El tiempo transcurre y es tal como dice mi madre, al día siguiente me encuentro mejor, una vez más estoy en el aula de clase rodeada por el pequeño grupo de jovenes que hablan de forma estridente y disfrutan el pequeño tiempo que les queda antes de comenzar las clases.
— ¡Alína!
Olivia esta sentada a mi lado, me llama con desespero y por la expresión en su rostro sé, que esta no es la primera vez.
— ¿ Estás bien ? Estás demasiado distraída.
Estira el brazo para tocarme y por instinto me retiro, el movimiento brusco ocasiona un pequeño malestar, aún no he sanado del todo. Olivia frunce el ceño.
— Estoy bien, es solo que estoy un poco cansada.
— Si aún no te sentías bien debiste quedarte en casa, se que solo llevamos poco tiempo hablando pero puedo asegurarte que me preocupo por ti.
Mi corazón da un pequeño brinco, ha pasado mucho tiempo desde que alguien se ha preocupado por mi bienestar, aunque quizá solo sienta lastima por la chica nueva y solitaria ¿cómo alguien que apenas conoce puede importarle tanto?
“Es imposible ”
Un sabor metálico inunda mi boca, Olivia me ve horrorizada, toco mi labio inferior, como creía, está sangrando, lo limpio rápidamente, de nuevo me he estado mordiendo el labio inferior hasta sangrar. Olivia está a punto de hablar cuando el profesor entra y da comienzo a la clase.
Ignoro por completo los pinchazos que me da al costado, o eso trato de hacer porque está tocando el lugar que más duele.
Tomo todos los apuntes que puedo, después de algunas horas el profesor termina la clase, salgo al pasillo a toda prisa, camino lo más derecha posible, lo menos que quiero es que me acorralen y me hagan preguntas innecesarias.
Para mí buena o mala suerte Olivia no me sigue, recorro el lugar hasta que doy con un salón vacío, no quiero estar en la cafetería, en realidad hoy no quiero hablar con nadie.
Mamá me advirtió que debo regresar temprano a casa, aún debo cuidar mis heridas.
Un escalofrío me recorre y por instinto mi cuerpo se pone rígido, solo hay una persona que me ha hecho sentir así desde el día uno; Azel entra, cierra la puerta detrás de él, nuestras miradas se cruzan y no se cómo volver a respirar.
— Genial... — frunce el ceño y me mira con desdén.
La magia del momento se acaba, mi respiración se normaliza y por alguna razón odio que me mire de esa forma.
— ¿No tienes otro lugar al que ir niñita?
¿Niñita?
Creo que ya no lo encuentro tan atractivo como antes.
— y tú — clavo mi ojos en él — ¿ No tienes a donde ir ? En todo caso llegué primero.
— Con que la cachorra tiene colmillos — una sonrisa se dibuja en su rostro.
No puedo evitar que mi corazón de un brinco, por un instante se me olvida que ahora prácticamente me está ofendiendo.
— Creo que estás confundido las cosas— mis nudillos se tornan blancos a causa de la impotencia — No me conocés y te puedo asegurar que en estos momentos no estoy para lidiar con idiotas, evitemos que las cosas se salgan de control.
La sonrisa de borra, sus fosas nasales se ensanchan, inclina su rostro a un lado. Me muevo incómoda en mi asiento.
— Que tal si por ahora compartimos el lugar, yo estaré de este lado y tú te quedas donde estás, así evitamos que te sigas mordiendo esos hermosos labios.
De nuevo estoy mordiendo mi labio, lo libero molesta, no puede ser que esté idiota me haya llamado la atención.
— Me llamo Azel — se siente del otro lado del salón.
— Ya sé tu nombre.
— ¿Es así ? — sus ojos brillan
Me doy un golpe mental, ahora se dará cuenta que yo era la rara del primer día.
— Ahora lo recuerdo.
Oh oh.
— Eres la chica rara que me miró fijamente.
Sus carcajadas resuenan en el lugar, el rostro me arde y la Alína que pensé que estaba dormido surge de la nada.
— No estoy de humor para que te burles de mí.
Lo digo tan bajo que pienso que quizá no me ha escuchado.
— ¿Por qué no estás de humor cachorrita ?
Me levanto de golpe, camino hasta donde se encuentra y me inclina hasta estar cerca de su rostro.
— No es tu problema — debo parar, esto no llevará a nada bueno — Solo quiero un momento de paz y Tú...
Presiono el dedo índice en su pecho, sus ojos adquieren un brillo extraño, pero aún así no retrocedo.
— Tú estás dificultando eso
— Cuidado cachorrita — acerca aún más su rostro — Yo tampoco estoy de humor.
Debo controlarme, si sigo así la historia de mi escuela anterior se repetirá, no quiero problemas, no deseo pasar por lo mismo.
Y sucede, el muy canalla sonríe, toca mi nariz con su dedo y todo lo que veo es rojo, cierro mi mano en su pecho, su sonrisa se esfuma. Levanto mi mano izquierda y antes de conectar el golpe me sostiene la muñe.
— Cálmate — sus ojos estás fijos en mi — tienes que aprender a controlar ese lado.
No sé de lo que está hablando, pero quiero destrozarlo, algo en mi anhela destrozarlo, estoy cansada de todo.
— Lo se... Se lo cansada que estás.
Su voz gruesa y varonil susurra, me vuelve a la realidad, me siento tan idiota y vulnerable, como puedo reaccionar así. Pensé que la otra Alína estaría callada por un tiempo.
— No sabes nada de mi — me alejo tambaleante y el lugar donde sostuvo mi muñeca ahora se siente frío.
— Tienes razón, no se nada de ti.
Le doy la espadal tomo mis cosas a toda prisa y podría jurar que su mirada me sigue aún después de salir al pasillo, aún después de irme a casa y encerrarme en mi habitación.
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Hola a todos 👋
Al fin Alína tuvo su primer encuentro con Azel, al parecer el chico es algo pedante y ¿ Qué son esos momentos extraños que tiene Alína? 🤔
Espero que les haya gustado el capítulo y no olviden compartir “Destino ” con otros.
Si eres nuevo no olvides comentar y darle al corazón.