Destino

Capitulo 5

La oficina quedó en completo silencio luego de que el general saliera de ella, Elizabeth y Darien se miraban intrigados, no sabían que pasaría a continuación; Verona Masen se cuestionaba la mejor manera de ayudar a la chica a descubrir su poder, el joven coronel se posiciono frente a la puerta esperando sus siguientes órdenes.

  • Elizabeth, Darien, creo que, por hoy ustedes ya han tenido suficiente, el coronel Leonhart los acompañará a buscar una cabaña, por la mañana se les hará la presentación oficial y adecuada en el comedor para presentarlos a los miembros de la resistencia. Podrán conocer las instalaciones y por la tarde comenzaremos los estudios para descubrir tu poder. - Verona utilizo la voz de directora que no dejaba lugar a dudas o refutación, despidió a los chicos con una inclinación de cabeza y un gesto sutil con la mano, cuando los tres jóvenes dejaron el despacho. Verona tomo asiento tras su escritorio y con sus manos frente a su cara afirmando su cabeza; lloro la muerte de sus amigos, lloro por no ayudarlos antes, lloro por no haber sido capaz de convencer a su amiga del alma a quedarse, lloro por no haber mantenido contacto con ella, y sobre todo lloro por el destino que le esperaba a Elizabeth. Quien se notaba tenía el mismo espíritu aventurero de su padre y la impulsividad de su madre.

El coronel Leonhart condujo a los hermanos a través de la academia, pasando por los diversos edificios incluido uno que parecía una gran casa antigua, incluso para la era anterior a la guerra, parecía tener más de 1000 años, Lizzie se le quedo mirando con asombro y admiración. Siguieron caminando en completo silencio hasta llegar a un callejón que conducía hacia la parte trasera de aquellos edificios, Darien y Elizabeth quedaron embobados, pocas veces fueron al pueblo, pero esto era definitivamente 10 vece más grande, las cabañas que ellos llamaban, eran del tamaño de su casa en el bosque, algunas incluso más grandes, en medio de todo había una hermosa plaza con juegos y bancos donde sentarse.

Caminaron a través de la plaza hasta una pequeña cabina que parecía estar al comienzo de todo, el coronel golpeo la puerta y de ella salió una mujer de unos 25 años, esbelta y de cabello rubio oro que le caía en melena hasta el cuello.

- Roy ¿qué te trae por aquí? - pregunto mientras saludaba con un beso en la mejilla al coronel, quien le respondió de la misma forma.

- trabajo Abril, siempre es el trabajo. - respondió el con una sonrisa.

- claro que sí, sino, solo te veo en el “Eventus” - lo regaño sin quitar su sonrisa.

- ya que estas aquí por trabajo, ¿puedes hacerlo y dejar de coquetear? - interrumpió Lizzie, fingiendo una sonrisa. Darien le dio un suave codazo y ella solo se encogió de hombros y fue a sentarse en uno de los pequeños muros que rodeaban la plaza.

- discúlpenla por favor ha tenido un día largo y muy pesado - Darien se disculpó mirando a su hermana que tenía la vista fija en la plaza y las casas que la rodeaban, Roy se le quedo mirando también, había algo en esa chica que le inquietaba y a la vez le fascinaba.

- y entonces coronel ¿qué es lo que lo trae por aquí? - pregunto Abril en tono profesional.

- los nuevos posibles miembros necesitan una cabaña. - respondió el joven coronel en el mismo tono

- ¿grupal, individual o solo ellos dos? - la joven pregunto mientras revisaba los registros. Roy miro a Darien para que el decidiera.

- creo que una para nosotros dos, mi hermana no está de humor para compartir casa con alguien más - Darien miro hacia Elizabeth con la preocupación latente en sus ojos, no muy seguro de que la decisión de Gabriel haya sido la mejor.

- muy bien la cabaña 375 está disponible. - Abril le tendió dos juegos de llaves a Darien y un documento para firmar.

- si deciden quedarse al terminar la semana tendrás que firmar el permiso de ocupación permanente - le aclaro la rubia.

- está bien, gracias. -volvió a decir Darien de manera amable, se giró y le hablo a su hermana.

- Lizzie, vamos. - pero la chica estaba distraída - enana… ¡despierta! -

- no me digas enana. - fue la respuesta de la chica mientras se acercó a donde se encontraban Roy y Darien. Roy soltó una risa entre dientes.

- ¿de qué te ríes? – le pregunto con el ceño fruncido

- es que si eres bajita. – fue la respuesta del coronel, ella hizo un mohín mientras se sonrojaba.

Avanzaron en silencio por el costado de la plaza, caminando por una calle amplia que en el otro extremo colindaba con un grupo de casas de ladrillos de un intenso color rojo con dos pisos.




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