Destino, Brick Lane #6174 (ae 1)

XVIII.

Ena se había recuperado en menos de tres días; después de que Abraham la llevara con una bruja elemental y pudiera alimentarse de su alma para recuperar su aspecto y belleza, y robarle la simple magia negra que manejaba; ahora ella llevaba su cabello corto cerca de los hombros, lacio y con brillo, seguía delgada, pero no tanto como para que se le notaran sus huesos, su piel volvió a su color amarillento, sus labios gruesos tenían un rojo carmín, y esas bolsas y ojeras debajo de sus ojos habían desaparecido de su rostro. Vestía un elegante vestido rojo con unas botas negras y un abrigo. 

-Creo que deberíamos entrar –habló Abraham, ansioso. 

-Ten calma, ellos saben que nos encontramos cerca –dijo Ena con un tono gélido. 

Se encontraban en la terraza del edificio de al frente de la biblioteca Shin, mientras intentaba observar algún movimiento fuera de esta. 

-¿Cómo es posible? ¡Se supone que cuidan a la chica pelirroja! -exclamó.

Ena rodó sus ojos e hizo una mueca –Me has hablado tantas veces de ella que empiezo a pensar que mientes, ni siquiera sabes su nombre. ¿Al menos sabes donde vive? 

Abraham formó una sonrisa maliciosa en sus labios –te guiaré hasta el lugar.

En menos de un minuto llegaron a Waterloo, gracias a los pocos poderes que tenía otorgado Ena, justo a un edificio de enfrente donde vivía Anzu. Ena sacó unos finos anteojos de ópera, alzándolos a su rostro, para inspeccionar el lugar. 

-Es un lugar pequeño, pero tiene muchas cosas –hablo para si misma. 

-¿Puedes ver a través de eso? –preguntó Abraham, sorprendido, arrebatándole los anteojos a Ena, y subiendolos a su altura para observar con ellos –No veo la diferencia, sigo viendo cemento y ladrillos –gruño. 

Ena rodó sus ojos soltando un bufido, para luego quitarle los anteojos a Abraham –ustedes no poseen poderes –dijo, volviéndose a alzar los lentes a su rostro. 

Abraham hizo una mueca y espero paciente, mientras ella volvía a lo suyo. 

-¡Una bruja! –exclamó de repente con enojo, haciendo sobresaltar a él –hay una bruja, ella protege a esa mundana. 

-¿Una bruja? –susurro Abraham confundido. 

-¿Qué tiene de especial? ¿Acaso es una creación divina? ¿algo relacionado con la iglesia? –preguntó enojada. 

Abraham alzó sus hombros con indiferencia, dándole poca importancia a quien viviera con la chica pelirroja. Ena soltó un bufido –no importa lo que sea –comentó con voz perezosa –lo importante aquí, es que los Shinigami Shin la protegen por completo. 

Ena calmó su furia y respiro profundo, mirando de reojo a Abraham –esta bien, quiero que te deshagas de la anciana –ordenó, para desaparecer al instante. 

-¡¿Qué?! –se sorprendió, para luego soltar un suspiro de decepción –genial –hablo sarcástico. 

Abraham sacó su teléfono y marcó a la única opción que tenía, Bastian. 

-Hola –respondió él enseguida, con un tono perezoso. 

-Estoy es Waterloo, esa loca me ha dejado tirado aquí –gruño. 

Bastian soltó un suspiro al otro lado de la línea –Dijiste que es tu problema, ahora resuélvelo tú  –colgó. Abraham soltó algunas palabras obscenas y luego furioso se dispuso a volver a casa. 

. . . 

 Anzu miró al otro lado de la calle de la universidad, su mirada se topó con el chico al que había estado esperando ver. Tener cerca a Siwon le generaba un sentimiento de protección y confianza, lo cual hacía que ella dudara un poco de sus sentimientos. Siwon le había parecido atractivo y tal vez llegaba a parecer un poco a su tipo de hombre ideal, pero no estaba segura de que empezara haber un cierto sentimiento mas haya de atracción, y eso empezaba a asustarla un poco. Anzu había tenido parejas anteriormente, pero todos habían sido unos idiotas, y con ninguno había sentido una conexión tan fuerte como estaba pasando con Siwon, y le asustaba aún más, sabiendo que él no era un mortal. 

Anzu soltó un suspiro cuando miró a Siwon sonreír mientras se acercaba a ella. <<Cada detalle de él, sus ojos, sus labios, su nariz, su atlético cuerpo, su rostro, su sonrisa, absolutamente todo en él es maravilloso.>> -pensó.

-He estado esperando por un tiempo –Anzu salió de ese entresueño y loco pensamiento. 

-Vamos por un café –habló rápidamente, siguiendo su camino sin esperar respuesta de él. 

-Estás estás siendo amable hoy –dijo Siwon a su espalda, para luego seguirla y posicionarse al lado de ella. 

El lugar era cálido, tenía una decoración entre colores rojos y dorados que hacía el lugar acogedor, y sus muebles eran cómodos. Se sentaron cerca de la ventana, donde podían ver pasar a las personas. Anzu se sentía como en casa, aspiró el delicioso olor a café y luego miró a Siwon, el cual parecía algo incómodo, miraba de un lado a otro, de manera discreta, como si buscara algo o a alguien. 

-¿Sucede algo? –pregunto curiosa por su comportamiento. 

-¿Con qué frecuencia vienes aquí? –respondió con otra pregunta. 

Anzu frunció el ceño e hizo una mueca -Bueno, no muy seguido, es la segunda vez que vengo, pero esta es la primera vez que tomaré algo aquí, ¿pasa algo? 



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En el texto hay: angeles, angel caido, angeles y demonios

Editado: 30.12.2022

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