Destino, Caminos Encontrados

CAPÍTULO 33

JACKSON.

Era 30 de diciembre y yo había decidido no ver a Ayla, quizás si era un cobarde pero no quería ver esos ojos dolidos y con odio hacia mí. Quizás estoy cometiendo él mismo error, pero como dije la primera vez, es por su bien.

Pamela duerme en la cama, mientras que yo estoy en el sofá de la habitación, éstos días hemos dormido en la misma pieza pero sin hacer nada, nunca volvería a pasar nada con ella. Pamela se gira hacia mi dirección y me mira con esos ojos marrones que alguna vez me parecieron lindos, me sonríe y me obligó ha hacer lo mismo, aunque mí mente esté en la chica de ojos verdes.

—Buenos días, cariño —se incorpora en la cama y logra que su cabello rubio brille más con los rayos que ingresan por la ventana —. ¿Bajamos a desayunar?.

Yo asiento y camino hacia la mesita de noche para sacar un cigarrillo con un encendedor y luego me voy a la ventana.

—Ve a lavarte y bajas, yo voy en un momento, Paml.

La miro de reojo y la veo hacer una mueca, pero no dice nada e ingresa al baño. Por mí lado decido abrir las ventanas y salir al balcón.

Enciendo el cigarro y me lo llevo a los labios, no fumaba hace mucho tiempo, pero en estos días lo necesito para calmar los nervios. Miro hacia la ventana de al frente y la veo abierta, me tenso pero me relajo al ver que ella no está, aunque hubiera deseado verla. Vuelvo a darle una jalada a mi cigarro y en ese momento ella se posa en la ventana y la cierra con fuerza, no sé si no me a visto o está ignorando mí presencia. En esos pocos segundos que logré verla, estaba con un moño y ropa suelta, sus ojos estaban decaídos y tenía una mirada triste, cosa que hizo que me sintiera mal.

No me gustaba verla así, pero hice de todo lo autocontrol para no bajar e ir rápidamente a su casa. Aunque ella se merecía una explicación y tarde o temprano se la debía dar.

Vuelvo a ingresar a mí habitación, dejo el cigarro en el cenicero y me tumbo en el sofá. Pensativo.

Creo un montón de explicaciones que dar ha Ayla pero todas terminan igual, ella sin querer verme nunca más y con mucha razón, se va a sentir usada y me detesto por eso. No era mí intención que esto pasara, pero la decisión está tomada desde que vi a Pamela en la puerta y la seguridad de Ayla siempre sería lo primero.

—Cariño, te traje el desayuno —la voz de Pamela se hace presente y levanto mí mirada encontrándola a ella con una fuente en las manos —. Como no bajabas, decidí subir la fuente. Vuestra empelada no estaba por ningún lado.

Explica eso último y le doy una mirada seria, una por subir el desayuno que no pedí y dos por llamar a Stefanny de esa manera.

—Solo tomaré jugo.

Me levanto del sofá, le quito la fuente de las manos y la dejo en el escritorio, solo tomo el jugo de naranja, ignorando las tostadas con huevo revuelto.

—Debéis alimentarte mejor —me dice en voz melosa mientras se va acercando —. Debes estar sano, Jackie.

—Lo sé, pero ahora voy a salir —agarro las llaves de mí coche y de la casa —. Nos vemos luego, Paml.

Y sin decir nada más, salgo de mi habitación. Como la decisión ya está tomada, ahora es momento de tener todo en orden para que ésta se cumpla.

***
 


 

Por la tarde, ya vuelvo a mi casa con dos boletos de avión, pero no sé lo muestro a nadie. Después de salir del aeropuerto, decidí ir un rato a la plaza, pero fue un error, porque bonitos recuerdos llegaron a mí mente e hicieron que por un momento pensara mejor en que debía hacer.
 


 

Almorcé un perrito caliente y a eso de las 5:30 de la tarde, decidí volver a mí casa. En la entrada me encontré a mi hermana, quién me dedicó una mirada fulminante.
 


 

—Jack Jack, ¿Por qué Ayla no viene a casa? —me preguntó y yo no supe que responder —. Dijo que nos ayudaría con la decoración de año nuevo, mami está preguntando por ella.
 


 

—Creo que está ocupada, Ell —le doy una excusa —. Quizás mañana venga.
 


 

—O quizás no viene porque está molesta —le hago una seña de ¿Por qué lo estaría?, y ella rueda los ojos —. Es obvio Jack Jack, por tu amiga la que no me cae. Es mala.
 


 

Se perfectamente la razón, pero Elli es muy pequeña como para entender.
 


 

—No lo creo, Pamela es una amiga y Ayla no debe molestarse.
 


 

—Ayla es tu novia, Jack Jack. —me recuerda y yo miro a todos lados, asegurándome que Pamela no la hubiera escuchado.
 


 

—Lo sé, enana, pero hay cosas que tu todavía no entiendes —le revuelvo el cabello —. Voy a bañarme, en un momento bajo.
 


 

Subo a mí habitación para hacer exactamente eso, cuando entro encuentro a Pamela durmiendo, por lo que no hago ruido y solo busco la ropa que voy a vestir.
 


 

Al cabo de media hora, ya estoy bañado y vestido, Pamela sigue durmiendo y yo decido respirar profundo e ir a la casa de Ayla, está vez no pienso hacer lo mismo que hace unos años, está vez tengo que dar una explicación o al menos una parte de ella.
 


 

Salgo de la pieza y en el pasillo me encuentro a Liam que está con una cara preocupada y sería. Cosa que hace que me asuste. Quizás le pasó algo ha Ayla.
 


 

—¿Qué te suc...
 


 

—Pamela fue a ayer a la casa de Ayla y le dijo cosas que no creo que te gusten saber —me suelta interrumpiendo mi pregunta —. Keyla está molesta conmigo y me llamó muy enojada por no haberle contado exactamente esto. 
 


 

Tomo un gran exhalación para evitar ir a mi habitación y reclamarle a Pamela el que haya inventado esas cosas.
 


 

—¿Qué le dijo?.
 


 

—Que tu eras si novio y que entre ella y Ayla, tu siempre la ibas a escoger.
 


 

—Joder, pero es que eso no es verdad y si hago lo que hago, es por una sencilla razón.
 




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