Hace más de una hora que el general había partido con Keylha y una gran tropa de soldados, uno de ellos que según escucho Elizabeth es capitán, creo un portal que los llevo directo al lugar donde se encontraba el equipo de Roy, le sostuvo la cabeza y de sus manos salió una especie de torbellino, los soldados comenzaron a atravesarlo en grupos. Luego de que todos desaparecieron, Verona llevo al capitán al hospital, ya que después de utilizar su poder quedaba muy agotado, por eso solo lo utilizaba en casos de emergencia como este.
La chica le había entregado a la directora la caja de metal que habían recuperado de casa de sus padres. La preocupación por su hermano y el resto de los chicos le hizo dejar en segundo plano las dudas acerca de las fotos que contenía la caja.
Verona se encontraba de pie en la entrada de la academia con un grupo del personal médico de la academia, Elizabeth se encontraba en una de las torres de vigilancia, mirando fijamente hacia la ruta que los traería de regreso, ya había pasado demasiado tiempo, estaba mordiéndose las yemas de los dedos cuando algo en el cielo llamo su atención. No era algo, era alguien, específicamente, era Keylha, bajo corriendo de la torre, abrió las puertas mientras gritaba “ya vienen”, apresuro el paso, aún faltaban unos cuantos metros para que llegaran. A penas los vio el nudo que oprimía su pecho desapareció, Darien, Roy, Arthur, Tony, Dean y Suki venían de pie, eso significaba que no estaban gravemente heridos, aunque por encima les vio algunos vendajes, sin pensarlo y por instinto, abrazo a Roy que venía delante de todos, al lado del general. Todos se detuvieron cuando la chica llego junto a ellos, el coronel le devolvió el abrazo y le pregunto.
Casi al caer la noche, Elizabeth y Darien se encontraban en su cabaña, el chico tenía un vendaje en su muñeca izquierda, Elizabeth se encontraba sentada en uno de los sofás, con la vista perdida, tenía su mente en otra parte, tenía mil preguntas y ninguna respuesta lógica a ninguna de ellas.
…
“Elizabeth se encontraba sentada en el columpio que su padre había construido en el patio trasero de su casa, Darien se encontraba sentado bajo un árbol y hablaban de lo que harían cuando crecieran, la chica solo tenía 13 años, pero sabía que quería conocer el mundo, deseaba con todas sus fuerzas la caída de Ferrel para que las personas pudiesen ser libres, tenía un plan de huida, que incluía a Darien y a alguien más, cuyo rostro estaba borroso, en ese momento tocaron a la puerta de su casa, hoy era el día que había estado esperando, toda la semana esperaba este día, escucharon la puerta abrirse y cerrarse y luego unos pasos por el corredor y finalmente los pasos se detuvieron en el umbral de la puerta que daba al patio, estaba feliz, radiante y aunque no lograba ver el rostro de la persona que había llegado sabía que se sentía igual, ella se levantó del columpio de un salto y corrió hacia aquella sombra, quien la sostuvo en brazos y la hizo girar, cuando lo miro solo vio unos grandes ojos avellana tras una larga capa de pestañas.”