CAPÍTULO 28

Advertencia: Antes de leer, les quiero avisar que este capítulo va a contener palabras crudas y fuertes para las personas que son sensibles ante estos temas. Si lo van a leer, que sea bajo su responsabilidad, conste que avisé. :)

———————————————————

JACKSON.

No puedo maldecir más la suerte que tengo. Primero en la tarde se pincha la llanta y ahora que necesito más el auto, decide no encender. Iban a ser las diez y yo necesitaba ir a recoger a Ayla, no la podía hacer esperar, mucho menos sola y a éstas horas.

Ya había llamado a Liam para que venga rápidamente a casa, ya que había salido a comprar algunas cosas para Elli, pero no entiendo porque tardaba tanto. Saco otra vez el celular y para volver a llamarlo, pero cuando estaba por  marcar, otra llamada entró.

—Aló. —contesté serio, ya que era un número desconocido. Se escuchaba una respiración, pero nadie hablaba —. ¿Quién habla?.

—Jackson —me quedé estático al escuchar su voz —. Dejadme en la ignorancia y preocupada, sois un gilipollas, Jackson Becker.

—No entiendo ni un carajo, Pamela —no sabía de que estaba hablando y sinceramente no me esperaba su llamada —. Hablamos luego.

—Ni se te ocurra cortarme —dice antes de que haga eso —. Me estáis ignorando desde hace tres semanas, me habéis estado distanciado de ti, no me contestas las llamadas, habéis estado lejos de Madrid más de tres meses y tú me prometiste que vendrías después de un mes a lo mucho.

Escucho que suelta un leve sollozo, que hace que me sienta mal.

—Paml…, yo, yo te hablo luego ¿Vale?.

—Dejadme la dirección de donde estáis y yo iré —dice y la sola idea de ella acá, me horroriza, ella no está bien —. ¿Si cariño?.

—Te la mandaré luego—suelto un suspiro, pero no pienso hacer eso, si hago eso, estaría poniendo en peligro a Ayla —. Tengo que irme, mi padre está llamándome.

—Te quiero —susurra —. ¿Me prometes que me llamaras?.

—Lo prometo. Adios, Pamela.

Y sin decir nada más, cuelgo la llamada, no podía pasarme esto, no podía permitir que Pamela y Ayla, se conozcan, la pondría en peligro a ella, pensarían que lo hacía para que Ayla no se entere sobre la existencia de Pamela, pero en realidad lo hacía por la seguridad de ella. Pamela puede ser muy peligrosa, cuando siente que se están metiendo con los ''suyo''.

Vuelvo a mirar la pantalla de mi celular y en ese momento, escucho que alguien se aclara la garganta.

—Era la rubia ¿Verdad?. —pregunta Liam, una ves que me giro para verlo. Está serio.

—Si, era ella.

—¿Qué quería?.

—Quiere venir, dice que la estoy ignorando mucho.

—No puedes permitir que venga, no puede pasar lo mismo que antes, Jackson.

—Eso lo sé, jamás permitiría que ella se acerque a Ayla, no conociendo los alcancé que ella tiene.

—Debes de terminar tu ''amistad'' con ella, corta cualquier comunicación o algo que los una —aconseja y se da la vuelta para subir a su auto y yo lo sigo —Hazlo por la seguridad de Ayla y por su relación.

Yo solo asiento y veo la hora en mi celular, eran la 10:10, Ayla debía estar esperándome y siendo sinceros, tenía un mal presentimiento. Liam pone en marcha el auto y yo solo me concentro en calmar el presentimiento que tenía.

—Conduce más rápido, Liam. —lo apuró —. Algo no está bien.

El aumenta la velocidad, sin importar que las señales digan que se puede ir máximo 90 km/h en esta carretera. Una vez que ingresamos a la calle donde se encuentra el McDonald's, el ambiente me da un mal presentimiento, estaba desolado y algo oscuro.

—Algo no está bien. —confirma Liam, cuando se da cuenta.

—Estaciona rápido el auto. —exijo y cuando lo hace, bajo rápidamente del auto con él atrás mío.

Llego a la puerta y encuentro ya todo cerrado, no la encuentro a ella tampoco, pero luego caigo en cuenta que ella siempre sale por la puerta trasera. Por estar pensando en otra cosa, no me había dado cuenta.

Deja de ser paranoico, todo está bien.

Me repetía una y otra vez, para tratar de tranquilizarme.

—Es del otro lado, Liam.

—Está bien, vayamos al auto.

Nos dirigimos rápidamente al auto y inmediatamente lo encendió para conducir hacia la parte de atrás del local. Cuando llegamos, la calle estaba peor que la otra, está todo en silencio y apenas con la luz pública alumbrando. Me bajo y doy con el mismo resultado, Ayla no está.

—¿Crees que se haya ido?. —pregunta Liam.

—No lo creo, me hubiera mandando un mensaje. Algo no está bien.

—Vayamos a preguntar, quizás está adentro aún.

—Si, quizás tengas razón. —acepto no muy convencido. Este mal presentimiento no me dejaba tranquilo.

Comenzamos a caminar hacia la puerta trasera del local, pero antes de llegar, se escucha que gritan una maldición.

—Maldita perra. —es lo que se escucha.

—Acabas de oír lo mismo ¿Verdad?. —le pregunto a Liam y este asiente.

—¡Ayuda! —ahora se escucha que gritan y es una voz de mujer, cosa que hace que me preocupe.

Sin decir nada más, comienzo a correr hacia el lugar de donde se escucharon y se siguen escuchando los gritos. Cada vez se escucha más cerca las maldiciones, los insultos y los gritos de ayuda, cosa que más me eriza la piel, pues ya reconocí su voz.

No puede ser Ayla —trato de convencerme —, ella está en su casa y se trata de otra chica.

Sigo corriendo, hasta que me detengo en una cochera, a paso lento me voy acercando y llego a la parte trasera, quedándome en shock con lo que veo.

—Te llevaré a otro lugar. —murmura el malnacido que está frente a mis ojos y comienza a oler el cuello de Ayla. Ese acto hace que salga de mi estado de shock y reaccione inmediatamente.

A grandes pasos, llego a él para agarrarlo del cuello de su camiseta y sacarlo lejos de Ayla. Sin pensar mucho y sin dejar que él reaccione, le tiro el primer puñetazo, después le sigue otro y luego otro, no estoy midiendo mi fuerza y solo lo golpeo, en mi mente se repite la escena que presencié hace unos minutos y el pensar que él le pudo hacer algo no me deja pensar. Cae al piso con la nariz rota y el labio partido, pero no me inmuto, me abalanzo a él para seguir golpeandolo, trata de defenderse, pero mi ira no le permite hacer gran cosa.