[Maratón 2/3]
JACKSON.
Ella me queda mirando, en la espera de una respuesta, se ve muy hermosa con ese vestido que hace juego con sus ojos. Ojos que me vuelven loco.
_Si te decía la verdad estoy seguro que no ibas a aceptar _le respondo tranquilo.
Sé que no está molesta, por la gran sonrisa que tiene en la cara, sonrisa que yo eh causado.
_Lamento la pequeña mentira, pero era la única manera que aceptaras _le aclaro acercándome a ella _No arruinemos el momento y vayamos a sentarnos para poder observar el hermoso atardecer.
Ella asiente y juntos caminamos hacia donde está el toldo blanco, al inicio tenía pensado llevarla al cine o a un restaurante, pero creo que eso es muy común.
El día de ayer me la pasé con Liam y Keyla planeando todo, pues quería hacer algo, después de lo ocurrido el viernes con el gilipollas de Dario. Me sacó de mis casillas con lo que dijo, mejor ni lo recuerdo.
Liam me recomendó llevarla a un parque de diversiones, pero en la conversación a Keyla se le salió decir que Ayla le gusta mucho la playa, así que se me ocurrió la idea y pues aquí estamos.
_Está muy bonito todo _dice ella tomando asiento _Gracias.
Su voz es suave, se ve hermosa, siempre lo a sido.
_No tienes que agradecer nada _le digo con tranquilidad _Ya te eh dicho que te quiero conquistar.
_Jackson…, yo… _me trata de decir y yo la interrumpo.
_Comprendo, acabas de terminar una relación y no quieres estar con nadie, por miedo a lastimar a Darío, pero eso no significa que yo dejaré de tener estos detalles contigo _le aclaro con la mirada fija en ella _Solo hay que disfrutar esta tarde-noche, hay cosas que te quiero explicar.
Me frustra que ella tenga un concepto bueno sobre Darío o que no lo quiera lastimar, pero si ella hubiera escuchado lo mismo que yo, estoy seguro que no pensaría igual.
Pero hoy no estamos para hablar de él, sino para yo decirle la verdad de lo que pasó hace años, el porque me fui. Le di varias vueltas al tema y decidí que le iba a decir la verdad. Liam también me aconsejó que lo hiciera y eso haré hoy.
Destapo la comida que había preparado Stefanny hace unas horas. Liam fue el que trajo todo ya que a mi no me daba tiempo. Le alcanzo su plato a Ayla y yo me quedo con el mío.
_Cómo supiste que me gustaban las fresas _pregunta curiosa _Recuerdo que me empezaron a gustar a los doce años, y tú para esa época ya no estabas.
_Keyla me lo dijo _respondí sinceramente pues ella había sido la que me lo contó.
Comenzamos a comer en silencio, pero uno tranquilo, para nada incómodo.
_¿Te acuerdas de la ves que vinimos a la playa con tus padres y te pusiste a llorar porque el pez que habías guardado en tu balde se había muerto? _le pregunto evitando reír por el recuerdo _¿Creo que tenías 8?.
Ella me mira intentando parecer seria, pero se nota que está conteniendo la risa.
_Tenía 7 ¿Ok?, a esa edad pensé que el pobre pez iba a vivir para siempre y que lo podía llevar a casa _dice y esta vez si suelta una pequeña risita _Recuerdo que tu me dijiste que me ibas a regalar una pecera, con un montón de peces y una tortuga.
_Y así fue _le recuerdo _Un mes después le pedí a mi madre que me la compre y te la fui a llevar a tu casa.
_Eras como mi papá Noel personal _dice con una sonrisa _Cualquier cosa que pedía tratabas de regalármelo.
Seguimos hablando de cosas al azar, luego de unos minutos terminamos de comer. Comenzamos a caminar un rato por la playa y luego nos fuimos a sentar a la manta con el tazón de fresas.
Enciendo la pequeña fogata y me voy a sentar a su lago. Aún se notan algunos rayos del sol que faltan por esconderse.
Estamos con la fija en el mar, en este se refleja los últimos rayos del sol y le dan paso a la fresca noche.
_Ese día fue el peor cumpleaños de mi vida ¿Sabes? _murmura ella con la mirada aún en el mar _No quise apagar las velas porque aún no estabas tú, esperé a que llegaras hasta las 9:30 y no lo hiciste. Tuve que apagarlas por la obligación con los otros invitados.
Siempre me pregunté como había sido su reacción, claro está que me imaginé que no fue una buena. Pero no pensé que después de irme de la cuidad, me iba a encontrar con ella hablando sobre aquella noche noviembre.
_No fuiste la única que la pasó mal _le dije en un susurro _No sabes cuantas veces me vi tentado a coger el teléfono y llamarte, de explicarte la razón por la que mi familia se fue, pero enserio no pude
Escucho que suelta una risa seca, una carente de humor.
_¿No pudiste o no quisiste? _dice y voltea a verme _Porque enserio, durante todos estos años estado buscando una razón, algo que justifique el hecho que te hallas ido sin decirme nada. ¿Y sabes a cuál llegué?.
Ella pregunta y yo la miro para poder negar.
_Llegué a la conclusión que tu no me quisiste, que no fui importante _empieza a decir con un inicio de enojado _Porque si así hubiera sido, aunque sea me hubieras dicho el ¿Por qué?.
_Ayla yo… _intenté decir, pero no me dejó.
_Dejame terminar _dijo _Si aunque sea me hubieras considerado tu amiga, si tan solo tu me hubieras tenido un poco más de confianza, me lo hubieras contado, pero no lo hiciste.
_Joder, éramos unos críos, sé que no fue la mejor decisión, pero fue la que consideré mejor a esa edad _le respondo mientras me paso las manos por el cabello _Pensé que íbamos a volver en unos meses, pero no fue así.
Ella se queda un buen rato en silencio, tratando de calmarse.
_¿Por qué te fuiste?,¿Cuál fue el motivo por el cuál no me dijiste nada? _pregunta ella, ya más calmada.
Tomo una gran bocada de aire, para luego expulsarlo lentamente. Le comienzo a contar todo. Desde el día que diagnosticaron la enfermedad de mi hermano, como nos íbamos cada cierto tiempo a España. Le expliqué porque no salía antes, claro está que siempre hemos sido vecinos, pero yo lo pasaba en casa.