.
Tome mi maleta, metí mis libros, audífonos y lapiceros, la cerré, y tome mi móvil. Abrí la puerta de mi habitación, salí y la volví a cerrar. Bajé las escaleras, y vi a las gemelas ver televisión mientras comían cereal.
—Hola Ross —dijeron con la boca llena, con un asentimiento devolví el saludo.
—¿Por qué hablan con la boca llena? —se quejó mi madre.
—Deberías de estar acostumbrada —dijo Mark en un suspiro.
—El idiota tiene razón —murmure.
—No seas grosera, Rosse —me regaño mi madre.
—Ahórrate tus regaños, madre —me encogí de hombros—. Sabes muy bien, que de nada sirven. No te desgaste la voz —masculle mientras miraba mi móvil, camine hacia la cocina, en esta se encontraba mi madre cocinando, pase por su lado y abrí la lacena, saque un paquete de frituras y golosinas.
—Come fruta, deja de estar consumiendo comida chatarra, Rosete —reprendió mi madre. La ignoré y cerré el cajón. Pasé de nuevo por su lado y salí de la cocina.
—Nicoll, Naomi, Luca, Carter —llamo mi padre a mis hermanos menores— ¿Están listos para la escuela? — pregunto.
—Si papá — dijeron al unísono apareciendo con sus maletas de la escuela.
—Bien, vámonos —dijo despidiéndose de mi madre con un beso.
—No coman frente a los pobres —ironizo Carter.
—Cállate idiota —murmuro Mark e hizo una mueca, dándole un golpe en la frente con el dedo índice.
—Jódete —el rubio lo fulmino con la mirada—. Adiós, familia —se despidió y salió de la casa seguido de las gemelas, Luca y mi padre.
Minutos después salí de casa, mi humor estaba por los suelos al igual que mi ánimo. Aunque nunca estoy de ánimo, a decir verdad.
Mi familia es grande, en casa solo vivimos Mamá, Papá, Mark, Camíl, Nicoll, Naomi, Luca, Carter y yo.
Cristina, mi hermana mayor, siempre está viajando nos vista cada que puede. John, vive con su esposa e hija, y Cristian vive solo, pero es todo un mujeriego, así que siempre que viene a casa se le ve con una chica diferente que la anterior.
Saque las llaves de mi moto, la encendí, me coloque el casco, me monte y acelere.
En menos de una hora estaba en la Universidad. Me baje de la moto, me quite el casco, lo coloque en la moto, quite las llaves y la apague.
Al ir a la entrada, vi a mis amigos, Mia, Sarah, Noah, Louis, Kilian, Mason, Olivia e Isabella. Kilian e Isabella son mis mejores amigos.
—Hey.
—Oh, hola Rossy —saludo la pelirroja con una sonrisa y levantando su mano—¿Cómo estás? —pregunto Olivia.
—Bien ¿y ustedes qué tal? —pregunte parándome al lado de Kilian.
—Bien.
—¿Oigan vamos a salir esta noche? Inauguraran un bar —sugiere el pelinegro de piel pálida, Mason.
—Me apunto — dicen al unísono Louis, Sarah, Olivia e Isabella.
—Pero es martes chicos — susurra Mia.
—Meh, que importa, vamos a las 6 pm y volvemos a las 12 pm —dice Sarah restando importancia.
La idea no era mala, pero no tenía ganas de salir y beber.
—Conmigo no cuenten, no estoy de humor, tengo mejores cosas que hacer —murmure.
—Oh, vamos Rosse — escuche a Isabella.
—No, no voy a ir, Bella — dije rotunda.
—Bien vamos porque se hace tarde y no nos dejaran entrar —dijo el castaño, Kilian.
—Bien, nos vemos en el receso —dice Mia.
Cada uno estudia algo diferente, Mia estudia para ser Veterinaria, Sarah estudia Idiomas, Noah estudia Medicina, Louis estudia Derecho, Mason estudia Comercio y Marketing, Kilian estudia Criminalística, Olivia estudia Arquitectura, Isabella estudia Fotografía y yo estudio Diseño de Interiores.
—Isabella, vamos te toca cerca del salón donde estoy —dije mientras caminaba.
—Oh, okey —dijo y me siguió.
Entre al salón e Isabella siguió su camino, me senté en mi pupitre y el profesor no demoro en entrar al curso, para dar inicio a la clase.
[***]
Estábamos saliendo de la universidad, hoy el día se pasó rápido. Excelente, entre más rápido pase el tiempo mejor.
—Vaya hoy si paso rápido a jornada ¿No creen? —comento alegre el peligris, Louis.
—Si es cierto — sonrió Mia.
—Bueno chicos nos vemos en unas horas. No se les olvide, aun así, les recordare por el grupo —dijo Mason.