Destino Comprometido

CAPITULO 14

En la cocina se refugian los empleados quienes le brindan atención a Alexander, tomo en mis brazos a mi hermano, este ya se miraba demasiado grande, pero recuerdo que el olor a sangre podría alterarlo, así que comienzo a cambiarme con otro de mis trajes de jinete, tenía puros vestidos que no me permitirán moverme.

Tomo del cuarto de mi padre unas cuantas prendas de ropa mientras se cae uno de sus diarios, supongo lo guardo en mis cosas mientras, tomo nuevamente a mi hermano y de su cuello saco el anillo de la familia, mi madre lo había guardado en él, me lo guardo y bajo mientras veo a todos mirando como querían entrar para este tipo ya abran atrapado a la emperatriz y era cuestión de tiempo que entraran al ducado.

—Les ordeno que no se queden aquí, saquen las cosas más importantes y huyan — Les ordeno a cada uno.

—Duquesa, no podemos hacer caso a eso — Me dice el mayordomo, mientras que cada uno aceptaba quedarse a cuidar lo de mi familia, algunos incluso habían nacido aquí, miro a mi hermano no podría llevármelo, era un peligro, pero tampoco podía dejarlo.

—Señorita, la familia de mi esposo tiene una finca a unas 2 ciudades, en la zona de tregua, deme la confianza de llevármelo, lo protegeré — Me dice Charlotte, no era tiempo de pensar y confiaba en ella plenamente, lo abrazo y se lo entrego.

—Por favor cuídense — Les digo mientras veo como todos comienzan a quemar los papeles con datos que podrían usarlos en mi contra. Salimos por donde entramos mientras todos quedaban para rezar por nosotros, y avisarle a mi madre que mi hermano estaría a salvo, Charlotte me da un papel donde es la dirección exacta, bajamos en silencio, para acabar en una alcantarilla, ella tomaría un carruaje que iba con uno de sus cuñados.

Miro por última vez a mi hermano, mientras me despido eso era doloroso, ver a Charlotte irse con él y no saber cuándo seria la próxima vez que lo vería.

—Veo que los rumores de que odiabas a tu hermano eran falsos — Había olvidado a Alexander, nos quedamos un momento viendo como esta se sube con su cuñado y se van lejos, hacia otra dirección, yo conocía esta calle.

—Tenemos que cambiarnos parecemos nobles... — Me dice mientras se trata de ocultar su cara, le tomo de la muñeca mientras caminamos más rápido, teníamos que irnos y sabia donde estábamos, entro al callejón y si mal no recordaba aquí había ropa, comienzo a buscar. Encontrándolo, había varios cambios de ropa. Saco uno para él, mientras busco uno igual para mí, habían vestidos de 2 piezas, me dejo el pantalón mientras me quito la camisa, para ponerme la que había allí, me pongo la falda arriba del pantalón, y el corse, me traía recuerdos. Este batalla para atarse los cordones de la camisa, así que se lo ajusto, mientras le doy una capucha.

—¿Cómo sabias de este lugar? — Me dice mientras lo despeino un poco para que parezca más plebeyo.

—Cuando tenía 16 antes de la guerra el segundo príncipe me llevo a una obra de teatro cerca de aquí, por lo que nos disfrazamos de esta manera — Le digo mientras el me ayuda a acomodarme el cabello —. El me rompió el corazón.

Esto había generado un silencio entre ambos nos mezclamos entre los plebeyos que van a la plaza, le tomo la mano para no perdernos y aprovechar eso para irnos, llegamos rápido al bosque, saco un pan fresco y se lo doy en la boca a Alexander no habíamos comido nada, debíamos de traer algo en el estómago.

—Soy yo o ese es un caballo — Me dice mientras miramos un caballo con silla vagando solo, miramos bien que no haya nadie para tomarlo y subirnos así llegaríamos más rápido, este se aferra bien a mi para que puedas cabalgar sin presiones.

Las únicas pausas que hicimos eran para ir al baño, así que eso es un factor para llegar más rápido, 8 horas pasaron demasiado rápido, pero estaba demasiado cansada, y el campamento destrozado, caminamos con cuidado y desenvaino mi espada, no había rastro de nadie solo sangre, nos sentamos mientras le cambio las vendas estas tenían hierbas que habían mejorado por mucho el aspecto de los latigazos, me sentía culpable.

—¿Cómo sigue tu rostro? — Me dice mientras trato de sonreír.

—Adormecido, creo que esta demás decir que jamás me habían levantado la mano — Le digo mientras vuelvo a vendarlo.

—Tenemos que encontrar a alguno de los príncipes — Subimos de nuevo al caballo para volvernos a emprender nuestro viaje, ahora Alexander iba por delante pues a mí me costaba estar en esa posición.

Después de unas horas volvemos a hablar.

—Alexander, ¿Estas comprometido? — Le pregunto mientras este se ríe apenado.

—Si, pero no oficialmente — Me contesta, mientras seguimos cabalgando, no sabía dónde estábamos, pero llevábamos un día en esto, estábamos cansados y cerca de una posada.

Era la entrada de un nuevo pueblo, según mis cálculos habíamos cabalgado cerca de 18 horas, entramos y este automáticamente toma mi mano, pues había muchos hombres que me miraban diferente de lo que estaba acostumbrada me sentía amenazada.

—Hola, me gustaría una habitación ¿Tienen disponibles? — Pregunta mientras trato de calmarme por los hombres que se acercan a nosotros.

"Se parece a la princesa heredera..." Ese enunciado había hecho que me pusiera nerviosa, este hombre me mira más.




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