AYLA.
Sábado, querido sábado, soy de las personas que aman los fines de semana, son los únicos días que puedo dormir hasta tarde, bueno también en los días de vacaciones.
Pero hoy no puedo dormir, son las 3:30 de la madrugada y aún no caigo en el mundo de los sueños. Tengo la cabeza vuelta un lío, me pesa la culpa y los sentimientos. La culpa por volver a engañar a Darío y los sentimientos por no saber que siento por Jackson.
Lo volví a besar sabiendo que está mal, ¿Qué me está pasando?, no puedo hacerle esto a Darío, él no a sido un mal novio, todo lo contrario a sido muy comprensivo, cariñoso y a demostrado que me quiere.
¿Y tú lo quieres?.
Por supuesto que lo quiero, antes de ser mi novio fuimos amigos y le tengo un gran cariño.
¿Y lo amas?.
¿Lo amo?, no puedo decir que lo amo, no siento ese sentimiento por él esa es la verdad, lo quiero pero no lo amo.
¿Y por Jackson que sientes?.
Jackson…, todo a sido muy rápido desde que volvió, desde un inicio tenía claro mi resentimiento por él, pero desde el beso que nos dimos la semana pasada y el de ayer ya no se que siento por él. Estado diciendo que me llevaría bien por la relación que iba a ver entre Keyla y Liam, pero la verdad es que en el fondo también quería llevarme bien con él.
Aish que frustrante es no saber que hacer, ¿Qué hago?, no puedo seguir con Darío, no sería justo que siga a su lado sabiendo que siento algo por Jackson, pero tampoco quiero terminar con él.
Vuelvo a coger mi celular de la mesita de noche y veo la hora, un cuarto para las cuatro aún falta para que amanezca, así que decido mandarle un mensaje a Key.
Yo: Hola key, te aviso que hoy no habrá noche de películas, pasaré el fin de semana con mi papá.
Key: ¿Que haces despierta a esta hora?.
Yo: No puedo dormir, ¿Y tú que haces despierta?.
Key: Lo mismo, tampoco puedo dormir y no te preocupes yo le aviso a los chicos que las películas las veremos en mi casa, me saludas a tu papá.
Seguimos hablando hasta que son las cuatro, decido ir a mi estante por un libro, escojo un clásico, ''20 poemas de amor y una canción desesperada, Pablo Neruda'', vuelvo a mi cama y empiezo a leer.
Al poema diecinueve siento mis párpados pesados, dejo el libro en la mesita de noche, apago la lámpara y me quedo dormida.
No sé que hora sea, solo escucho que entra mi madre y me saca el edredón de un jalón.
_Ayla levantate, tu padre llamó y dijo que en media hora te recogía.
No le hago caso y me vuelvo a cubrir con el edredón, tengo sueño.
_Es temprano mamá _le digo en un murmullo y con los ojos cerrados.
_¿Temprano?, son las diez de la mañana señorita _escucho que me dice pero sigo sin levantarme _Te levantas por las buenas o te levanto a mi modo.
Mierda…, al escuchar eso salgo disparada de la cama, su modo de levantarme es que me tira un poco de agua en la cara, si lo sé con que amor me despierta ¿No?.
_No es necesario mamá, ya voy a bañarme _le digo con cara de sueño aún.
_Pero mira que ojeras te traes eso no ayuda a que tu ojo se vea mejor, tu padre se va a molestar cuando te lo vea _me dice a modo de reproche _¿A qué hora te dormiste?.
Mi madre cuando quiere ponerse pesada se lo propone bien.
_A las once mamá, ahora será mejor que valla a bañarme _le digo y me acerco al armario para ver que ponerme _No quiero hacer esperar a papá.
No me dice nada y se acerca a la cesta de la ropa sucia.
_¿Solo lo que hay en la cesta es la ropa sucia? _pregunta y yo asiento _Bueno te dejo, voy a meter esto en la lavadora.
Sale de mi habitación y yo me vuelvo hacia el armario, saco un vestido color coral, ropa interior y voy a la zapatera para buscar unas sandalias blancas, pues aún estamos en época de calor y mejor opto por algo cómo.
Me dirijo al baño y entro a la ducha, me aplico shampoo y así con todo el protocolo de un bañado normal. Cuando ya estoy lista salgo y voy hacia donde dejé mi ropa, me visto rápido pues por lo que tengo calculado ya han pasado veinticinco minutos.
Me siento en la cama para poder colocarme las sandalias cuando ya está me levanto y me dirijo al tocador para echarme perfume y me saco la toalla de la cabeza, cojo el peine y a medias me peino el cabello.
_Tu padre ya está abajo _me avisa mi madre asomándose en la puerta.
_Dile que en un momento bajo _le contesto.
Voy hasta mi sofá y agarro la mochila que contiene mi ropa, reviso si está el cargador de mi celular, cepillo de dientes , ¿Qué más me falta?.
¡A sí el celular!.
Estaba llevando el cargador y me olvidaba del teléfono, voy hacia la mesita de noche y guardo el celular en la mochila. Salgo de la habitación y bajo las escaleras corriendo.
_Ya estoy lista _digo cuando ya estoy abajo.
_Estás hermosa hija.
_¡Papá! _grito cuando lo veo saliendo de la cocina.
Voy hacia él y me carga dándome un fuerte abrazo, parece que no lo hubiera visto en años pero en realidad no lo veo hace un mes.
_Cada día creces más _me dice en un tono dulce y dejándome en el suelo _¿Qué te pasó en la cara?.
_Eh…, una larga historia de explicar _le digo _Luego te cuento.
Escucho que se aclaran la garganta y me volteo hacia donde está mi mamá.
_Pues me siento celosa, se nota quién es tu favorito _dice y hace un gesto dramático.
_Mamá no seas exagerada, a ti te veo todos los días _digo acercándome a ella _Tú sabes perfectamente que a ambos los quiero por igual.
Ella asiente y me atrae hacia ella para darme un abrazo.
_Bueno, ¿Nos vamos? _pregunta mi padre.
Asiento y él comienza a caminar hasta la puerta.
_Adiós Luisa _se despide de mi madre.
_Nos vemos luego Miguel _le responde ella _Y cuida a mi hija, que no duerma tarde, que no coma mucha comida chatarra.