Destino Comprometido

CAPITULO 18

Espero en mi casa de campaña una audiencia con el emperador, mientras trato de alimentar a mi hermano, sentía los nervios de punta, había perdido a mi padre una vez y ahora tendría que perderlo, Ethan entra a la casa de campaña junto a su hermano y corro a abrazarlo, este me acaricia la cabeza.

—¿Sabes algo de mi papá? — Le pregunto mientras nos sentamos.

—Tranquila, mi papá está buscando la manera de rescatar a tu padre — Me dice mientras yo tomo a Ivar, este estaba tranquilo pues ya había comido —. ¿Quién es este apuesto joven?

—Mi hermano, Asher Ivar — Se lo presento a Ethan para que lo cargue, Sebastián me mira su cara seguía un poco roja. Le volteo la cara, ninguno de los 2 nos íbamos a hablar.

—Sebas, puedes ir a ver si papá va a recibir a Sofía — Le pide, mientras este sale sin decir nada —. ¿Se pelearon?

—Algo así — Le digo mientras siento la presión en mi pecho, otra vez volvía... —. Debemos de hacer algo para detener esta guerra.

—Estamos haciendo todo lo posible, pero el enemigo no quiere darse por vencido — Dice Ethan jugando con mi hermano —. No sé qué hacer... He estado guiando a mi padre con mi juicio nublado, perdí el propósito...

Me confiesa triste, mientras les sostengo la mano.

—Tú no eres como tu madre — Este me sonríe —. Más que nadie te mereces subir al trono.

—No, subiré al trono por respeto a Sebastián. Tal vez me vaya a viajar nunca he estado en Sant Blue — Me cuenta sonriendo —. Me rindo porque él tiene algo que yo no tengo... La aprobación de mi padre.

Todos teníamos heridas que sanar con respeto a nuestros padres, habíamos vivido a la sombra de alguien más, que ahora entendía más, lo que él me quiso decir esa vez sobre que quería tenerme porque su hermano me tenía no era una amenaza, era un grito desesperado de atención, una atención que se había resignado a no tener.

—Me gustaría ir contigo — Le digo mientras el confundido —. Yo también quiero dejar que otros me digan que hacer.

Mi hermano estaba dormido en sus brazos, si yo no lo mirará como un hermano mayor, sin duda me podría enamorarme con él, la idea de que el fuera mi esposo era malo, pero podría ser peor.

—Sebastián te ama, pero el piensa que va a traicionar a tu padre — Me confiesa.

—Trata de no traicionar a mi padre, pero me lastima, entonces me pregunto en que difiere la traición y herir a la hija de su maestro — Sin darme cuenta él había escuchado esto.

—Mi padre no te puede recibir, pero me dijo que te dijera que tu padre puede cuidarse por sí mismo en 10 días partiremos al norte para que se preparen — Dice saliéndose de la casa de campaña.

—Hablare con mi padre, tu duerme — Me dice Ethan, acomodándose al bebé —. Llevare a tu hermano con las doctoras, ellas se harán cargo.

No podía dormir, 10 días era demasiado tiempo mi padre era un señor de 41 años, tenía que actuar, tomo en una bolsa un cambio de ropa, y pan duro en una bolsa para comer algo mientras iba a buscarlo, un mapa, algo de protección, mientras que Alexander mira mis ojos.

—Conozco esa mirada — Me dice dejando a un lado el papel con el cual se detenía la sangre de su labio. Últimamente se metía en muchos problemas.

—Está bien si no quieres ir, no te obligare — Este se acerca conmigo.

—Te dije que te seria fiel, eso significa acompañarte en cada aventura — Me abraza dándome calma, Jack entra para salir —. Puedes entrar.

—Tienen que avisar — Dice Jack, mientras mascaba algo parecido al tabaco —. El emperador los busca.

El emperador expuso lo que ya sabíamos, y la razón por la que no íbamos por mi padre fue porque no querían perder recursos. Por eso iríamos al norte, nos meteríamos al centro del enemigo, el emperador se mostraba tan débil sin querer actuar contra la emperatriz ahora más que nunca tenía claro lo que debía de hacer. Mi hermano se quedó a cargo de las doctoras quienes juraban con su vida cuidarlo, al caer la noche y después de asegurarme que todos estaban dormidos, saco las cosas junto con Alexander, iríamos por mi padre.

Si lo habían atrapado era por que algo importante ocultaba, pues la presencia de mi padre en que afectaba al archiduque.

"Sofía, ¿En dónde están los caballos?" Me pregunta Alexander sigilosamente.

"Los deje en el bosque" Le contesto, mientras caminamos entre las casas de campaña.

Caminábamos rápido y lo más silencioso que podamos, hasta que sin darme cuenta ambos príncipes estaban afuera de la casa de campaña tomando alcohol mientras hablaban.

—Es que me estresa Sofía... El irme pensé que calmarían lo que sentía, el maestro me dijo "Ni se te ocurra acercarte a mi hija" Y que hice me enamore de ella — Confiesa a su hermano entrado en copas, Alexander me agarra para que escuche la conversación.

—¿Y por eso la hiciste llorar? — Este estaba a nuestra espalda.

—Yo también le gusto, y ese es el problema, si le gusto malas cosas pasaran — Me sorprendía que tomara tanto.

—Sebas, ella ya no es una niña, deberías de pensar más en lo que sienten ambos. Recuerden ya no son unos niños... — Le da el consejo mientras se levanta —. Tu platica de borracho me enferma, me iré a dormir.




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