Destino Comprometido

CAPITULO 25

Mi padre nos sienta a ambas en su estudio, él normalmente nos regañaba de esta manera, respiro hondo mientras trato de levantarme, pero este me hace señas de que me siente, trataba de poner en orden todas sus ideas para evitar decirnos algo fuera de lugar. Lo conocía lo suficiente como para saberlo.

—Estoy cansado de esta guerra entre ambas, acaso no te puedes llevar bien con tu madre Sofía — Me pregunta mientras la miro confundida —. Las mucamas me reportaron tus desplantes, como ignoras a tu madre, como murmuras a sus espaldas y la ofendes.

Me rio un poco pues lo que miraba no lo creía, era mi madre en un papel de víctima.

—¿Pueden llamar a las doncellas? — Pido al mayordomo, este asiente y se va a llamarlas, mi padre trata de detener esa acción, pero la astucia se había vuelto mi mejor aliada. Entran las 2 chicas una era Jeanette una chica rubia de tez clara y ojos ámbar, ella provenía del sur, mientras tanto Cecilia era una chica proveniente de una ciudad en ascenso llamado Italia, ellas solo agachaban la cabeza —. Ustedes 2 me acusan de ser irrespetuosa con mi madre ¿No es así?

—Si, hemos escuchado como la duquesa llora por esto — Miro a mi padre.

—Han escuchado ¿Me miraron? — Pregunto —. Es correcto que he ignorado a mi madre, pues tuvimos una disputa en donde ella me pidió, no más bien me exigió que me casara, lo cual hice. Pero el susurrar y ofenderla, es un pecado lo cual no hago.

—Su alteza, solo repetimos lo que oímos — Se justifica la rubia, pero mi padre ya había oído suficiente.

—Padre, quiero pedir que se me conceda la residencia que está cerca del palacio real — Pido aprovechando esta reunión, mi madre comienza a alterarse, esa residencia la iba a pedir ella para hacer de su casa de reuniones para tomar el té, o bien dárselas a mis abuelos.

—No puedes hacer eso cariño, eso le pertenece a nuestro hijo — Dice mi madre mientras mi padre solo se zafa de las manos de mi madre.

—Empaquen sus cosas, se irán a trabajar una semana al establo de castigo por ofender a mi hija — Sentencia mi padre, haciendo que me siente.

—Sofía, sinceramente esperaba más de ti — Me dice mi padre agobiado.

—Ese es el problema, todos esperan más de mí, estoy tan cansada de todo esto, el que siempre tengo que esforzarme más, tengo que dar más — Comienzo a hablar.

—La vida es injusta para las mujeres, no porque fuiste a un campo de guerra ya van a comenzarte a aceptar como heredera al ducado — Habla mi padre furioso.

—Eso era antes o después de mi hermano, porque antes de él siempre me enseñaron las cosas necesarias para heredarlo pues yo iba a suceder el ducado, iba a ser la primera mujer en la historia de mis ancestros en heredar el ducado y simplemente porque es un varón él tiene mi lugar — Mi padre se sienta en la silla agarrándose el corazón —. Y no mamá, no odio a Asher, lo amo con todo mi corazón pues él no tiene la culpa de sus decisiones. Yo solo me lo merezco más.

—Eres mujer, la futura esposa de un príncipe ¿Que vas quieres? — Me dice mi madre.

—Quiero lo que me corresponde — Digo volteando a ver a mi madre quien iba aprovechar cualquier cosa para decirme.

—Salte — Le dice mirando a mi madre —. Amelia, que te salgas.

Grita mi padre, a ambos la guerra nos había cambiado, mi padre se enojaba con facilidad.

—Tu ibas a ser la heredera del ducado, pero estabas tan metida con la familia real que era la mejor oportunidad para tu futuro, yo pensé que estabas bien — Me dice él.

—Como sería buena oportunidad, si me iban a casar con alguien que no amo... — Digo mirando que no había mucha diferencia de lo que había pasado ahora, había tomado una decisión apresurada, nadie me dijo que no podía cancelar después, sentía la responsabilidad de casarme.

—¿Es verdad que tu amas a Sebastián?... — Me pregunta mi padre sus ojos se miraban llorosos, miro la hora, ya era tiempo de irme a la reunión.

—Padre... Una mujer que esta por casarse debe de pensar solamente en su futuro esposo — Le digo mientras me pongo de pie —. Perdón he sido mala hija.

—Eres la mejor hija que pude desear, perdona a este padre idiota — Me dice acariciándome, quería llorar, pero no debía —. No te puedo dar la residencia de cerca de con tus futuros suegros pues quiero tenerte más tiempo antes de que te cases.

—Gracias padre — Beso su mano mientras me bajo con las ganas de llorar, quería dejarlo todo, mi madre estaba en la puerta escuchando todo —. Permiso madre.

Me dirijo al jardín secreto donde ellos ya estaban esperando, pero para mi sorpresa también estaban los príncipes hermanos, estos se encontraban serios, mientras me esperan.

—Perdonen, mi padre quiso hablar conmigo — Digo mientras me siento en el pasto estos me querían dar el lugar del banco, pero era realmente incomodo era estar entre Sebastián y Ethan, aprovecho para quitarme los zapatos, estos me habían dejado marca como también ventilar un poco las cicatrices, estas se borrarían en un poco más de tiempo.

—Sofía ¿Estas bien? — Me pregunta Ethan, dándome su chaleco.

—Si, solamente estoy un poco preocupada la conversación que vamos a tener ahora será sobre tu madre, y puede que sea bastante dura — Le digo mientras este se sienta a mi lado.




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