Temprano por la mañana me encontraba en clases de Proyecto, mientras el profesor hacía su monólogo de todos los viernes y la explicación del bendito trabajo de investigación que nunca avanzábamos. Suenan dos golpes en la puerta del aula. Toc, toc.
—Permiso, profesor. Iturriaga, lo molesto un segundo porque necesito que dos alumnas se retiren de su espacio para hablar con la profesora Ramírez, que se encuentra en la dirección.
—¿Y es algo importante? —dijo el profesor con cara de pocos amigos.
—Sí, lo es. La escuela va a participar de un evento muy importante a nivel nacional.
—Bueno, si no queda otra, diga quiénes son, así yo sigo explicando la actividad.
—Bien, las estudiantes son Beatriz Carayani y Cloe Di Martino. Salgan un momento.
Un grito de felicidad nos invadió a Beatriz y a mí. No podíamos creer que nosotras fuéramos las elegidas del total de estudiantes que éramos veinte jugadoras. El profesor nos miró con una cara de espanto.
—Disculpe, profesor —dijo Beatriz.
De alguna manera, en mi corazón, más allá de esos pensamientos que me atormentaban, quedaban vestigios de que nosotras seríamos las seleccionadas.
—Te lo dije —en un tono bajito esbocé unas palabras.
—¡Sííí, qué felicidad, amiga!
—Bueno, bueno, tranquilas las dos.
—Disculpe, profe.
—Se retiran, así sigo la clase.
En el fondo se escuchó, oídas:
—Claro, las eligen porque son chupamedias —decían con risas burlonas unas de nuestras compañeras que no habían calificado.
Pero nosotras estábamos tan contentas de que no íbamos a permitir que algún comentario opacara nuestra oportunidad de jugar en este gran evento. La preceptora se disculpó con el profesor por haber interrumpido su clase, y Sandra esperó a que saliéramos para cerrar la puerta y encaminarnos hacia la dirección.
Así que salimos del curso y fuimos a la sala donde nos encontraríamos con la profesora. Al llegar al lugar, además de Sara, estaba la directora.
—Chicas, en primer lugar, quería felicitarlas por este torneo en el que van a participar. Me pone feliz porque sé, por boca de su docente, que hace años vienen jugando y siempre quedaban en el camino. Pero su constancia y esperanza hicieron que hoy nos representen a nivel interprovincial. Algo que no siempre se da, al igual que sus compañeros de atletismo.
Todas estábamos emocionadas por las palabras de la directora, que solamente podíamos sonreír y asentir con la cabeza a cada cosa que nos decía.
—Antes de irme quiero brindarles un fuerte aplauso. —Se escuchó un fuerte golpeteo de manos, y sumado a ello, varios gritos de felicidad.
—Las dejo con su profesora, que debo ir a hablar con el grupo de atletismo para felicitarlos también.
Nos despedimos de ella, y la profe Sara empezó a hablarnos.
—Bueno, chicas, primero quiero felicitar al grupo entero. Hace dos años que hacen un trabajo espléndido, se nota que llevan el deporte en la sangre. En total, necesitaba un grupo de trece chicas por las dudas de que alguna se lesione o tenga algún problema en la cancha. Las seleccionadas fueron de cuarto, quinto y sexto año.
—Bien, paso a comentarles cómo va a ser el entrenamiento y luego les voy a dejar que ustedes hablen. ¿Estamos?
—Sí, profe —se escuchó. El ambiente desbordaba alegría, sabíamos que habíamos alcanzado una de nuestras metas.
—Bien, estos juegos se van a dar en el mes de mayo, en pleno otoño, así que van a tener un buen clima. Esto quiere decir que su rendimiento será el doble, porque, como ya saben, nuestros veranos son bastante intensos y eso dificulta la resistencia del jugador en la cancha. Este evento se va a llevar a cabo en el Centro Deportivo Resistencia, creo que todas lo conocen. Las canchas están en buen estado y se suelen utilizar para los torneos de alta performance. El torneo se va a dividir en etapas, que durará dos semanas días en total. Debido a que son muchas provincias las que compiten.
—En la primera ronda, solamente un grupo pasará, es decir, el que continúa seguirá en carrera hacia la segunda ronda, luego a la siguiente, hasta terminar con un ganador nacional. Habrá premios hasta el tercer puesto, que serán becas, dinero y capacitaciones en otro lugar fuera de Argentina.
—No sé si tienen alguna duda hasta ahora.
—Sí, yo —dijo una chica de quinto año.
—Decime.
—Profe, hasta ahora se entiende lo que dice, pero me gustaría que nos explique cómo vamos a hacer con el tema del entrenamiento, porque la preceptora dijo, cuando veníamos caminando por el pasillo, que íbamos a entrenar el doble, y quería saber qué pasa con nuestras clases.
—Bueno, en ese caso se les va a contemplar las faltas y se les extenderá la fecha de los trabajos para entregar, porque esto es un evento importante que nos da prestigio como institución.
—Me quedo más tranquila.
—Sigo entonces. Vamos a entrenar lunes, miércoles y viernes por la tarde, de 16:30 a 18:00 h, y a la mañana los martes y jueves, de 7:30 a 8:30 h. Cuando salgan de entrenar, deben volver a la institución a las 9:30 h, así continúan con los espacios curriculares que tienen. Saben que la escuela cuenta con duchas y pueden llevar su ropa para cambiarse allá.