Destino, Brick Lane #6174 (ae 1)

XXXIII.

El clima era perfecto para sentarse en su jardín bajo la enorme sombrilla en su silla mecedora, tenía puesto sus gafas de sol y vestía una camisa holgada y una pantaloneta corta. De repente pensó que sería buena idea ir a jugar golf; su esposa había salido con sus amigas, así que también se sentía con el derecho de divertirse. Se levantó de su asiento y se encaminó a su habitación por su uniforme y equipo de golf, y  en cuanto salió de esta, se sintió joven y dichoso puesto su uniforme.

-¡Daichi! -exclamó feliz cuando miro a su guardia venir hacia él -es un maravilloso día para salir -soltó una carcajada.

-Lamento interrumpirlo -se inclinó levemente -pero hay alguien que desea verlo -enseguida apareció un arcángel que venía apresurado.

-Señor Shin Moo -se inclinó en cuanto el guardia se posicionó al lado del anciano.

-¿Ha sucedido algo? Muchacho -el arcángel hizo una mueca mirando seriamente al señor Moo -entiendo -señaló el camino hacia su oficina.

El anciano soltó un suspiro cuando se sentó en el mueble y cruzó su pierna mientras extendía sus brazos cómodamente -Si vienes ha informarme que Elian a decidido dejar Londres y junto con ello una cantidad de problemas, es demasiado tarde, Joel ya me ha dicho -el arcángel entreabrió sus labios y luego tragó saliva.

-En realidad, esperaba a que el mismo Elian lo hiciera -Moo frunció su ceño.

-Entonces, ¿a qué se debe tu repentina visita, Luhan? -él hizo una mueca sin saber muy por dónde empezar, ordenó rápidamente sus ideas bajo la intensa mirada del anciano.

-Es sobre Ena -respondió al fin.

-¿Qué sucede con ella? ¿Acaso ha vuelto a intentar usar su escasa magia? -alzó sus cejas, confundido. El arcángel negó enseguida.

-Ella escapó de Cane Hill con ayuda de un demonio -el rostro del anciano mostró preocupación y sorpresa -aun no sabemos con exactitud cuando lo hizo ni como lo hizo. Pero estamos siguiendo sus pasos.

-¿Qué has dicho? ¿Cómo puede ser eso posible? Aunque entendería que la seguridad de Cane Hill no es la mejor -frunció su ceño -pero estoy seguro cual es su plan, irá tras mis nietos.

-Así es -afirmo -pero hay algo más, el objetivo de Ena son los gemelos, el objetivo de el demonio son el alma de Elian y Kilan -el señor Moo frunció su ceño pensativo, paso su mirada a la caja rectangular que colgada en medio de sus bibliotecas, se paró de su asiento y se acercó abrirla.

-Y al parecer mi hogar tampoco tiene la mejor seguridad -Luhan se sorprendió al ver la caja vacía.

El señor Moo bajo la caja y observó con sumo cuidado el tigre tallado ahí, soltó un suspiro y se la pasó al Arcángel. Luhan se sorprendió por el acto y dudó en tomarla.

-No podría -dijo enseguida.

-Es tu misión, es la misión que yo te encargo -se la colocó en sus manos -atrapa a Ena y mantén a salvo a todos -el anciano colocó su mano en el hombro de Luhan -recuerda la conexión especial que tienes con Elian, aquella te ayudarán en esta misión -sonrió.

-Si, señor -asintió.

-¡Bien! Daichi prepara el automóvil, nos vamos al club -sonrió alegre mientras salía de la habitación seguido por el guardia.

Luhan apretó con fuerza la caja y luego soltó un pesado suspiro.

. . .

Joel miró a su alrededor, su habitación estaba casi vacía, unas cajas cerca a su puerta y su maleta de viaje era lo que se llevaría. Jano había estado tan callado esas últimas semanas, solo hablaba para responder preguntas simples; a la hora de comer, había un silencio absoluto, como si todos vivieran en su mundo y comer juntos solo era un deber. De repente recordó la cena que tuvieron con sus abuelos el día que volvió a casa.

“El abuelo Shin estaba sentado en la cabeza de la mesa y el abuelo Yang al otro lado, cada uno con sus hijos sentados a sus lados y al lado contrario estaban los gemelos. El abuelo Yang siempre era más serio y callado, pero siempre sabía cómo hacer sonreír a los gemelos, aunque esta no fuera la ocasión.

-He discutido sobre el asunto con Joel -habló el abuelo Shin -aun no he tomado una decisión, pensé que sería justo que todos tomemos una decisión.

El abuelo Yang cruzó sus manos sobre la mesa y se inclinó hacia ella -No entiendo la repentina decisión de Elian -ladeo su cabeza pasando su mirada por cada uno de los presentes -pero no me opondré a ello -Kilian hizo una mueca y los gemelos mostraron una expresión de tristeza.

-He hablado con el señor Yang -le dio una mirada confiable -y hemos llegado a un acuerdo, pero para ello debemos escucharlos a ustedes -se dirigió a Elian y Kilian -y luego escucharemos a los muchachos.

-Hay algo claro aquí y es que no podemos dejar a los gemelos a su suerte -aclaro el señor Yang.

-Dejamos que los gemelos tomaron una decisión -respondió Kilian.

-¿Y la decisión de Joel fue escapar de casa? -alzó una de sus cejas, incrédulo.

-No lo tomamos tan en serio, lo siento -se inclinó hacia el señor Yang -lo siento, padre -se inclinó hacia él.

Los gemelos tenían su mirada baja, ninguno interrumpió las palabras de sus mayores, ni tampoco pensaban hacerlo.



#5617 en Fantasía
#12867 en Novela romántica
#2394 en Chick lit

En el texto hay: angeles, angel caido, angeles y demonios

Editado: 30.12.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.