XXIX.

Después de darse una ducha, Mateus se acostó en su mueble con vista a la ciudad, quería que la calurosa mañana le conciliara un poco el sueño; hace dos noches que no conseguía dormir bien y un intenso dolor de cabeza lo estaba matando. De repente frunció su ceño -¿Qué pretende ese Arcángel? -susurro a si mismo -¿acaso está tras Ena?

“El dia anterior Mateus había estado en la habitación de Abraham husmeando en su escritorio para encontrar información, no le pareció raro encontrar un mapa con el camino marcado hacia Cane Hill, pero si encontró curiosidad en una vieja fotografía donde se encontraba Ena junto con varios Shinigami, entre ellos Elian, y los dos estaban señalados con un marcador rojo.

Debajo del mapa encontro una carpeta, no se sorprendio en absoluto al ver su fotofrafia y de Alice con una etiqueta roja, pero habia mas, no solo ellos estaban en esa carpeta, tambien estaba Anzu, su abuela y la familia Shin, pero hubo una que realmente le llamo su atencion, estaba al final de todas las fotografias y estaba marcada con una etiqueta de color diferente a las demas, negro. Mateus frunció su ceño mientras alzaba la fotografía a su rostro y tal vez supuso cuál era la intención de Abraham de hacer lo que hacía. La voz parlanchina de Abraham hablando por teléfono mientras caminaba hacia él edificio llamó su atención, miro por la ventana y volvió a guardar todo en su lugar, regresó su mirada por la ventana y al observar una imagen de un arcángel siguiendo a su compañero de trabajo despertó su curiosidad, miró su teléfono, donde había tomado algunas fotografías de la carpeta y el mapa, y lo guardo.

Abraham frunció su ceño cuando miró a Mateus en su apartamento, sentado cómodamente en su mueble mientras lo miraba con una mirada fulminante.

-Te llamo luego -colgó -¿Qué haces aquí? -se acercó unos pasos y luego miró a su alrededor -¿Dónde está Bastian?

-Primero -empezó con una voz demandante -no creo que seas tan estupido para no saber porque estoy aquí -Abraham soltó una sonrisa burlona.

-Lo dices por Alice -dijo mientras asentía con una sonrisa -¿Como esta ella? No, ¿cómo está tu corazón? -se burló. Mateus apretó sus dientes y luego soltó un suspiro calmando su furia.

-Segundo, Bastian se ha ido al infierno, cosas familiares, ya sabes -alzó una de sus cejas. Abraham asintió con una mueca en sus labios -pero la verdadera pregunta aquí es, ¿que pretendes hacer? -se paró de su asiento caminando hacia él con pasos amenazantes.

Mateus sonrió rodeándolo y sentándose en uno de los muebles, él siguió sus movimientos con su mirada -te veo algo cansado, acaso no te has alimentado -giró levemente su cabeza.

-Ese no es el punto -gruño.

-Claro que si -sonrio -tu tiempo de alimentarte está cerca, y no has tenido tiempo de escoger tu presa, has estado tan ocupado con tus viajes a Osiris, tomando por fin el trabajo que te pertenece, ser un líder estaba en ti.

-¿A qué quieres llegar? -frunció su ceño.

-Para los líderes, un alma de un commons es más tentadora que para un demonio común, sabes perfectamente que los lirios no bloquean en su totalidad esa tentación, pero lo hace controlable. -sonrió con malicia. -La chica pelirroja, ¿cómo se llama? -desvio su mirada fingiendo recordar -¡ah, si! Anzu -Mateus se sorprendió. 

-Ella -susurro.

-Si, ella. Yo maté a la bruja que la protegía. Anzu es un caso bastante particular, aún no sabemos a qué se debe esta coincidencia pero, todos aquellos que saben la verdad la quieren proteger de demonios como tu -alzó sus hombros con indiferencia -La familia Shin son uno de ellos -Mateus alzó su mirada confundido.

-Entonces, es verdad -Abraham frunció su ceño.

-¿Verdad que? -preguntó con hostilidad.

-Haces todo esto por Bastian, por ser aceptado -frunció su ceño -eres un demonio común, buscas tener un poder para al menos estar un rango más arriba de lo que eres, ¿para que? para ser aceptado por él -Abraham trago saliva y le dio una mirada furiosa a Mateus.

-El motivo por el cual lo hago no te incumbe -Mateus soltó un suspiro y se encamino a la salida, pero antes de que girara la manija de la puerta, él volvió hablar -recuerda estar cerca de Alice para protegerla de otros demonios -sonrio -aunque eso implique poner en peligro a Anzu -Mateus gruñó y abrió la puerta, cerrándola con un portazo.”

Mateus cerró sus ojos queriendo olvidar aquella conversación con Abraham y al menos conciliar un poco su sueño, pero se vio interrumpido cuando el timbre de su puerta sonó. Soltó un pesado suspiro y murmurando cosas inaudibles con su ceño fruncido, se levantó de su cómodo mueble con desgana y fue hasta su puerta. La abrió con su ceño fruncido, para mostrar su molestia, pero al ver a la chica rubia parada enfrente de su apartamento, hizo que se deshiciera y se sorprendiera por su repentina visita.

-Alice -dijo anonado.

-¿Puedo pasar? -preguntó enseguida.

-Claro -se hizo a un lado de la puerta dando paso a su hogar.

Alice caminó hasta el comedor, con los pasos de Mateus tras suyo, dejó su bolso en la mesa y se giró hacia él.

-Necesitamos hablar… tal vez aquel día me sentía muy fuera si al enterarme de… esto -susurro lo ultimo -no permití que me explicaras todo.