Destino, Caminos Encontrados

CAPÍTULO 24

JACKSON.

Ya había pasado una semana desde que habíamos ido a la tienda de disfraces, bueno habían pasado seis días, ya estábamos sábado otra vez.

Ya estábamos Halloween.

Me había levantado temprano, pues teníamos muchas cosas que hacer, mi casa había sido la elegida para hacer la fiesta y por eso mismo a ser las 8:00 a.m. mi casa ya se encontraba llena de gente, que se iba a encargar de la decoración.

Liam también se encontraba despierto y caminando de un lado para otro, la pobre Stefanny también estaba muy ocupada. Mi padre y mi abuelo habían salido muy temprano para ir a la empresa.

—¿Hoy es halloween? —me pregunta Ell entrando por la puerta del patio con copito en sus brazos.

—Si pequeña, hoy es halloween —le respondo con una sonrisa.

—¿Hoy podré ponerme mi disfraz? —vuelve a preguntar.

—Sí Ell, hoy podrás ponerte tu disfraz.

—¡Es hoy copito! —gritó entusiasmada y mirando directamente al perro —Hoy podré ponerte tu disfraz de abejita.

Yo reí y ella se fue corriendo camino hacia las escaleras.

—¡Ten cuidado, enana!, ¡Te puedes caer!.

Ella al escucharme disminuye la velocidad y sube tranquilamente las escaleras —bueno, no tan tranquila — pero al menos ya no corre.

—La máquina de humo la quiero en el jardín —le digo a un chico que pasa con ella en un carrito carguero.

—Como usted diga, joven Becker.

Yo solo asiento y él se va directo al jardín.

—¡Quiero muchas calabazas y esqueletos!, ¡La casa debe de quedar genial! —escucho que grita Liam desde un punto en la sala, es él quién está más entusiasmado con la idea de la fiesta.

Sin darle mucha importancia a las indicaciones que estaba dando mi hermano a los encargados, comencé a caminar hacia la cocina, ahí se encontraba mi madre y Stefanny, esta última hablando por teléfono.

—Buenos días —saludo en general, mi madre me devuelve el saludo y Stefanny solo me da un sonrisa de boca cerrada y me señala el teléfono.

Me acerco al lado de mi madre y la miro detenidamente mientras prepara el desayuno.

—Si, solo quiero a los mozos y un cocinero —en un momento escucho decir a Stefanny —Si, si, con los trajes que quedamos la otra vez. Ok gracias, a las 5:00 los quiero aquí.

Dicho eso cortó la llamada y se acercó a sacar el zumo de naranja del refrigerador. Mientras mi mamá se da la vuelta, yo decido agarrar una tostada.

—Jackson Beker Li —menciona mi madre con una ceja alzada cuando se vuelve a girar —.¿Cuando dejarás de meter la mano en la comida que aún no he servido?.

Yo solo me encojo de hombros y le doy una sonrisa de boca cerrada.

—Creo que nunca —respondo y vuelvo a sonreir —. Además es solo una tostada.

Ella comienza a negar con la cabeza, murmura que conmigo ya no se puede y al último se ríe. Yo me doy la vuelta y voy a sentarme, minutos después entra mi hermano con Ell de la mano y ambos se vienen a sentar.

—Lo de la comida ya está organizado. —comenta Stefanny mientras nos entrega nuestros juegos.

—¿Siempre eres así de organizada?. —pregunto y le doy un sorbo a mi jugo.

Ella me mira unos minutos y luego habla.

—Gracias a mi organización y empeño, he podido mantener mi trabajo.

—Ella tiene razón —concuerda mi madre —, por eso la he mantenido en su trabajo.

—Una amargada es lo que es. —murmura Liam tratando de hacer enojar a Stefanny.

Ella le da una mirada de pocos amigos y decide ignorarlo mientras le entrega la taza de café a mi madre.

Yo estiro mi mano y le doy un golpe no tan duro en la nuca.

—¡Auu!. —se quejó dramáticamente —¿Y eso por qué fue?.

—Para que respetes a tus mayores.

—No soy tan vija. —se quejó Stefanny.

—Vez, ya lo dijo ella —dijo Liam —. Si puedo bromear con ella.

—Chicos ya basta —advirtió mi madre —. Deben respetarse entre todos.

Dicho eso, el desayuno transcurrió en total silencio. Una vez que termino agradezco y salgo de la cocina con Liam detrás de mi.

—A las 6:30 p.m debemos estar listos para llevar a los peques a la feria —empieza a explicar —, a las 7:30 los llevamos a pedir dulces y a las 8:15 los llevamos a casa.

—Está bien, entonces ese será el orden.

—Si, luego nos venimos acá para la fiesta.

Yo asiento y camino hacia las escaleras para ir a mi habitación.

La condición que pusieron mis padres y los de los demás, fue que a los peques debíamos llevarlos a pasear y a pedir dulces. Mi madre había dicho «ellos son niños y también deben divertirse», por mi parte estaba encantado de llevar a Ell a pedir dulces, ver a esa enana feliz era como si me dieran el mejor regalo del mundo.

Por el lado del resto tampoco tuvieron problema, también para poder realizar la fiesta mis padres y mi abuelo se iban a quedar en casa de Ayla, mi padre había insistido que podían ir a un hotel, pero la señora Luisa dijo que no había problema que se quedaran a en su casa, así que por ese lado también ya estaba todo arreglado.

Cuando llego a mi pieza, busco algunos adornos que están encima del armario, una vez que los tengo vuelvo a salir rumbo a la primera planta.

***
 


 

A las 4:30 p.m la casa ya había quedado completamente adornada, había quedado genial.
 


 

La sala estaba adornada con calabazas y esqueletos, también con telarañas con tarántulas colando, había zombies y en el piso sangre falsa regada. En la puerta había una gran telaraña con un zombie pegado que cada vez que se habría la puerta decía ''Bienvenido a la casa donde te haremos temblar de los pies a la cabeza'', esa frase me había parecido un poco ridícula pero a Liam le encantó por lo que decidimos dejarla.
 


 

Y el jardín, joder el jardín era lo que más me gustaba, estaba increíble.
 


 

La máquina de humo lo hacía ver como si estuviera lleno de niebla, estaba lleno de esqueletos y más zombis, habían puestos grandes rocas falsas donde cada vez que pasabas delante de ellas, salían cualquier muñeco que te haría temblar. La piscina estaba roja —habíamos colocado tinte rojo para que pareciera sangre —, también había una carpa con el fondo negro decorada con muñecos y una voz de suspenso y una risa que de la nada se oía en esa carpa donde podías tomarte una foto. Alrededor del jardín y por algunas partes del salón había muñecos inflamables de cualquier criatura terrorífica que te puedas imaginar.
 




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