JACKSON.
¡Respira Jackson!, ¡Respira!.
Juro que hice uso de todo mi autocontrol para no terminar golpeando al gilipollas de Darío.
¿Enserio tenía que arruinar este día?.
Por supuesto, si el destino me odia. Ya decía yo que tan perfecto no podía salir todo hoy. Si no la terminaba arruinando yo, lo hacía alguien más.
Aguante que el arruine la bonita tarde-noche que había pasado con Ayla, pero lo que me sacó de mis casillas fue que ella prefiriera quedarse con él, solo me dijo ''Será mejor que te vayas, yo me voy a encargar de él'', ¡Nisiquiera me miró!!!.
Yo nisiquiera le respondí, solo me di la vuelta y me fui, porque si pasaba un momento más viendo a ese idiota iba a terminar golpeando.
Caminé hacia mi casa y entré, en la sala estaba Liam con mi hermana, él me miró y seguro por la cara que traía, ya se imaginaba que algo no había salido bien.
—Ahorita vengo pequeña —lo escuché decirle a mi hermana.
Subí las escaleras y entré a mi habitación para tumbarme en la cama, minutos después Liam entró.
—¿Y qué fue lo que salió mal?—preguntó desde la puerta.
—Nada Liam, mejor déjame solo —le contesté con la cara pegada a la almohada.
—Oh no hermano, no me eh pasado todo el sábado planteando esto contigo, como para que no me vayáis a contar los detalles.
Bufé y me di la vuelta para sentarme en la cama.
—¿Qué detalles?, como que todo estaba bien pero tuvo que aparecer su ex novio.
—¿Qué?, espera, ¿Cómo que apareció Darío? —dijo y su entrecejo se frunció.
—Como acabas de oír —contesté serio.
—¿Pero como así?.
—No seas cotilla Liam.
—Ya empezaste, así que termina.
Solté un suspiro y rodé los ojos, no hay persona más necia que Liam Beker.
—Pues todo iba bien, hasta que llegamos a su casa, Darío estaba ebrio en la puerta de la casa —le comencé a contar —Le preguntó si salía conmigo, ella negó y al final se termino quedando con él, me dijo que era mejor que me fuera y eso hice.
—Pero entiende que ella no lo podía dejar solo —trató de decir.
—Eso y una mierda Liam, aún lo quiere y por eso se quedó con él —dije serio.
—Serás idiota Jackson —murmuró negando con la cabeza —Tampoco vas a pedir que no se preocupe, Darío a sido su amigo y novio, no puedes pedir que no le preocupe lo que le pueda pasar, lo conoce de tiempo, aparte sabes que Ayla no es mala y no podía dejarlo manejar ebrio.
—Lo que sea Liam, ella se quedó con él y eso es todo —dije y saqué mi teléfono.
—Habéis pasado una bonita cita, no se vayáis a molestar por algo que nisiquiera Ayla sabía que iba a pasar.
—Y yo lo sé, pero es que me es inevitable no estar celoso, sabes que no lo soy pero con Ayla los celos solo fluyen —le digo sinceramente.
—Solo piensa con la cabeza fría y no por los celos —aconsejó y se quedó un rato callado.
—¿Qué pasa?—le pregunté con el ceño fruncido.
—Le contaste lo de…, ya sabes quién —dijo algo incómodo.
Oh, eso era, sabía que hablar de la rubia le incomodaba.
—No pude decirle nada sobre ella —dije y él me dio una mirada fulminante —No me mires así Liam, ella está en Madrid, no había necesidad de contarle eso a Ayla.
El comenzó a negar con la cabeza y se acercó, desde que había llegado a mi habitación, no se había separado del marco de la puerta.
—¡Pero como se te ocurre no contarle!, fue una pésima idea no decirle nada Jackson —dijo molesto —Te vas a arrepentir de no contarle y luego yo voy a decir te lo dije.
—Si se lo diré, no ahora pero lo haré, ya calmate ¿Si? —respondí rodando los ojos —Aparte nisiquiera sé si pasará algo con Ayla, ella nisiquiera me a dicho que le gusto.
—Ay Jackson merecéis que te de un golpe por idiota —dijo en un tono molesto —Ella acaba de terminar su relación y aparte tu debiste contarle.
—Lo que sea Liam —respondí con un encogimiento de hombros.
Me coloqué los auriculares y coloqué la música que en ese momento estaba sonando ''Locked Out of Heaven, de Bruno Mars''. Liam notó que mi intención era ignorarlo y salió de mi habitación.
Se que me estoy comportando como un idiota, pero es que ahora mismo no estoy pensando bien.
Y así pasé las siguientes horas, escuchando música hasta que me quedé dormido. De un momento a otro escuché que alguien entró a mi habitación y me sacó los auriculares de los oídos, medio dormido vi que era mi madre que estaba dejando el celular en la mesita de noche.
Volví a cerrar los ojos y ella se acercó a darme un beso en la frente y así como entró, volvió a salir.
AYLA.
¡Cinco días!, ¡Cinco!.
Llevaba cinco días donde Jackson me había estado evitando, no lo veo desde el domingo que le pedí que se fuera a su casa y yo me quedé con Darío.
Le pregunté a Liam por su hermano y me dijo que no pasaba nada, que solo estaba ocupado.
Yo solo había movido la cabeza dando a entender que comprendía, pero la verdad era que no entendía su actitud.
El domingo después de llevar a Darío a su casa no había logrado sacarle la verdad de quién le había contado lo de Jackson, pues se quedó dormido y a mi solo me quedó regresar a mi casa.
Hoy era viernes y ya faltaba quince minutos para que acabe la jornada del Instituto.
—¿Estás segura de lo que vas hacer? —me pregunta Key ignorando por completo la clase del profesor Henry el cuál enseñaba la materia de matemáticas.
—Si estoy segura y entiendo que no me quieras acompañar —le digo haciendo los apuntes en mi libreta.
—¡¿Qué?! —gritó mi amiga.
—Señorita Jones, comprendo que esté ansiosa porque acabe la clase, pero le recuerdo que aún falta 12 minutos para que finalice —dijo el profesor y yo estaba que aguantaba la risa, pues mi amiga estaba avergonzada.
—Y esto también va para usted señorita Foley —ahora me dijo a mi y se me fueron las ganas de reírme —Así que si no quieren quedarse después de clase haciendo 30 ejercicios matemáticos, le recomiendo que guarden silencio por los 10 minutos que faltan.