Destino, Brick Lane #6174 (ae 1)

V.

<<La noche se encontraba estrellada, y la luna llena brillaba intensamente en medio del bosque. Recostada en el césped, ella podía observar ese maravilloso paisaje, el lugar era tranquilo, así que se podía escuchar los ruidos que causaban los habitantes del bosque; de repente escucho el sonido de las hojas secas y las ramas quebrarse, junto con ello, unos pasos acercándose, ella se paró de golpe y observó a sus alrededores, del lado de donde más abundaban los árboles, apareció una sombra de un hombre alto, el cual se fue acercando a ella con pasos sigilosos, y cuando estuvo lo suficiente cerca, la luna alumbró su rostro, y entonces lo pudo ver claramente. Ella se sorprendió al ver sus hermosos ojos azul marino. >>

Anzu se despertó de golpe, sintiendo el leve dolor de cabeza y con su respiración agitada, se sentó en su cama, mirando a su alrededor, para finalmente encontrarse a Alice durmiendo profundamente a su lado. Anzu se cubrió la cara con sus manos y soltó un suspiro –solo fue un sueño –susurro para sí misma. Pasado unos minutos se levantó de su cama y fue a la cocina por algo de comer; cuando se acercó al refrigerador se topó con una nota que había dejado Raquel pegada ahí. La nota no decía mucho, solo pedía que comieran bien.

Anzu dejó de lado la nota y se dispuso a prepararse el desayuno, se preparó un café con unas tostadas y mantequilla, se sentó en el comedor y sacó su teléfono para mirar sus redes sociales mientras tomaba su desayuno. Después de media hora de estar sentada en el comedor, dejó de lado su teléfono y le dio un último sorbo a su café, de repente su mirada se perdió en el vacío, un corta parte de su sueño volvió a su mente, y aunque quiso recordarlo todo con claridad, no lo logró. Alice llegó a su lado con un plato de cereal –Hola –saludo con voz ronca, Anzu respondió su saludo.

-Nunca me hablaste de cómo conociste a Mateus –habló de repente, curiosa -en realidad muy pocas veces hablas de él -Alice alzó su mirada e hizo una mueca.

-No hay mucho que decir, llevamos ocho meses saliendo, su familia tiene un reconocido restaurante en el centro de la ciudad, fue criado por uno de sus tíos –Anzu frunció su ceño confundida.

-¿Fue criado por uno de sus tíos? ¿Sus padres no se opusieron a eso? –Alice frunció sus labios.

-Sus padres murieron en un accidente automovilístico, así que su tío lo acogió y lo crió, sus padres tenían el restaurante, su tío lo manejó hasta que Mateus tuvo la suficiente madurez para llevar el cargo del negocio, su tío es dueño de varios hoteles y restaurantes reconocidos de la ciudad -ella asintió comprendiendo la situación -También tiene una hermana mayor, pero él no sabe nada de ella.

-Ya veo –susurro.

-¿Por qué tienes curiosidad por Mateus? Casi nunca me preguntas por él -se metió una cucharada de cereal a la boca.

Anzu se sorprendió, luego frunció el ceño levemente, recordando el extraño comportamiento que tomó Mateus anoche, cuando aquella mujer se acercó a ellos.

-Solo, curiosidad –comentó Anzu, Alice asintió sin darle tanta importancia –voy a ir al refugio de animales, para encontrarme con la abuela Raquel, ¿vienes?

Alice alzó su mirada del plato de cereal e hizo una mueca –lo siento, Mateus vendrá a recogerme, iremos al parque de diversiones –sonrió, ella asintió lentamente.

-Esta bien, ten cuidado –advirtió Anzu.

-Voy a estar bien –habló Alice con una sonrisa. 

Después de terminar su cereal, Alice fue a tomar una ducha, para luego tomar prestado unos shorts y una camisa ancha del armario de Anzu, mientras ella tomaba una ducha; Anzu vistió un sudadera gris, con unas zapatillas blancas, y se recogió el cabello en una coleta, quería sentirse cómoda. Salieron del edificio y esperaron a que el semáforo cambiara la luz verde para pasar la calle.

Al otro lado de la calle, un hombre alto, apoyado a una motocicleta y con el casco puesto, aguardaba con paciencia, mientras observaba con atención a dos chicas cruzar la calle, y cuando ellas estuvieron a unos pasos de él, se retiró el casco.

-Estás aquí –sonrió la chica rubia, la cual se lanzó a sus brazos, y él la recibió con un fuerte agarre de la cintura -estaba por llamarte -susurró ella, él sonrió y luego alzó su mirada a la otra chica, quien tenía su ceño levemente fruncido. En sus ojos se mostró un brillo de deseo, haciéndolo tragar saliva, enseguida bajó su mirada y aspiró el aroma de su novia.

-¿Estás lista, Alice? –habló Mateus cerca de su oído, la cual asintió y se alejó de él para darle un rápido beso, para enseguida, colocarse a su lado mientras enlazaba sus manos –Anzu -sonrió él -es bueno saber que llegaron a salvo a casa –ella alzo su mirada de su teléfono, curvando sus labios en una media sonrisa, algo sarcástica.

Mateus había percibido, como cualquier Jar, almas poderosas, las cuales eran difícil conseguir, muy pocos habían tenido la suerte de obtener una; pero nunca había percibido ese tipo de alma en un ser humano, y eso tentaba aún más sus deseos y su curiosidad por saber quién era aquella chica.

-Se cuidar de mi amiga y de mi –hablo con voz gélida –espero que también sepas cuidarla –Mateus sonrió sarcástico.

-¿Pasa algo? –preguntó Alice confundida.

-Para nada –respondió Mateus –solo me preocupo por ti –Alice asintió no muy convencida y Anzu frunció su ceño.



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En el texto hay: angeles, angel caido, angeles y demonios

Editado: 30.12.2022

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