Destino Casualidad

CAPITULO II: Feliz cumpleaños

 

   Paso un mes recuerdo, desde aquel entonces creí que no lo vería más, pero no fue así.

   Cuando menos lo esperas se suma un año más de vida, se acercan tus familiares a abrazarte y tus padres te organizan una fiesta. Era mi cumpleaños número 15, muy especial para mi madre puesto que pasaba de ser niña a mujer, dijo ella en ese momento.

   Me arreglaban para la fiesta, cuando recibo una llamada de Miranda. No iba a asistir a la fiesta debido a que le surgió un viaje de compromiso con su familia. Realmente estaba molesta puesto que deseaba que mis mejores amigas estuviesen en algo que para mí era importante, y ya no iba ser así, faltaría ella. Intente no molestarme y la escuche con atención, al expresar que no asistiría para concluir la llamada, dijo que por ella iría su hermana que era nuestra profesora de inglés en el cole, la cual amaba por ser excelente en su trabajo, y su primo a quien sin conocerlo me caía de la patada. Miranda nunca dejaba de hablar de él y de sus cualidades, de todo lo que él sabía hacer, de las cosas en que se destacaba, y yo de verdad no quería conocerlo. Sin dejarme darle una respuesta colgó el teléfono y todo quedo así, hice caso omiso a lo que ella me había contado y termine de arreglarme.

   Recuerdo que al pasar las horas, cada vez me sentía más nerviosa, por el simple hecho que me tocaba bailar con mucha gente usando tacones, algo que no dominaba totalmente, era muy deportiva, de hecho aun lo soy, amo andar en zapatos deportivos, converse o cualquier otro que sea súper cómodos, los tacones no estaban en la lista de mis favoritos, sin embargo me parecen lindos y solo los uso en momentos específicos, este fue uno.

   Cuando llegó el momento de salir me sentía toda una princesa, mis padres me acompañaban junto con mis familiares y amigos, paso todo el protocolo y empecé a saludar a los invitados. Vi a mis amigos, Bella y Stefany se encontraban allí, por lo menos ellas si asistieron. En eso me acerco a ver a la profe de inglés, detallo que esta con su esposo y un chico más, imagine que ese era “el primo” de Miranda. De lejos no veo bien, por eso uso lentes, pero ese día por el maquillaje no podía cargarlos, quitaba lo elegante que se veía, por lo que no pude distinguir bien al chico.

   Al llegar a la mesa de la profe mis ojos chocan con otros que mi mente recordaba perfectamente, al mirarlo mis manos se tornaron frías y sentía esa sensación de las que ya les había hablado. Era Alán, no podía creer que después de un mes lo volvería a ver y menos en mi fiesta de cumpleaños. La profe se levanto y me saludo cosa que hizo que quitara mi mirada de él para prestarle atención a ella, su esposo me felicito y 5 segundos después regreso a mirarlo, cuando escucho que la profe dice: “Alessandra él es Alán, mi primo”, él sonrió y me contagio con su sonrisa haciendo que de mí se formara una hermosa línea curva en mis labios, de pronto al presentarnos solo recuerdo que dije: “tú eres el primo de Miranda”, yo no sabía que más hacer o decirle estaba impresionada, que la persona que menos quería conocer, que odiaba sin saber, fuera aquella que ocasionaba en mi sentimientos que aún no definía, me limite a saludarlo y retirarme de ahí no podía estar un segundo más cerca de él sentía que mis manos se congelarían.

   La fiesta era todo un éxito, me hacía feliz ver a mis familiares y sobre todo ver a mi madre disfrutar cada momento al igual que yo, no pare de bailar, era muy buena haciéndolo, desde que tengo uso de razón lo hago, mi madre decía que desde su vientre ya venía bailando. Esa era una de mis pasiones, una de la que no me podía separar por más que lo quisiera.

   Pronto anocheció, pero él y yo solo teníamos cruces de miradas, no bailamos, no hablamos, todo quedo ahí, quizás era porque la timidez ganaba en mí en aquel entonces.

 

 




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