Destino.

Capítulo 2.

Pero a la mañana siguiente, la conversación secreta estaba fresca en su memoria y no podía dejar de pensar en eso, había intentado mantener su cabeza ocupada, aunque la realidad era que, de alguna forma, su mente repetía una y otra vez las palabras que había oído salir de los labios de sus padres.

Sabía que en algún momento tendrían que volver al trabajo, aún así le había sorprendido encontrar la casa vacía y una nota pegada en el refrigerador.

"Cielo, hay dinero cerca del teléfono ¿Por qué no llamas a Leyla y a Luca, piden una pizza y ven películas?, no queremos que estés sola.

Tu padre y yo tenemos que hablar contigo sobre algo importante, no regresaremos tarde, no te preocupes.

Te queremos."

Un escalofrío le recorrió el cuerpo.

Corrió al teléfono y marcó el número que sabía de memoria, después de tres tonos, alguien contestó del otro lado de la línea.

  ─¿Hola?.

  ─¡Leyla!, necesito que vengas, hay algo... es decir, ni yo misma entiendo nada, pero te necesito aquí.

  ─Vale, vale, calmate, voy para allá ya mismo.

  ─Leyla─Alissa hizo una pausa larga, como si no estuviera segura de sus siguientes palabras─, trae a Luca contigo, también lo necesito.

Siete minutos después, la puerta de su casa se abrió dejando ver a sus dos mejores amigos, Leyla y Luca.

Los mellizos no tenían muchas cosas físicas en común, ambos eran morenos y tenían los ojos color miel, pero el cabello de Leyla era por lo menos dos tonos más claro que el de Luca, él, por otro lado era más alto que su hermana por media cabeza.

A pesar de que Alissa era de la misma estatura que Leyla, no compartía ningún otro atributo con su mejor amiga.

Sus ojos eran de un azul bastante peculiar, las personas solían bromear comparandolos con el color de las tormentas en el mar, ella simplemente sonreía incómodamente, puesto que nunca en su corta vida había visitado la playa.

Su cabello rubio era lo que más le gustaba de su apariencia, su padre poseía una cabellera del mismo tono y, aunque no era única en el mundo, para ella lo era.

Es el tono de los Saintcox─solía decirle su padre cuando era pequeña─, El mismo que tenían tus abuelos y ahora tienes tu.

Alissa miró a los mellizos frente a ella, los conocía desde que eran muy pequeños, sus familias eran bastante cercanas.

Luca y Leyla eran las personas en las que más confiaba después de sus padres, aunque con los acontecimientos recientes, eso podía haber cambiado un poco.

  ─Aquí nos tienes, ¿Qué sucede, chispita?─Luca negó con la cabeza al oír a su hermana decir eso.

  ─Dejó de ser divertido hace algunos días, Eyla─ella se encogió de hombros dando a entender que no le importaba─, ¿Sucede algo malo, Lissa?.

  ─Si, es decir...─suspiró─, No lo sé, ayer oí algo y... no estoy segura.

  ─¿De qué hablas?, ¿Qué oíste?.

Alissa caminó hacia su habitación y los mellizos la siguieron sin decir nada más. Ella se sentó sobre su cama pensando como comenzar a relatar la historia incompleta que rondaba en su cabeza, mientras, sus amigos se sentaron sobre el suelo dándole tiempo hasta que estuviera lista.

  ─Ayer por la noche mis padres estaban discutiendo y, por equivocación...─los mellizos le dieron una mirada de incredulidad─, Vale, quizá fue a propósito─rodó los ojos─, pero oí de lo que hablaban.

  ─¿Tendrás un hermano?.

  ─¿Van a alquilarte como alumbrado público?─Alissa y Luca miraron a Leyla seriamente─, ya entendí, ya no es divertido, lo siento.

  ─No, estaban hablando acerca de estrellas y profecías, mencionaron un lugar, algo como Scarle... Scarlevart, si, eso y... Hablaron acerca de la orden o algo así─los mellizos se miraron─, y... Papá dijo algo acerca de mis poderes y un entrenamiento.

Nadie habló durante lo que a Alissa le pareció una eternidad.

  ─Es una locura, ¿cierto?─ella se miró las manos─. Estoy tan confundida como ustedes, ni siquiera entiendo todo esto.

  ─Oh, cariño─Leyla se paró y abrazó a Alissa, un abrazo que para Alissa significó mucho.

  ─No es una locura─Luca miró a su hermana y ella asintió─, hay algo que debemos decirte, Lissa.

  ─Debes entender que nosotros queríamos contártelo, pero no podíamos hacerlo.

  ─¿De qué...? ¿De qué hablan?─Alissa soltó a Leyla y alternó su mirada entre los mellizos.

  ─Nosotros podríamos contarte...

  ─... Pero es mejor si te lo mostramos.

Los hermanos se pusieron de píe, Luca tomó una de las almohadas que había sobre la cama de Alissa y la rompió haciendo que todas las plumas calleran sobre el suelo.

  ─Vale, si paramos ahora aún puedo ir por aguja e hilo y evitar que nos maten─Alissa sentía algo en su interior, algo que no había sentido antes, era una sensación en su estómago, pero era diferente al miedo.



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En el texto hay: brujos

Editado: 16.03.2018

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