JACKSON.
Llevaba cinco días evitando a Ayla, se que no era justo, pero es que necesitaba pensar, solo venía a la universidad y luego regresaba a mi casa, aunque aveces la observaba desde mi habitación.
Ahorita nos encontramos en la sala de prácticas de la Universidad, me había tocado hacer equipo con la amiga que estaba el viernes pasado con Darío.
—Así que has vivido siete años en Madrid.
Me pregunta la morena y yo bufé, llevaba haciendo preguntas desde que se sentó a mi lado.
—Si —respondí fríamente.
—¿Y desde cuándo conoces a Ayla?.
—Desde un tiempo que a ti no te importa.
Se que estaba siendo grosero, pero es que esta semana no andaba con el mejor humor que digamos.
—Ahora, cada pareja va a poner en práctica las maniobras de reanimación cardiopulmonar que se realizan en personas que han sufrido una parada cardiaca —dijo el maestro para todos.
Me levanté de la silla y esperé a que Anna hiciera lo mismo, ella se acostó en el piso y yo me puse de cuclillas.
—¿Qué medida piensas usar? —preguntó con una sonrisa, sé que estaba coqueteando conmigo pero yo solo la ignoraba.
—No pienses que te voy a hacer ventilaciones —contesté rodando los ojos —No pienso besarte.
Ella soltó una pequeña risita y yo volví a rodar los ojos. Y como dije, no pensaba hacer las ventilaciones, sino que hice las 30 comprensiones torácicas, coloque suavemente sobre su tórax mis manos una encima de la otra y comencé a presionar, no tan fuerte.
Luego de que supervisaran, me levanté y dejé que ella haga lo mismo. Yo había agarrado la rama de cardiología en la carrera de medicina, Liam me había dicho que después de romper tantos corazones ahora iba a estudiar para ver sobre su bienestar.
Me fui a sentar y menos mal ya era la última clase, no estaba con ánimos de seguir soportando las preguntas de la morena.
—¿Por qué eres tan gruñón y serio?.
Giré a verla y ella estaba con la cara apoyada en sus manos, me miraba fijamente. Yo solo le dediqué una mirada fría, ignore su pregunta y seguí haciendo unos apuntes.
—Ok, no hablaremos entonces.
Después de decir eso, se mantuvo en silencio por el resto de la clase, después de una hora ya se dio por finalizada. Yo comencé a guardar la libreta en la mochila, decidí dejarme la bata puesta, cerré la mochila, la colgué a mi hombro y saqué el celular.
Anna había salido antes que yo por lo que comencé a caminar hacia la salida con la mirada en el celular y cuando llegué escuché un grito.
_¡Ayla espera! _fue lo que escuché y lo que hizo que levantara la mirada.
Al observar el escenario frente a mí, funci el ceño, estaba muy confundido.
¿Qué hace Ayla aquí?, mejor dicho ¿Que hace Ayla enojada aquí?.
Vi que detrás de ella trataban de seguirla Darío y Keyla, caminé hacia donde se encontraban Ayla y Anna.
—¿Y ahora que quieres? —le dijo Anna cruzando sus brazos.
—Tú fuiste la que le dijo a Darío que yo me besé con Jackson —preguntó molesta Ayla.
—Sí fui yo y me alegra que por fín se diera cuenta la clase de persona que eres, porque tu no lo merecías —contestó Anna tranquila.
Juro que la Ayla daba miedo en estos momentos, no se como explicarlo, estaba con la cara roja por el coraje, sus ojos se veían más verdes de lo normal y con la última respuesta que dio Anna, ella tenso la mandíbula, tratando de controlarse.
—No tenías derecho, yo era la que tenía que hablar con él —contestó Ayla.
—Ay por favor no me hagas reír, si tu le habías terminado para no tener que contarle nada —le dijo Anna —Eres una perra cobarde que la mejor opción que vio fue terminar su relación con…
No puedo terminar, pues Ayla le cruzó la cara con una bofetada que sonó muy fuerte, Anna la vio con los ojos bien abiertos y luego con enojo, tenía la mejilla roja.
Vi que su intención era irse contra Ayla, así que la agarre del brazo, a estas alturas ya habíamos llamado la atención de algunos estudiantes.
—Ayla ya fue suficiente —le dijo Darío, cosa que ella ignoro.
—Y tú una arrastrada que estuvo detrás de Darío pero este nunca te hizo caso, por eso viste la mejor opción de ir a contarle lo del beso a ver si así te hacia caso al menos una vez en tu vida —le dijo Ayla.
Anna trató de soltarse de mi agarre pero no se lo permití.
—¡Eres una perra maldita, por tu culpa él no me hizo caso! —le gritó Anna.
Yo podía detener a Anna pero, ¿Quién detenía a Ayla?, ella le tiró otra bofetada, cosa que hizo que Anna se soltara de mi agarre, y le devolvió el bofetón, Anna pensó en darle otro pero la mano de Ayla la detuvo, le agarró un mechón de cabello y le hizo la cabeza hacia atrás.
—Vuelves a decirme perra y te juro que te dejo sin un solo cabello —amenazó Ayla —Y no sé como carajos te enteraste de los otros dos besos.
En ese momento yo la miré culpable, pues yo había sido el que le dijo a Darío que la había besado tres veces. Ayla no notó la mirada de culpabilidad que le di, en ese instante Darío la cogió de la cintura y la jaló hacia atrás.
—Anna no fue la que le dijo de los otros dos besos —hablé por primera vez, desde que todo esto inicio.
—¡¿Qué?! —gritó Ayla.
—Que yo fui el que le dijo a Darío, fue sin querer —vuelvo a repetir —Fue el día de la pelea con él, solo se me salió decirle.
—Te dije que Anna no había sido —habló Darío.
—Cállate Darío, claro que fue Anna, si ella no te decía nada, Jackson no te lo hubiera dicho tampoco —le contesta Ayla.
—Claro como tu tampoco no pensabas decirme, tú eres la culpable —le contesta Darío molesto.
—Y yo te dije que ella no tuvo nada que ver, que él único culpable fui yo —le digo un poco enojado.
—Será mejor que nos vayamos —habló Keyla por primera vez.
Darío se acercó a Anna y se fueron juntos, yo dudé en si hablarle o no a Ayla pues ella aún se veía enojada.
—¿Por qué no me contastes que le dijiste a Darío sobre los besos? —me pregunta en un tono frío, más de lo que me hubiese gustado.