Destino Comprometido

CAPITULO 15

Me había levantado demasiado temprano con nauseas, no me sentía para nada bien en la habitación las cosas seguían igual, Alexander estaba roncando lo tapo bien mientras bajo al restaurante de la posada donde sirven una sopa de repollo, literalmente era repollo hervido con cebolla y ajo que le daba un buen sabor, no podía dejar de compararlo con la comida de mi casa, mi cara tenía un color amarillo por el golpe, sin duda me había dado con mucha fuerza, me deja una pomada para que cure mi cara.

—¿A cuántas horas queda la siguiente base militar? — Pregunto mientras comienzo a comer un poco a prisas mientras los mercenarios bajan.

—Como a medio día o un poco menos — Dice mientras trata de leer una carta.

—Yo puedo leerla por usted — Le digo mientras le comienzo a leer la carta de su hijo, los mercenarios se acercan mientras le quitan la carta.

—Está en arcan, ¿Una plebeya sabe leer arcan? — Dice mientras le regresa la carta, y me mira fijamente sus ojos me causaban incomodidad —. Cabello largo, ojos marrones, manos sin callos, eres la princesa heredera ¿Verdad?

—No, no lo soy, pero si soy la duquesa de Clue — Les confieso sacando el collar con el anillo de la familia, estos me miran escépticos —. El título de princesa heredera se hace después de que acepte la propuesta de su majestad el primer príncipe.

—Debemos de entregarla ¿Sabes cuánto nos darían por ella? — Se hablan entre ellos, mientras me levanto empuñando mi daga, no ganaría, pero me daría unos segundos para gritar, y sin dudarlo Alexander me salvaría.

—No lo haremos — Dice el que parece ser el jefe —. Morris, mi nombre es Morris, y nosotros te podemos llevar hacia la base, duquesa.

—Sofía, llámame, Sofía — Le digo extendiendo la mano para estrecharla este no lo hace al contrario solo me mira desde su lugar sentía como me juzgaba, Alexander baja con su espada fuera para atacar, pero no sería necesario, las cosas no requerían de la violencia, al menos no en este momento —. Él es Alexander de Pargo.

Este se baja por completo mientras le sirven de comer, guarda su espada que nos sentamos en la misma mesa para hablar. Eran demasiados nos superaban en número y en altura, si quisieran no dudarían en matarnos con sus grandes manos.

—Es muy peligroso ir en este momento, en la frontera están revisando cada carreta con personas — Indica Morris mientras pide otro plato de sopa era su quinto plato —. Y aunque seas buena jinete no podrás huir de ellos.

—Necesito ir en este momento, pues en cuanto más duro alguno de los príncipes se aleja más y tardare meses en alcanzarlo lo que implica perder la guerra — Digo sintiendo el estrés.

—Mi hijo trabaja en la frontera, puedo hablar con él — Dice la mujer del establecimiento llevaba el nombre de Berenice.

—¿Qué quieren a cambio? — Pregunta Alexander mientras se cambia las vendas, le dolía flexionar sus manos, en realidad le habían dado 15 por que fingió desmayarse.

—Trabajos dignos para nuestros hijos e hijas — Dice Morris —. No quiero ningún matrimonio arreglado para nadie.

—¿Solo eso? — Pregunto pues si alguien les diera la opción de lo que quieren pedirían más.

—Si, solo eso. Nosotros somos los criminales, nuestros hijos no. Ellos merecen una segunda oportunidad — Dice mientras termina de comer.

—Me encargare personalmente de eso — Le digo extendiendo la mano para hacer un trato.

—El plan será que Berenice le mande una carta a su hijo, Chuck se va a asegurar de que la reciba y la traerá, en cuanto tengamos la respuesta iremos para que puedas pasar la frontera para que busques al príncipe — Comienza a trazarme en un mapa —. Debemos tener mucho cuidado porque esto está conectado con el agua proveniente de Costa de rio blanco.

—Mi padre está perdido por esas zonas... — Digo mientras ellos la marcan.

—Como un favor especial, lo buscaremos mientras inspeccionamos allí — Dice mientras sonrió.

—Princesa, tengo otro hijo como de su edad — Me dice el que antes quería venderme al enemigo.

—Seré comprometida con alguno de los príncipes — Digo mientras vuelvo a atarme el cabello, había quedado el plan e incluso quienes harían qué, como aún quedaba bastante tiempo para que Chuck regresara con la carta del hijo de Berenice, Alexander y yo nos sentamos en el patio, mientras curo su mano.

Saco de mis cosas el diario de mi padre, para darme cuenta de que era un registro de antes de irse, en este tenía sus estrategias para usar en el campo de batalla para ganar la guerra, pero porque estaba en casa y sobre todo escondido entre la ropa de él. Si lo hubiera olvidado debería de estar a la vista, pero estaba entre su ropa, esa que no usaba, unas hojas se caen del diario, era una nueva reforma para derrocar el hecho de que un hijo varón podría heredar el ducado si ya había un heredero designado.

Se lo doy a Alexander mientras comienzo a revisar las demás hojas, todas hablaban de reformas que cambiarían el curso de la historia a nivel nacional.

—¿Cómo es que esto es posible? — Me dice mientras comenzamos a armar cabos, sabíamos que el archiduque era un traidor, pero como es que pudo aparentar y ganarse la confianza del emperador, a menos de que este influenciado por alguien... La emperatriz estaba demasiado calmada con la situación, era como si ya supiera cada movimiento, mi madre había dejado a mi hermano en casa, como si pensara que sería algo de ir y venir fue ella sola, pero en la mansión no mire a su dama por ninguna parte, pero porque me había pedido que trajéramos al segundo príncipe... En eso todo toma sentido...




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